SAHARA OCCIDENTAL: UN MAPA TRAZADO
CON NAPALM Y FÓSFORO BLANCO
GUADI CALVO
Marruecos bajo la cobertura que le brindan Madrid, París, Londres y Washington, continua su avance para, de una vez y por todas, exterminar la resistencia del pueblo saharaui, que desde hace cuarenta y cinco años busca establecerse con todo derecho como lo que es la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). (Ver: Sahara Occidental: La guerra más ignorada del mundo )
Una vez más, dada la complicidad de las grandes potencias y las Naciones Unidas, donde como siempre solo resuena las voces poderosas, no se han escuchado los reclamos de la RASD, por lo que se vio obligada a decretar el “estado de guerra”, lo que le ha permitido al reino alauita desplegar su atroz muestrario armamentístico, comprado a esas mismas potencias que le dan cobertura, frente a un pueblo que no cuenta con mucho más que su voluntad irreductible.
La nueva realidad
del Sahara Occidental ha provocado que miles de jóvenes saharauis nacidos y
crecidos en los campamentos del exilio de Tinduf (Argelia), quienes solo han
visto la larga guerra que libró su pueblo contra el invasor marroquí, en las
cicatrices físicas y espirituales de sus mayores, se alisten en las filas del
Frente Popular por la Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro o el Polisario
a secas, la organización armada de la que nacería la RASD.
A las cinco
escuelas militares del Polisario, una exclusiva para mujeres, han llegado
tantos aspirantes que los campamentos de refugiados han quedado prácticamente
vacíos de hombres jóvenes. En los campos de entrenamiento se están impartiendo
clases de estrategia militar y utilización de armas y explosivos, y tácticas
para desenvolverse en los territorios plagados de minas antipersonales, que se
estima entre siete y diez millones, y que en estos últimos días el ejército
real marroquí ha vuelto a resembrar en grandes cantidades para proteger el muro
de 2700 kilómetros de largo, que se constituyó de hecho en la línea del frente.
El aluvión de
voluntarios ha obligado a las autoridades de las escuelas militares a ordenar
detener la llegada de más reclutas, hasta que no termine de formarse las
primeras camadas de nuevos milicianos, ya que todas las instalaciones se han
visto desbordadas.
El pasado trece de
noviembre Marruecos invadió Guerguerat, el sector desmilitarizado junto a la
frontera con Mauritania, incendió las haimas (carpas) y expulsó a los saharauis
que pacíficamente resistían al nuevo avasallamiento de sus territorios por
parte de Rabat, con lo que intenta proteger la ruta de mercaderías que, desde
Marruecos, transitan a Mauritania y desde allí a un vasto sector de África
Occidental, en un flagrante acto de guerra que nadie ha censurado. Por lo que
no queda otro camino que reactivar el frente de guerra al costo que sea. Frente
a la pasividad cómplice de la MINURSO (Misión Internacional de Naciones Unidas
para el Referéndum en el Sahara Occidental) que es única de su tipo, de todas
las que existen, que por sus estatutos tiene prohibido vigilar el respeto a los
derechos humanos.
No son pocos los
nuevos reclutas que incluso han tenido la oportunidad de estudiar y trabajar en
España, y de algún modo vivir la vida que en los campamentos en mitad del
desierto les es imposible tener, que han regresado para alistarse como
voluntarios, sabiendo que el famoso referéndum con que Naciones Unidas se
comprometió con la Resolución 690 del Consejo de Seguridad del 29 de abril de
1991 para que la nación Saharaui eligiera entre la independencia o la
integración con Marruecos, se ha convertido en un espejismo que cuanto más se
camina hacia él, más se aleja.
En este marco de
confrontación extrema, desde el alto el fuego acordado en 1991, el rey marroquí
Mohammed VI acaba de dar un golpe siniestro a las esperanzas independentistas
del pueblo saharaui, y en una transacción puramente mercantilista el jueves diez
el agente sionista mejor pago del mundo, Donald Trump, anunció que el enclave
sionista en tierras palestinas y el Reino de Marruecos acordaron establecer
relaciones diplomáticas plenas. Así, Marruecos se convirtió en la cuarta nación
musulmana, junto a Bahréin, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Sudán, que bajo la
presión norteamericana y a espaldas de sus pueblos, han hecho acuerdos de este
estilo con los ocupantes de Palestina. En este caso, no solo asestan un nuevo
golpe a la lucha del pueblo palestino, sino también a la lucha de la República
Árabe Saharaui Democrática (RASD) ya que con este acuerdo Mohammed VI ha
conseguido que los Estados Unidos, apenas dos días más tarde, anunciara que
adoptaron un “nuevo mapa oficial” de Marruecos, en el que se incluye los
territorios de la RASD, apropiados de manera ilegal por Rabat durante la guerra
de quince años que mantuvo con el ejército Polisario.
EL OLVIDO Y LA
ARENA
A pesar de que el
acuerdo sionista-alauita es muy difícil que pueda revocarse, ya que el rey tiene
la última decisión sobre las cuestiones diplomáticas, dentro del reino
surgieron rápidamente voces discordantes, como la de la rama religiosa del
co-gobernante partido Movimiento de Unidad y Reforma (MUR), que, en un
comunicado, expresó que la medida era “deplorable” y denunció “los intentos de
normalización y la infiltración sionista”. Al tiempo que el proscrito
movimiento islámico, Adl Wal Ihssane, (Justicia y Caridad), uno de los grupos
políticos más importantes del país, declaró que la normalización era “una
puñalada por la espalda a la causa palestina”. Esta decisión condiciona de
manera notoria la seguridad de la comunidad judía en Marruecos, la más grande
del norte de África, con cerca de unas tres mil personas, inocentes de las
arbitrariedades sionistas y que podrían ser objeto de represalias, por alguno
de los militantes fundamentalistas locales e independiente de la causa del
Polisario, que, siendo de inclinación musulmana, siempre se ha desligado de
posturas ultramontanas.
Con esta acción el
pueblo saharaui ha quedado condenado, exactamente al igual que sus hermanos
palestinos, y otras tantas naciones que reclaman su derecho a existir, a ser
borrados por la arena y el olvido. El mapa de la usurpación marroquí será
presentado oficialmente en la embajada de Estados Unidos al rey Mohammed VI en
la ciudad de Rabat, la capital marroquí.
Sáhara Occidental
es una ex colonia española a la que Francisco Franco, poco antes de morir, le
había otorgado la independencia, decisión que fue ignorada por su heredero, el
Rey Juan Carlos, que desde su asunción usufructuó, junto a sus socios marroquíes
y norteamericanos de las extraordinarias riquezas del subsuelo saharaui, allí
se encuentran los yacimientos de fosfatos más ricos del mundo y en sus mare los
bancos de pesca , también de los más ricos del mundo.
Demasiada riqueza
para dejar en manos de un pueblo independiente e insumiso que, desde siempre,
ha luchado por su autodeterminación y no ha tenido empacho por demostrar su
afecto a países como Cuba, a donde han viajado cientos de jóvenes saharauis
para convertirse en médicos e ingenieros.
El frente
Polisario, tras conocerse que los Estados Unidos adoptarían el nuevo mapa,
condenó la decisión del saliente Donald Trump y aseguró que continuará luchando
por la reivindicación de sus territorios. Por otra parte, el primer ministro de
Argelia, Abdelaziz Djerad, opinó que “las maniobras apuntan a desestabilizar su
país y el deseo de la entidad sionista de acercarse a nuestras fronteras”.
Argelia comparte
una frontera de casi 2 mil kilómetros con el reino alauita, con el cual ha
tenido históricamente una relación extremadamente tirante, al punto de actuar
en muchas oportunidades como el principal operador internacional del Frente
Polisario, y albergar en el sur del país el campo de refugiados de Tinduf,
donde unos 200 mil saharauis viven y se desarrollaron desde el acuerdo de 1991,
donde se quedaron tras la frontera trazada a fuerza de napalm y fósforo blanco,
armas expresamente prohibidas por diferentes convenios internacionales, las que
siguen siendo fabricadas y utilizadas por los Estados Unidos y el ente
sionista.
Guadi Calvo es
escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en
África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook:
https://www.facebook.com/lineainternacionalGC
https://www.alainet.org/es/articulo/210181
No hay comentarios:
Publicar un comentario