2023 NOS PERTENECE
ROBERTO SOTOMAYOR
Roberto
Sotomayor en una manifestación en defensa de los servicios públicos. -Twitter
@SuperRoStar
2022 está siendo un año especialmente convulso. A las graves consecuencias sociales que la pandemia nos ha dejado, se ha sumado, además, la guerra en Ucrania. Una situación que está llevando al límite a nuestro sistema del bienestar, que si resiste es gracias al enorme sacrificio de sus profesionales.
Y permítanme que en estas fiestas navideñas quiera acordarme de todas las personas que forman parte de nuestros servicios públicos y, en especial, de los sanitarios que siguen luchando para mejorar las condiciones laborales y poder darnos una buena atención. Esto no es baladí. En una atención primaria de calidad puede estar la diferencia entre la vida y la muerte.
En Madrid, por
desgracia, es donde estamos viendo más crudamente las costuras del sistema. Las
políticas suicidas de Martínez-Almeida y de Isabel Díaz Ayuso están destrozando
las condiciones mínimas para tener un proyecto de vida estable. Ni vivienda a
precio razonable, ni limpieza y salubridad en según qué barrios, ni una mínima
red social de protección para las clases medias trabajadoras, ni para quienes
están en el borde o ya han caído en el abismo de la pobreza. No hay más que
pasearse por algunos barrios de la ciudad y abrir bien los ojos para descubrir
la enorme desigualdad existente. Incomprensible en una región rica, en una
capital con superávit, e impresentable.
El atropello al
sistema público de salud está generando unas listas de esperas jamás vistas.
Más de 925.000 personas contando los días para que su vida adquiera un poquito
de normalidad. Un dato absolutamente escandaloso. Nuestro Estado del bienestar
no puede permitirse esto.
Las privatizaciones
de los servicios públicos tampoco han dado resultado. Hoy nuestras calles están
más sucias. Hoy nuestros abuelos y abuelas viven mucho peor en unas residencias
sin recursos. No hay más que visitar una de las residencias de la Comunidad de
Madrid de gestión indirecta —es decir, privatizada, donde lo importante no son
las personas sino que salgan las cuentas— para darse cuenta de la gravedad. La
imagen de unas cucarachas correteando como Pedro por su casa por el restaurante
de una de estas residencias es una visión que difícilmente olvidaré.
El Partido Popular
se ha declarado en guerra contra la libertad, la igualdad y el bienestar. Al
desmantelamiento de lo público, a la precarización de los trabajadores, hay que
sumar los sucesivos escándalos de corrupción que han salpicado una vez más a
algunos de sus dirigentes y familiares. Más de lo mismo, nos tienen
acostumbrados, pero reflexionemos. Hagamos la autocrítica de la que ellos son
incapaces. No podemos normalizar este abuso, este maltrato.
Y Madrid tiene un
gran potencial. Somos la capital y debemos actuar como vanguardia y como motor
económico y social. Hay tanto por hacer que no podemos caer en el pesimismo, ni
tampoco en el conformismo. Madrid sólo concentra el 11% de la industria
española, mientras Catalunya lo hace en un 22%. Tenemos mucho margen para
crecer, para competir por arriba, para atraer talento jóven y dejar de
expulsarlo. Pero no con estos gobernantes. Ayuso tenía un plan de industria
pactado con los sindicatos que después no ha llegado a ejecutar ni siquiera el
3%. La imagen de la Factoría Industrial de Villaverde cerrada y sin actividad
resume todo esto.
¿Por qué no elegir
un camino mejor también en Madrid? A pesar de los evidentes límites, la
economía crece en el conjunto del Estado y Podemos como fuerza transformadora
desde el Gobierno de España sigue apretando para convertir los privilegios de
unos pocos en derechos para todos. La protección a las familias se fortalece.
Las reivindicaciones del feminismo y de las personas LGTBI ahora son ley. El
salario mínimo sigue subiendo, y la reforma laboral está demostrando haber sido
un acierto. Esto es así. Le pese a quien le pese.
2023 tiene que ser
el año en el que ese viento de transformación y conquistas sociales, de cambios
y mejoras, sople con fuerza en Madrid.
Mi compromiso es
con una ciudad mejor. Con unos servicios públicos de calidad, que funcionen, y
de gestión municipal; con una ciudad libre de contaminación, desde la apuesta
por una movilidad moderna y sostenible; con la juventud madrileña, el deporte,
la cultura y el ocio. Y por supuesto, con un modelo económico que nos haga
crecer al mismo tiempo que destierra la precariedad de una vez por todas.
Hemos demostrado
que con ilusión, con unidad y con mucho trabajo se puede conseguir que la voluntad
ciudadana se convierta en Ley. Y me voy a dejar la piel, recorriendo cada
barrio de Madrid, cada asociación de vecinos, escuchando a todo el que quiera
aportar. Además, porque si dejas de pisar las calles, ya sabemos lo que le pasa
a los políticos profesionales: que el despacho lejano nubla las ideas.
Vamos a necesitar
toda la fuerza posible para que la voluntad de la gente llegue al Ayuntamiento.
Por eso te pido que disfrutes y descanses en estas fiestas. Que cargues las
pilas, y me acompañes en esta carrera hacia un Madrid mejor que, contigo, vamos
a lograr a partir de las elecciones de mayo.
Felices fiestas y
feliz 2023.
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