¿QUIÉN ESTÁ DETRÁS DEL CASO VALDEBEBAS?
AGUSTÍN MORENO
Huele a corrupción. La zona noreste de Madrid se ha convertido en el lugar donde se suceden los pelotazos. Allí está la Ciudad Deportiva del Real Madrid, conseguida después de la operación de venta de los antiguos terrenos del Paseo de la Castellana por los que ingresó 500 M y donde se ubican cinco gigantescas torres. También está la Ciudad de la Justicia, donde Esperanza Aguirre enterró 355 M en un solo edificio de los dieciséis previstos. Además, está el Zendal, un plató de televisión con apariencia de hospital sin pacientes ni personal que ha costado 170 M. Se ha decidido ampliar la línea 11 de Metro hasta allí, a una zona que hoy no se justifica por la baja densidad de población, con un intercambiador de 24 M. Cientos de millones para las empresas de construcción y los propietarios del terreno.
La guinda es el regalo que hace
Ayuso de un solar en Valdebebas que vale 10,37 M de euros para construir un
colegio privado al que le va a dar un concierto educativo a 40 años,
prorrogable hasta 75 años. Concesión prácticamente perpetua. La parcela tiene
18.838 metros cuadrados, un terreno de casi dos estadios de fútbol para
construir un colegio. La inversión necesaria para la construcción no puede
bajar de los 20-25 millones de euros. De ahí que quieran asegurarla con un
concierto que compromete a la Comunidad de Madrid a financiar con 200 millones
a un centro educativo privado.
La oportunidad de negocio es
inmensa. Un barrio crecedero que tiene una previsión de 35.000 habitantes para
2023, con una tasa de natalidad muy alta y que no tiene infraestructuras
públicas. Y no las tiene por decisión política.
Solo hay dos colegios públicos,
el CEIP Alfredo Di Stéfano y el CEIP Nuria Espert, solo de educación infantil.
Los dos están saturados. Solo se están matriculando a los niños que son
hermanos. Se están utilizando los espacios comunes para atender a los niños. En
el Alfredo Di Stéfano usan para ello el salón de actos, la biblioteca, las
aulas de psicomotricidad y hay dos aulas de infantil desplazadas. En el Nuria Espert,
llegan a meter a los niños en la sala de motricidad, en el comedor, en la sala
de profesores y como patio se utiliza el aparcamiento. Llevan cinco años
aguantando mentiras y esperando a que se acabe el colegio. A diario salen 3.000
alumnos fuera del barrio por la falta de infraestructuras educativas en
secundaria.
Es un escándalo. El hacinamiento
nada tiene que ver con la calidad educativa y la responsabilidad es imputable a
una consejería que hace todo lo posible por no atender la demanda de las familias
antes de que aterricen los concertados. Un negocio redondo con suelo y fondos
públicos para aquellos que están convirtiendo la educación en un puro mercado.
Las familias se han movilizado
para exigir centros educativos públicos. Cientos de familias han pedido la
construcción de un instituto público para que puedan ir los niños del CEIP
Alfredo Di Stéfano que acaben la primaria. Ni caso. Cientos de familias ha
exigido que se acabe el CEIP Nuria Espert a tiempo. Se ha desatendido por una
administración que es la titular de la educación pública. Han salido a la
calle, han rodeado las parcelas, han hecho flashmob, han entregado 600 firmas
en la consejería, han venido a la Asamblea de Madrid y vendrán de nuevo el 15
de diciembre.
La libertad de elección de las
familias en Valdebebas es inequívoca. Pero el Gobierno Ayuso la ha ignorado
demostrando una vez más que su "libertad" es una falacia al ser solo
libertad para el negocio de las grandes empresas. Es gravísimo querer imponer
un gran centro concertado con la pistola en la sien, aprovechándose de la
necesidad de escolarización existente. Es impresentable el argumento del
consejero Ossorio en Comisión de Presupuestos diciendo entre risas: "Ya
verán la demanda que tendrá ese centro concertado". Es como si en pleno
desierto solo se abriera un punto de venta de botellas de agua y se presumiera
de lo bien que se vende aunque sea cara y poca calidad.
La decisión del Gobierno de Ayuso
es descaradísima. Por un lado, es probablemente ilegal. Se intenta burlar la LOMLOE,
que dice que los ayuntamientos solo cederán suelo para centros públicos y no a
empresas privadas (art.81 bis), con un fraude de ley. Se pretende comprometer
el concierto antes de que esté construido el colegio, algo que contraviene las
normas, intenta evitar la libre concurrencia y perjudica a la enseñanza pública
y privada. El Gobierno de la nación quiso prohibir estas prácticas con la
LOMLOE para que no se genere corrupción (Caso Púnica) y para defender la
educación pública. Unidad Podemos va a recurrir este atropello. El Gobierno
debería recurrir estas decisiones y modificar si es necesario la ley para
evitar este saqueo de lo público.
Estamos ante una adjudicación con
infinitas dudas. Solo se fija un mes para el concurso público, lo que hace
pensar con fundamento que el concierto está ya dado a falta de la
formalización. Estas decisiones se producen al más alto nivel del Gobierno de
Madrid. Y a ella no parece que sea ajeno alguno de los principales asesores de
la presidenta. Es difícil no pensar que un regalo de 10,3 millones de suelo y
cientos de millones en concierto comprometidos para décadas no va a tener algún
tipo de retorno hacia los conseguidores de esta bicoca. La lista de sospechosos
habituales es pequeña. Sobre los posibles agraciados se pueden hacer porras, yo
ya hice la mía (NOTA 1) a la que se podría añadir alguna universidad privada
católica.
Aplican igual modus operandi en
el Ensanche de Vallecas. Regalan otra parcela de 13.450 metros valorada en 1,54
millones de euros, para otro centro concertado cuando ya existen cuatro. Las
familias de Villa de Vallecas llevan años exigiendo un segundo y un tercer
instituto y lo único que propone la consejería es saturar más el único
instituto existente, el María Rodrigo. Cierra la Operación Concertados a la
Fuerza, El Cañaveral de Vicálvaro. En un barrio nuevo con 16.00 habitantes
donde no hay ni un solo colegio público, se quieren regalar 23.000 metros
cuadrados con un valor de 18 millones a otro gigantesco colegio privado.
Siempre la misma pauta, el mismo atraco a lo público, el mismo desprecio a las
familias que quieren centros públicos.
El resultado de esta política
privatizadora de la derecha es espeluznante: menos del 40% del alumnado está
escolarizado en la educación pública en Madrid capital (un 31% en el distrito
de Hortaleza en el que se ubica Valdebebas), los alumnos en la FP privada han
crecido un 1,523% en la última década, las partidas de cheques escolares para
derivar alumnos de familias con rentas altas a centros privados alcanzan la
cifra de 163 millones de euros para 2023. Un expolio salvaje con frecuencia
trufado de corrupciones.
Creo que la sociedad madrileña,
sus organizaciones civiles y los medios de comunicación independientes deberían
poner la lupa sobre este inmenso fraude. La prensa libre debe investigar quien
está detrás de estos pelotazos. Si somos exigentes con la defensa de los bienes
y recursos públicos, algún día este escándalo se llamará el Caso Valdebebas.
Mientras tanto, hay que tener claro que los servicios públicos que articulan
derechos de ciudadanía, como la educación y la sanidad pública se defienden en
la calle y en las urnas.
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