¡DISTANCIA!
QUICOPURRIÑOS
Salgo a la calle en estos días locos en los que, cada día,
tienes que respetar norma, que ayer dictaron descerebrados tristemente elegidos en elecciones, y a las
horas cambiaron poco después. Las que al día siguiente, antes de que entraran
en vigor, modificaran fueran. Pues ilógicas eran. Y te dicen, mantén la
distancia. De metro y medio o dos metros, entre otras sugerencias.
Fumador soy y ya no sé dónde puedo encender el pitillo. ¡Distancia me gritan!. Y los dos metros de la norma yo respeto. Pero el Estado ha provocado la confrontación. La vieja gorda de esta mañana que caminando por la calle circulaba, me increpaba sin escrúpulos y me dijo que la estaba contaminando, que le estaba pasando el coronavirus.
Y cuando le dije, pues mantenga Ud.
entonces la distancia y no se acerque a
mí si piensa que la contamino, dio un paso más hacía este que les habla, hacia
“el contaminante”. Y me dieron ganas de decirle, pero no se lo dije, “pos” lo
que pasa es que a Vd., lo que le hace falta es un polvo, no que le llegue el
Covi. Quién es Vd. para increparme. Quién les ha dado permiso para llamarme la
atención. Pero lo hacen y no se corta. Normas del Boe, del Boc o del Bop, que nadie lee pero sienten saber más que
nadie, y salen a la calle creídos o creídas de que son la ley y que pueden imponer un texto que no han leído.
Se autoproclaman autoridad, con derecho a llamarte la atención,. El Gobierno ha
conseguido que la población esté enfrentada. Que los antiguos ciudadanos se consideren
con derecho a reprocharte. Ciudadanos enfrentados con otros ciudadanos. Y casi ninguno
ha leído la descerebrada norma.
Distancias. Porque te dirán que eso
es solo lo que hay. Que mantengas la
distancia. Y nadie entiende lo que es la distancia. Ni comprenden ya ni el respeto ni la concordia. Es lo que se
da. Es lo que hay. Eso, que es solo eso, pues solo se quieren eso, lo que ahora
prima, la insensatez y no entienden
nada, nada de nada.
Y es que ya difícil se me antoja
caminar por la calle, sin temor a un reproche. Caminar añorando esos días de
felicidad y amor compartido. Ahora sólo prima un descerebrado o descerebrada que
te gritará, sin escrúpulos a decir sin peligro, mantén la distancia, pero eso
no lo comparto.
Qué lejos queda, aquello cuando
decías a la de al lado, a tu ser querido: ¡Te quiero!. Cuando decías vamos a
estar juntos, sin miedo a la distancia, a estar unidos una y otra vez. Con
caricias entrañables y acariciándonos, sin miedo y desenfrenados, hasta el
amanecer.
Pasaron esos tiempos inolvidables, cuando
no había temor ni pavor a las distancias, porque las fronteras no existían.
Cuando todo era cercanía. Pasaron no… Yo quiero que permanezcan.
quicopurriños, 19 de
diciembre de 2020
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