EL CAMINO INVERTIDO (NARRATIVA)6
DUNIA SANCHEZ
Estoy frente el espejo, este espejo que parece despertar en esta habitación donde habito con mi hijo. Veo hogueras en toda su dimensión. Veo un perro canelo. Veo un anciano. Veo mujeres danzando a son del llanto, la angustia de estar perdidas, solas. No entiendo al principio pero algo ronroneo mis sentidos. Madre, eres tu, así ha sido tu adiós de esta atmósfera. Un anciano. Un perro canelo merodeando. Mujeres con la pena de los años, de los siglos y todo igual. Desapareces de este mundo y en una fuerte y energética explosión eres hija de otros lugares, ausentes en mí. La noche tiembla, la luna hace hueco a las soledades, a los corazones callados yo, uno de ellos. Sé que jamás volveré a mi cuna, a ese país echo añicos, echo miseria, echo lodazales donde la muerte danza. Te presiento y te llamo. No para que me auxilies sino para que acompañes mi memoria en estos instantes donde la noche tiembla y la luna hace hueco a la soledad. Oigo un ladrido y por un momento me pierdo en la ventana, un perro canelo pasea con su dueño, un anciano. Por su andar deduzco
que es un extraño, como yo, en esta tierra. A ti te busco entre las estrellas,
en esa luna que hace hueco a mi soledad. No te hallo. Te busco y no te
encuentro por instantes me desmoralizo y mis ojos vuelven a ese niño. Ese niño
traumatizado por los azotes a su procedencia. Me apetece ahora que duerme, dar
una vuelta. Salgo silenciosa, cautelosa de no despertarlo. Me enfrento a una
calle que en pleno invierno se aísla de las pisadas. En esta noche de luna
temblorosa me hago la idea de que me acompañas. Cierro la mano e imagino que
vas conmigo. Un sudor frío se aposenta en mi cuello. Un sudor frío discurre por
mi cuerpo. Un sudor frío me hace detenerme. Y observo mujeres danzando
alrededor de una hoguera, tus cenizas. No más. Pero te siento tan próxima a mi
que solo percibo tu aliento, tu olor, tus ojos. Percibo que ahora descansas,
estabas sola, viviendo en la pobreza, en subterráneas cuevas del desdén de una
sociedad donde una mujer no vale nada. No se dan cuenta, somos humanas, somos
la base escalofriante de lo que nace, de lo que brota y luego se pudre, decae
tras un telón de confusas ideas, de enervadas ideas. No dejarnos llevar. Ser
una misma, ello me cultivaste y ahora soy ese caldo donde todo bulle, donde todo
lucha...continuará
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