LA SILLA ELÉCTRICA DE PEDRO SÁNCHEZ
ANÍBAL MALVAR
Pedro Sánchez durante una entrevista en La
Moncloa.- EFE
Yo no sé vosotros, pero lo primero que hice yo ayer fue llamar a Esperanza Aguirre por si no se había enterado de que Pedro Sánchez nos baja el IVA de la luz al 5%. Era un tema que me tenía desvelado desde 2006, cuando la ex lideresa escribió en sus sinceras y deliciosas memorias que no llegaba a fin de mes, entre otras razones, por culpa de la factura voltaica (pobre Chispas): "Tengo unos techos altísimos y la calefacción es eléctrica". Qué pesadumbre.
Los que habitamos
techos bajos, bajísimos, o los que no tienen techo, nunca entenderemos el
sufrimiento de esta gente de altos techos, tanto arquitectónicos como políticos
e intelectuales, que hoy por fin ven sus cuitas y sus fríos y sus calores
apaciguados gracias a la bajada del IVA recién anunciada por PS.
Como todos sabemos,
la culpa del exorbitante precio de la luz es de los ucranianos, por dejarse
invadir por el social-comunista Vladimir Putin apoyado en la sombra por nuestro
gobierno bolivariano. Antes de la invasión, Endesa, Iberdrola y Naturgy
cerraron el ejercicio contable de 2021 con 6.500 millones de euros de
beneficio. Y, si lo recordáis, por aquel entonces el consumo doméstico era casi
gratuito. La pelirroja a la que hago infeliz y yo, que vivimos solos y tenemos
bajo consumo pues nos solemos calentar con viagra, que es aun más barato, casi
nunca tuvimos que pagar más de la cuarta parte del viejo salario mínimo
interprofesional de factura eléctrica. Hoy, a pesar de la subida del salario
mínimo, esa cuarta parte se ha situado en un muy distinto 25%. Son datos. Más
periodismo.
Me voy a hacer
social-comunista en cuanto abra el centro de salud mental, pues el socialismo
consiste en eso: en la igualdad: en bajarle los impuestos a los ricos y a los
pobres equitativamente, sin distingos de raza, condición o fortuna. Lo dice
nuestra Constitución.
El presidente de
Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, hace menos de una semana que anunció unas perspectivas
de beneficios de su empresa de entre 4.000 y 4.200 millones para este 2022,
superávit que calificó de récord histórico a pesar de rusos, ucranianos y de
los niños que siguen sin luz en la Cañada Real. Gran gestor.
Ahora, con la
bajada del IVA, sin duda las perspectivas mejoran, pues niños y viejos
tendremos más libertad para enchufar sin tregua nuestros nintendos y satisfyer
hasta que salten los plomos.
Gracias a políticas
tan equitativas como esta, Pedro Sánchez y sus a veces apocaditos socios de
gobierno han conseguido en Andalucía que el PP consiga por fin la añorada
mayoría absoluta que frene a Vox. Que a nadie se le ocurra, qué locura, coger e
intervenir el mercado eléctrico y quitarle sus 4.000 millones al iberdrólico
Sánchez Galán. No vaya a ser que la izquierda social y electoral se movilice. Y
se ganen de verdad unas elecciones.
Entre los
redactores de nuestra sacrosanta Constitución, parece que se coló un hacker
avant la lettre y el megabit, que escribió a escondidas nuestro artículo 128.2.
"Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley
se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales,
especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de
empresas cuando así lo exigiere el interés general".
Como el interés
general se resume en que le bajen al 5% el IVA a los techos altos del palacete
madrileño de Esperanza Aguirre, enciende y vámonos.
Dicen muchos
expertólogos de izquierdas que nuestro gobierno falla en la comunicación de sus
grandes logros. De sus políticas sociales. Pero yo no veo mucha política social
en subir en un 25% el salario mínimo interprofesional si acto seguido te suben
aun más el precio de la luz, de los combustibles, del pan y de los melones.
Los gobiernos no
están para intervenir, nos dicen a pesar de la Consti, ese texto tan riquiño.
Están para observar cómo se lo llevan crudo, por no poder encender la vitro a
causa del precio, nuestros oligarcas y chorizos de siempre. Con perdón, por lo
de oligarcas.
A pesar de que
estoy casi ciego y de que escribo esto alimentando el ordenador con una vela,
veo a Alberto Núñez Feijóo entrando casi ya en Moncloa flanqueado de antorchas
de bajo consumo. Pedro Sánchez se está cavando su propia silla eléctrica. Y
Unidas Podemos también. Es elegante saber perder. Pero es muy inelegante no
saber ganar, querido gobierno de coalición. Y sí se podría. Y se pudo. Pero no
sé si se podrá.
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