martes, 8 de diciembre de 2020

26 MILLONES DE H.P.

 

26 MILLONES DE H.P.

(MAE68)

¡Qué bueno; cuantos somos! Yo les confieso que soy uno de ellos, ya desde el 23F, cuando el sargento de la GC del pueblo donde daba un mitin esa tarde me advirtió que estaba en una lista de políticos a detener y que él, que me conocía bien, no quería detenerme.

Y me fui para mi casa después de destruir con los míos los papeles comprometedores de afiliación. Aquellos fascistas golpistas quedaron en nada, huyendo por las ventanas, y la autoridad competente, militar por supuesto: nunca se presentó. Sería bueno saber quiénes eran, pues los de ahora son de la misma banda.

Si los 26 millones de h.p. votamos coordinados, la Democracia estará segura y el fascismo al fin podrá ser enterrado con su caudillo.

Esta derrota histórica que el franco-fascismo está sufriendo con la caída del sentido mítico de la Transición y su caudillo Campechano, ha sentado muy mal al facherío que pensó que ya nos lo habíamos tragado. No acertaron a ver el contenido “perroflauta” de las plazas gritando, la juventud sin esperanzas, los precarios temblando, y las colas de las ayudas sociales. Y ahora que el clamor les explota en su cara: no se les ocurre mas que fusilar.

No dan más de sí, son torpes e incultos. Llevan siglos siendo derrotados por la Historia, y han sido incapaces de crear un Estado de las ruinas del Imperio. Los demás lo hicieron, pero con métodos diferentes, partiendo del respeto y la realidad.

¿Por qué mi bandera es peor que la vuestra? ¿Por qué el idioma que nos enseñaron nuestras madres es inferior al que os enseñaron las vuestras? Seguramente es porque soy un h.p. mal fusilado.

Esta siembra indiscriminada de odio social tiene por objeto sugestionar a los torpes, abundantes en la península, para que crean que hay un peligro democrático en que la mayoría tome sus decisiones, que es la base de la Democracia. Pero en su democracia orgánica, sólo sus opiniones son valiosas y las de los fusilables no cuentan. ¡Vaya tropa, mi sargento!

La ignorancia torpe de esta plaga de franco-fascistas de siglo XXI, dirigida por unos aprobetxategis de corto entendimiento y larga mano, de nuevo interrumpen el normal desarrollo social como ya en el pasado impidieron la reforma agraria y las bondades republicanas. Son los mismo con la misma cantinela, pero con métodos distintos. Hoy basan su estrategia mundial en el poder judicial para “corregir” las voluntades populares, juzgando a quien les perjudican.

Mi amigo de Romo, cristalero, en mis tiempos cuando le bajaba el negocio regalaba tiragomas a los muchachos del barrio. Es la misma estrategia de estos bárbaros fusilantes. Porque en el fondo es la vida regalada del adicto al Régimen lo que añoran.

Si les abrasa el ardor guerrero, vayan donde el Sultán que nos ha quitado las aguas canarias y mira nuestras islas como ustedes: con ojos imperiales. Se les marchita el perejil; y el cerebro.

 


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