LOS JUGADORES SON NUESTROS, PERO
LOS GOLES SON AJENOS
FACUNDO DI VINCENZO
Introducción al problema, Breel
Embolo pide disculpas.
Mundial de Qatar 2022. Grupo H. Juega Suiza y Camerún. Van tres minutos del segundo tiempo. Toma la pelota Xherdan Shaqiri, que nació en Gnjilane, Yugoslavia, actual Kosovo, en plena guerra de los Balcanes. Es hijo de padres albanokosovares que debieron emigrar entre las bombas, de serbios, croatas, bosnios y claro, de la OTAN. Luego de rumbear por varios lados llegaron a Suiza. Shaqiri juega para Suiza. De hecho, es uno de sus habilidosos. Escapa al lateral camerunés y envía un centro al área que le llega a Breel Embolo, quien a un toque define al fondo de la red. Suiza 1, Camerún nada. Así terminará el partido. Es el primer gol de Embolo en un mundial, es el primer gol del seleccionado de Suiza en el mundial, sin embargo, Embolo no grita, en pocas palabras,
no disfruta de lo más hermoso
que tiene el futbol, gritar el gol con tus compañeros. Es más, Embolo no sólo
no grita el gol, sino que se queda mudo, se tapa la boca y luego pide perdón.
Sus compañeros del seleccionado lo abrazan, pero él no festeja e insiste en
pedir perdón. Embolo nació en Yaoundé, la capital de Camerún en 1997. Allí pasó
su infancia hasta que sus padres se separaron. Con su madre se mudó a Francia y
a los pocos días de llegar, ya empezó a empezó a demostrar sus habilidades con
el balón, luego se mudaron nuevamente a Suiza, en donde el club suizo Basel se
apuró para incorporarlo al equipo. Con sólo 16 años debutó en la primera
división del Basel. La Asociación Suiza de Futbol, considerando la situación
futbolística y, al mismo tiempo, aprovechándose de las necesidades económicas
de la familia de Embolo, le propone la ciudadanía suiza y, claro, su incorporación
a la selección nacional [ii]. Es importante mencionar que el Estado suizo tiene
una política extremadamente restrictiva respecto a los inmigrantes. El artículo
116 de la Constitución Suiza en su apartado 1ro de la Ley sobre los extranjeros
castiga con la cárcel a cualquier suizo o suiza que ayude a un extranjero a
hospedarse “sin papeles”. Un delito que en el país de los Alpes se lo llama
comúnmente como “delito de la solidaridad”. Sí, se ha leído bien, en algunos
países del Atlántico Norte ser solidario es un delito. Dice la ley: «Se
castigará con una pena de privación de libertad de un año o más o con una pena
pecuniaria, a toda persona que en Suiza o en el extranjero, facilite la
entrada, salida o estancia ilegal de un extranjero o participe en los preparativos
para tal efecto». Pero la restricción no termina allí, Suiza en el 2022 ha
sancionado una ley que prohíbe la entrada de trabajadores europeos no suizos.
En definitiva, Embolo es una excepcionalidad que únicamente puede ser
justificada por sus destrezas, por sus goles. A pesar de todo, hay un engranaje
en esta maquinaria sofisticada, en este relojito suizo, que hace ruido, que
parece fallar. Embolo no grita el gol, incluso, pide disculpas.
Cuando juega la
selección nacional, y esto no ocurre únicamente en Argentina, florece un
sentimiento de fraternidad, de comunidad nacional. De pronto se conversa en las
ferreterías, kioscos, verdulerías, panaderías, en las puertas de los colegios,
con desconocidos y desconocidas. Se discute, se acuerda y a veces, se llora con
desconocidos y desconocidas. Hay una bandera, que todos reconocemos como
“nuestra bandera” que flamea en los balcones. Todos hablamos de lo que va
ocurriendo y todos sabemos de lo que estamos hablando, pero con un detalle no
menor, se habla y también se comparten lo que se siente: tristeza, melancolía,
alegría, furia, nerviosismo. Es extraño para la mayoría de los sociólogos,
psicólogos y demás estudiosos de las ciencias sociales, pero lo cierto es que
cuando juega la selección se enaltece el sentimiento nacional. Lo sabemos,
algunos dirán que la nacionalidad es otra cosa, y quizás, estamos de acuerdo,
pero lo cierto es que juega selección en un mundial y del suelo emerge un
sentimiento nacional, todos somos nacionalistas, hasta el punto de cantar
nuestro himno nacional a los gritos y con los ojos llorosos. Por todo esto y
mucho más, ahora sí, podemos acercarnos a comprender los motivos de la falla
del “relojito suizo”: ¿Cómo no va a pedir disculpas Embolo? Si él siendo
camerunés, con la camiseta suiza, le hace un gol a Camerún.
La palabra Patria
proviene del latín y quiere decir, según el Diccionario de la Real Academia
Española [iii], “país del padre”, de donde “tierra natal”, derivado de pater,
patris. En este mismo sentido, la idea de Patria, que a la vez se encuentra
íntimamente ligada a la idea de nacionalismo, aunque no son lo mismo, se
relaciona con la palabra tradición, que proviene del termino en latín traditio,
que significa transmitir, “dejar al que viene”. El historiador y estudioso del
folklore rioplatense, Pedro Inchauspe (Laboulaye, 1896-1957), afirma: “La
tradición es la primera forma de la Historia. Desde las épocas más remotas las
agrupaciones humanas sintieron la necesidad de prolongarse en sus usos y
costumbres –que con el idioma son los elementos fundamentales de un pueblo-, y
como carecían de la expresión escrita, utilizaron el único medio a su alcance:
el relato, transmitido de padres a hijos, de viejos a jóvenes, de los que saben
a los que no saben, no sólo para capacitar a sus continuadores, sino también
para dejar noticia de su paso por la vida y honrar y perpetuar sus hechos, sus
devociones, sus glorias.[iv]” Para Inchauspe la tradición, las tradiciones,
manifiestan una parte de lo humano, rápidamente se resuelven entonces dos
enigmas-problemas-traumas de la modernidad y de la posmodernidad que emerge
desde el Atlántico Norte. El primero, que nuestra existencia, con sus
objetivos, misiones e interrogantes no se resuelven en nuestro paso por la
Tierra, sino que se encuentran estrechamente unidos a la historia de nuestros
padres y a la historia que luego escribirán nuestros hijos y nietos. Segundo,
que la Patria es una e indisoluble, inmodificable e irremplazable, es el lugar
en donde están “los nuestros”, padres, hijos, nietos, tíos y amigos.
Ahora bien, esta
idea de Patria ligada a la tradición es exponencialmente opuesta a la idea de
Patria que se propone desde las potencias del Atlántico Norte, en donde más de
un iluminado afirma que “nuestra Patria es el mundo”. Para cualquier camerunés
como Embolo es prácticamente imposible ingresar a Suiza, al punto de negar
aquel imaginario sobre “nuestra Patria es el mundo. Pero Embolo no es cualquier
camerunés, es un camerunés que juega bien al futbol y que los suizos pueden
utilizar para ganar un partido difícil como el que tuvieron hace unos días
contra Camerún. Una herramienta para vencer. No importa aquí el pasado, ni las
tradiciones impregnadas en el consciente e inconsciente de Embolo, en
definitiva, se lo identifica como suizo, pero su cultura parece ser otra, de
allí su lamento y disculpas. En este mundo (mundial de Qatar) reina la
inequidad, pero no sólo por la explotación sufrida por quienes han trabajado en
los estadios lujosos de Qatar sino también porque Shaqiri y Embolo tienen a
cuestas una historia de explotación, colonización, violencia y apropiación de
recursos y territorios por parte las potencias del Atlántico Norte (OTAN), ¿o
acaso puede negarse que Embolo y Shaqiri [v] son un recurso más que han
aprovechado estas potencias del llamado “tercer mundo”?
Notas:
[ii] Goal.com (ed.)
(2014). «Breel Embolo FC Basel Champions League». Consultado noviembre de
2022..
[iii] Diccionario
de la Real Academia Española (2022), en:
https://dle.rae.es/patria
[iv] Inchauspe, Pedro,
Reivindicación del Gaucho, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1968, p.
17.
[v] Es el mundial
con más jugadores no nacidos en la selección en la juegan: 137 de la historia
de los mundiales
Facundo di
Vincenzo, Profesor de Historia – Universidad de Buenos Aires, Doctor en
Historia– Universidad del Salvador, Especialista en Pensamiento Nacional y
Latinoamericano – Universidad Nacional de Lanús, Docente e Investigador del
Centro de Estudios de Integración Latinoamericana “Manuel Ugarte”, del Instituto
de Problemas Nacionales y del Instituto de Cultura y Comunicación. Columnista
del Programa Radial, Malvinas Causa Central, Megafón FM 92.1, Universidad
Nacional de Lanús.
Rebelión ha
publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de
Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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