QUE ALGUIEN ME LO EXPLIQUE
QUICOPURRIÑOS
Sentadito estoy en mi silla de la Rambla Pulido y, como
observador que soy, los veo pasar. Y hoy toca los negros, los que seguro
llegaron en patera. Negros, y no ofendo a nadie, porque blanquito yo soy, y los
de las tiendas de la esquina, los que gobiernan media calle, chinitos y
amarillos. Qué tontería es esa de que el otro es un ciudadano de color. ¿Cómo
de color?, ¡Cóño! Es negro, pues negro él y blanquito yo, y el otro, del color
que sea. Que son personas y ya está. Colores hay hasta para pintar.
Pero es que, viéndolos pasar, a los negritos, resulta que siempre caminan en grupos impares. Y eso me da que pensar y no le encuentro explicación. Y trabado estoy.
Pregunté a mi
amigo Najib el moro, que en una ocasión me explicó cómo habían de comerse los
dátiles. Él que me dijo una vez que tenías que comerlos en números impares para
que no te hicieran daño. Anonadado me quedé, y me explicó que eso venía del
Corán, que Mahoma así lo dispuso pues según los dátiles que comieras, siempre
en números impares, podrían o calmar tu hambre o, si te pasabas, hacerte vomitar
y así evitar que llamaras a una ambulancia. ¡Moro, le dije!, no creo que
Mahoma, con todos los respetos, tuviera ya diseñado un Servicio de Salud Pública,y
que cuando dijo eso, pensara y entre otros servicios tuviera disponibles
ambulancias, cuando aún entonces el Sr. Ford no habría diseñado aún su TT, ese
de la producción en cadena que revolucionara el mundo de la automoción.
Explícame, amigo Najib, que si como cinco dátiles es sano y con eso cumplo los
mandatos de tu Mahoma, pero si son cuatro, no. No me entra en la cabeza. Pues
si cinco comí es porque llevo cuatro comidos y solo doy un paso más, un dátil
más adelante, al estómago. Y no me supo contestar el fiel de babuchas con
lógica, sino que se quedó aferrándose a su Corán. Aún así le quiero, porque es
una persona excelente. Es al que conocí por culpa de un mechero. Ese que cuando
un día le pedí fuego dos veces seguidas, él en una mesa y yo en la de al lado,
me dijo, quédatelo. Y desde entonces hasta hoy.
Siguiendo y
pensando en las enseñanzas de Mahoma, me atreví a preguntar a Najib si él creía
que había alguna semejanza (por aquello de los dátiles), si es que había alguna
conexión lógica o religiosa del porqué, estos negritos llegados de África,
caminan por las calles de Santa Cruz en
grupos impares. Y es que solo los veo pasar en uno, tres, o cinco, pero, a
pares no. Y no le encuentro explicación lógica ninguna.
Y es por eso que pido ayuda. Salgan todos a la
calle y observen. Confirmen si es verdad lo que les digo, que caminan en grupos
impares. Y luego piensen porqué lo hacen. Descúbranlo. Y si lo descubren luego
me lo cuentan, que intrigado, muy intrigado que
estoy por esos andares de los negritos llegados de África.
Por cierto, que a
nadie se le olvide que Canarias está en África.
quicopurriños, diciembre 2020
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