LA METAMORFOSIS DE
LA IZQUIERDA
Decía un
grafiti urgente aquel 1989 bisagra de lo que en Uruguay se estaba viviendo:
<<Qué importa que nos apaguen la luz, Sendic ilumina el camino>>
Veníamos de la derrota del voto verde -escribe Wasem Alaniz- y nos esperaban
duros golpes ideológicos con la caída del muro de Berlín, el desbarrancamiento
de la revolución sandinista y la crisis de la Cuba socialista… La muerte del
Bebe nos tomó por sorpresa de la misma manera que nos sorprendió con sus
planteos al salir de la cárcel.
El síndrome de Estocolmo (y) la fragilidad de la vida impuesta
El
pueblo aprendió que estaba solo y que debía pelear por sí mismo y que de su
propia entraña sacaría los medios, el silencio, la astucia y la fuerza… deja
escrito con entrañable peso y sentimiento el periodista argentino Rodolfo
Walsh. Desde otro ángulo, y en otra parte, al unísono en lucha por el todo. De
súbito y a bocajarro aquellas palabras escritas cobran en ella el imaginario
puño de acero descargando con todo, el arcoiris de las flores desaparecidas. A
la fragilidad de la vida impuso el silencio al enemigo como escudo. Desafió la
más férrea clandestinidad acomodándola a su forma de vida. Apretó dientes y
puños al escalofrío desatinado ahuyentando los pasos herméticos que apagaban la
luz en noches cerradas. Incorpora la astucia como herramienta de gran valor y
desarrolla la audacia frente al terror sembrado en cada esquina. Refuerza la
palabra escrita legada que remueve dentro de ella su conciencia y perseverancia
apartando los monstruos cuyo objetivo es debilitar, lanzando por los aires los
cristales rotos, sugestionados en formar los espejos cóncavos que tan brillante
describió Valle Inclán. Desafió sus gestos grotescos cayendo sobre un pueblo
maniatado que eligió luchar. Aquella reacción incontrolada le sobrevino
multiplicada de fuerza urgente enfrentando el silencio, al misterioso cobarde
sonido de los pasos herméticos, interrogando en voz de burla insolente que
sádico se acercaba. Siiiiiiiiiiiii se exigía a sí misma tratando de calmar la
tos de pánico interna, sobre el aviso desde lo más profundo de la
supervivencia, como saliendo de los calabozos de la muerte. La mordaza
desfiguró su expresión, las esposas arrebataron sus manos y las armas tomaron
posesión de la victima. L`autoridad se impuso, y la represión aceleró la
tortura, la rotura en piel, la monstruosidad, la deformación de su cuerpo fragmentado
en mente de cordura y ternura en potencia. ‘La vida te enseña’ había oído decir
a mi madre y muchos fueron los y las que intentaron asegurarlo y acreditarlo
pero no tuvieron derecho a la palabra… y los “líderes” traidores e intrusos se
impusieron cual si no pasara nada. Había que ser una persona perversa; mala,
muy mala persona, servil a la agresión para la degradación en envoltura
mercenaria un pasito pa`lante anunciando el atrás, de su lengua larga a lo
camaleón, anclando el esclavismo sobre la libertad y la explotación como forma
de vida: para poder enfrentar todas las flores frescas del arco iris de la vida
como si ser fuera el enemigo principal.
La hora
de enfrentar, a riesgo de su vida, se presentó el silencio fiel que acompañó su
vital juventud temprana, despuntando sus días aún ingenuos de pubertad sobre la
dimensión, que la maldad, en nido de los poderes fácticos podía desempeñar. La
niña dejó de forma súbita la adolescencia, moldeada por una sociedad y un
sistema imponiendo cordura trastocada, acelerada, incomprendida, convirtiéndola
más que en ser humano en sexo de la razón impuesta (solo era en ser no más).
Así lo creía inocente su vida espontanea deseosa de descubrir y crear, de amar
y sentir justicia para su familia, para todos los seres que conocía y quería,
henchida de alegría expandiendo alas de libertad y transformación. Las reglas
que rigen la ley de la nefasta educación insistieron pulirla “femenina”, y ella
dio la palabra a la guerrillera, y convirtió, más allá de las aulas en la mujer
que es. Era una adolescente, no más, empezó sola a actuar en el mercado de las
pulgas donde aterrizó, y había que ganarse la vida, sin papeles que pudieran
acreditarla cosa imposible y eso lo sabía hasta conseguir los que la alumbraran
hacia el cenit de lo imposible: hasta la salida en prisión de quien daría forma
‘legal’, sus idas y venidas, se mantuvo a la espera acordada firme sobre la
vigilancia y precaución que formó parte (de la sombra que un día alumbraría).
Así lo creía, y mientras ahí, disputándose el derecho de vivir en paz sobre la
improvisada tarima ‘bip’ tragicómica, de sus tiernos días miliciana de la
cultura, en eco de su voz más proletaria, aleteando activa en el seno de una
sociedad que desconocía tanto como su idioma. Avanzando por si misma a medida
que iba forjándose y ampliando derechos, no solo al voto, que eso siempre fue
lo de menos en su vida y mundo de lucha, nada transcendental ni siquiera el
divorcio, que dada la ideología jamás pensó “casarse”. Y ahí fiel a los
principios de su cosecha, como asumir el propio rol en la historia formándose
cultural y profesionalmente como se ha podido y de esa compleja manera,
mostrando y dando a conocer la heroicidad oculta en los medios pero no en la
vida (su vida). Firme en lucha diaria esquivando el engaño, la traición,
traspasando el pedaleo sobre el cerco enemigo brincando mugas uniéndose a otras
dignas, de la misma condición forjando estela entre los nadie, entre otras
miles sin la misma preparación militante, encaramando el arrojo y conciencia
juntxs vibrando brillantes en refriegas detonantes de historia.
Paso
entre líneas a otra historia menos personalizada, hermanada en la memoria, cuya
raíz parte de la misma historia universal en eco tupamaro, Adolfo Wasem Alaniz,
de profesión periodista, escritos y análisis de imborrable firma: <<”La
muerte del Bebe nos tomó por sorpresa, de la misma manera que nos sorprendió
con sus planteos al salir de la cárcel”. El mítico líder guerrillero, que había
sobrevivido al intento de lento aniquilamiento del enemigo, sale con un plan de
emergencia para el desastre de país que nos dejó la dictadura. Habla de no
pagar la deuda externa, de pasar las tierras en manos de los bancos al
Instituto Nacional de Colonización, limitar el latifundio vía reforma constitucional
y castigar vía impuestos al consumo suntuario’. Crea el Movimiento por la
Tierra y habla de un Frente Grande como instrumento para juntar a los que
coincidan con este planteo, a nivel político pero fundamentalmente a nivel
social, aprovechando el torrente de organizaciones sociales que la lucha contra
la dictadura había generado. No se la llevó casi nadie; desconfianza en la
izquierda y hasta en los propios tupamaros, que estaban pensando más en
resolver sus viejos conflictos producto de la derrota. Pero al Bebe no le
importó; fiel a su estilo, siguió adelante, recorriendo el mundo y aprendiendo
de las diferentes experiencias revolucionarias, estudiando economía y
articulando con todo aquel que pudiera aportar a la causa. Por su casa de Ejido
pasaban desde Reinaldo Gargano hasta Luis Mosca (que después fue ministro de
Economía de Sanguinetti, pero en ese momento pertenecía a la parte
“progresista”del Partido Colorado), también Hugo Batalla, Óscar López Balestra
y Alberto Couriel, entre otros. Nunca recibió a Jorge Batlle, que en varias
oportunidades le mandó decir que se tomaría un café con él. Lacalle se encargó
de cobrárselo en una campaña electoral posterior (Han pasado 25 años, hace casi
diez que la izquierda gobierna en el Uruguay). Como dijo el representante del
Movimiento Sin Tierra de Brasil en el acto en recuerdo de Sendic el sábado, hoy
el enemigo ya no es más el viejo latifundio sino el agronegocio aliado al
capital financiero internacional, que concentra la propiedad de la tierra,
destruye los recursos naturales y expulsa a los pequeños productores familiares
que aún sobreviven en nuestra campaña. La izquierda aprobó la ley de ocho horas
para el trabajador rural, el Instituto de Colonización ha repartido tierras
para aspirantes largamente postergados, pero sigue siendo algo testimonial ante
el avance del agronegocio. Parece que el país necesita los puntos de
crecimiento del PIB que aportan estas grandes empresas para sostener el nivel
de consumo necesario en las ciudades, que prefieren mirar al mundo desarrollado
como modelo. En un año de campaña electoral, poner en discusión este modelo,
con la apertura que nos mostró el Bebe, mirando más hacia el campo y escuchando
a los olvidados de la tierra, es quizá la mejor forma de seguir ese camino que nos
sigue iluminando Sendic>>. El 30 de junio de 1984 el periodista tupamaro
Adolfo Wasem Alaniz inicia una huelga de hambre que mantiene durante más de un
mes reclamando “la libertad para todos sus compañeros presos y el retorno de
todos los exiliados”; los rehenes son visitados por la Cruz Roja, en el caso de
Wasem Alaniz, se realizó un informe donde se contradice con el diagnóstico de
salud elaborado por el Dr. Glaussius responsable de su tratamiento médico.
Muere en una celda del Hospital Militar el 17 de noviembre de 1984, una semana
antes de las elecciones que determinarían ‘el final de la dictadura’,
acompañado inolvidablemente por miles de compañeros que le conocieron,
valoraron y estimaron.
Según el
Consejo Interventor de Enseñanza en 1976, la quinta parte de los estudiantes
que terminaron el liceo, solicitó pase para realizar sus estudios
universitarios en el extranjero. Era el momento y hora de los cobardes
mediocres y los delatores. El mejor médico ginecólogo del país Hugo Sacchi,
preso por su ideas e ideología tiene a su cargo ‘la parición de cerdos’ en el
Penal de la (falsa) Libertad. Con la crisis y la desnutrición proliferaban las
enfermedades pero el gobierno uruguayo, limitaba a la mitad, el ingreso de
estudiantes a la facultad de Medicina: de cada diez médicos, cuatro están en el
extranjero o en la cárcel. A principios de ese año, el Ministro de Economía
declaró: ”Si a los obreros no les alcanza el salario, que estudien para
progresar”. Artistas y científicos andaban desparramados por el mundo. Apenas
unos años atrás había en Montevideo quince salas teatrales y varios elencos, de
teatro independiente de primera línea. La gente de teatro que no se fue quedó
condenada a prisión, tortura o mudez. El Galpón, Rubén Yáñez, no quería irse.
Le dijeron: ”Usted no puede dirigir, actuar, escribir, ni enseñar teatro (Firme
aquí). Yo también soy electricista: ¿No puedo trabajar como electricista en
algún teatro? -No-. Un artículo sobre Uruguay, en la revista Triunfo, hace
referencia a la baba de la araña de la censura… que abarcaba desde las
pastorales del arzobispo de Montevideo y `El Principito´ de Saint-Exupery hasta
ciertos capítulos del `Quijote´ y algunos viejísimos tangos de Carlos Gardel.
El violinista Yehudi Menuhin exhortó a la protesta contra dicho régimen de
espectros: “Vamos a negarles -reclamó- todo apoyo, toda ayuda, toda música´´.
El sistema político económico y represivo impuesto quiere lavarse las manos.
¿Las desapariciones?: Obra de grupos incontrolados. ¿La tortura?: Un exceso
cometido por algunos cuadros medios de la Fuerzas Armadas, que escapan a la
responsabilidad de los jefes (fueron algunas declaraciones del embajador
Giambruno ante la Comisión del Hombre de las Naciones Unidas, en Ginebra).
Pero, ¿es posible convertir a un país en una cárcel empleando el guante blanco
y los buenos modales? La tortura sistemática, los secuestros, las prisiones
masivas, el miedo como modo de vida cotidiana: ¿son errores que el sistema
comete o precios que cobra para sobrevivir?: Fueron hallados los cadáveres de
trece uruguayos exiliados en Argentina. Otros sesenta y cinco, incluidos cinco
niños, los desaparecieron sin dejar rastros. Otros veinte aparecieron presos,
en Uruguay, después de haber sido secuestrados en Argentina. Elsa Altuna
dirigente del gremio de la prensa ‘se esfumó en Buenos Aires’ cuando fue hacer
un trámite a la oficina de Migraciones; dos meses después, aparece presa en
Uruguay, en la cárcel de Punta Rieles. Lo mismo ha ocurrido, a la inversa, con
varios argentinos detenidos, en el propio Uruguay ¿Es el Mercado Común en
funcionamiento, tipo UE?.
El
sistema: no era sino una clase antagónica dominante hacia dentro y dominante
desde fuera; un ‘pequeño’ engranaje de una maquinaria mundial en manos del
imperialismo. Los ‘administradores’ del poder, unidos por el miedo a la
respuesta popular no pueden disimular la catástrofe… el campo se está
despoblando día a día, las escuelas tienen cada vez menos alumnos se están
cerrando, los cinturones de las ciudades se agrandan (los cantegriles están
aumentando) y también la crónica policial. El periodista uruguayo Guillermo
González fue procesado a finales de 1977 por el delito de ”ataque a la fuerza
moral de las Fuerzas Armadas” (Motivo): un reportaje publicado hacía siete
años, en el que algunos presos políticos denunciaban torturas. El redactor
responsable de `Marcha´, Julio Castro de sesenta y ocho años, desaparece el
primero de agosto de ese año; la policía difunde sobre el caso datos falsos,
mienten en todo hasta de su estatura y número de carnet de identidad y, con la
complicidad de las autoridades argentinas, urdió la patraña de un viaje de
Julio a Buenos Aires (Jamás apareció, murió como muchos otros en la tortura).
Un año antes a este suceso el senador Zelmar Michelini dijo públicamente: “La
dictadura no es más que una de las caras del régimen´´; fue secuestrado y
asesinado en Buenos Aires en mayo de 1976. El secuestro formó parte del mismo
operativo en el marco del Plan Cóndor, por el que se secuestra y asesina a
Héctor Gutiérrez Ruiz, Rosario Barredo y William Whitelaw. Los cuatro cuerpos
fueron encontrados fuera de su país natal el 21 de mayo, de 1976, en el
interior de un automóvil en la esquina de las calles Avda. Richieri y Perito
Moreno de Buenos Aires (Unidos ambos países,Uruguay-Argentina, por el crimen
desenfrenado y la impunidad). Sólo conociendo la verdad se podrá tomar
conciencia y juzgar. He aquí un impresionante discurso pronunciado por el
senador Zelmar Michelini en la Plaza Independencia el 19 de noviembre de 1971:
Antagónicos
a dicha militancia y principios por los que se pelearon victorias tomaron
cuerpo ‘Los Camaleones’ afectados por el síndrome de Estocolmo. Y sin tiempo ni
ánimo de probar mi sesera sobre camaleones por el mundo, pongo pues los nombres
bajo la tiza incrustados en turno de Pepe Mujika y Eleuterio Fernández Huidobro
(del MLN-Tupamaro). Dos personas que como el resto de sus compañeros (9) toda
la dirección tupamara o prácticamente estuvo secuestrada. Sin ánimo de ofender
pero si de asentar que no cabe otra palabra, desde mi óptica sobre el síndrome
de Estocolmo, que la de camaleón, para mejor comprensión de algunos de los que
durante más de una época sufrieran en cuarteles militares las más crueles
torturas. Para mayor compresión del significado de su militancia señalar que
cualquier acción que iniciara el mentado MLN-T sería respondida a nivel
gubernamental-militar con la muerte o castigo quebrantable corporal de los
rehenes: Raúl Sendic (el gran Bebe), Adolfo Wasem Alaniz, Jorge Zabalza, Jorge
Manera, Julio Marenales, Henry Engler, Pepe Mujika, Eleuterio F. Huidobro y
Mauricio Roseconf, periodista, más conocido como dramaturgo… [Mujika, llegó
nada más ni menos que a Presidente del país o sea más allá de la caña en
trasiego productivo, de los pastos y mate en los cuarteles; Huidobro, agüita
como de gordo cacique y bastón llegó a Ministro de Defensa, y ambos, por el
Frente Amplio!] ¡¡Doce años de secuestro!! Mientras el poder uruguayo del crimen,
arropado por gobiernos similares, e instituciones internacionales del falso
derecho humano, desarrolló en manga ancha su instinto repulsivo a forma de
‘Programa de gobierno’
Sean
raspadas la conciencia y la memoria hasta que sangren.
Ampútense
los veinte dedos.
Sean
disecados el pene y la vagina.
Rellénese
de basura la boca.
Tápense
con mierda los oídos.
Sean
cosidos los párpados y los labios.
Destílese.
Escúrrase.
Suprímase
todo aroma, todo sabor, todo saber, todo color, todo calor.
Sea
pasado por el alambique.
Sublímese.
Nunca he
entendido o no he querido entender el razonamiento del por qué, de algunas
personas, de traicionarse a sí mismas… como juntarse o casarse “con cualquiera
hasta de ideología adversa o que simplemente (gravemente) no se enteran porque
no entienden”. Entre ellas, incluso aquellas, que han mantenido una cierta
lealtad a sus ideales de causa durante un largo periodo de sus vidas y, de
súbito como un globo agujereado se desinfla para volverse a llenar de miseria
política e ideológica, cambiando radicalmente de principios hasta insultarse a
sí mismos y humillarse, de la manera más ruin, como si el pie izquierdo se les
hubiera atrofiado, arrastrándose con una ortopedia presta a levantarse y
abrazar al que tantos años lo esclavizó, asesinó directamente en sus propias
casas a otros compañeros, entre calles y redadas y vía tortura, secuestrados
como rehenes y desaparecidos en decenas de casos. Es difícil, muy difícil,
entender que personas que han luchado contra dictaduras fascistas encarnizadas
sufriendo en carne propia la persecución y cárcel terminen abrazando a sus
torturadores y verdugos. No quisiera entrar en si se llama tal fenómeno
“síndrome de Estocolmo”, del idiota, o del espabilado. Lo que no se puede
negar, es que lo que llamamos enemigo, no es sino parte del cuerpo articulado
como potencia única arrasadora del despotismo en rapiña del imperio, al que se
funde como fase superior del capitalismo, con muchos súbditos potenciales y
miles de subpotencias, entre gobiernos dependientes (directos) y miles de
subgobiernos vinculantes, al sistema impuesto en evolución de guerras, donde
arroparse a la sombra de su economía ‘democrática’. Camaleones unos y otros que
pronto y sin demora, tras su salida entre mazmorras renegaron de aquellos
principios por los que lucharon y que a punto estuvieron de ser asesinados, y
que en ambos casos, del ejemplo, durante los años que estuvieron al frente del
gobierno aplicaron las mismas políticas económicas neoliberales, que los
partidos de derechas. No soy consciente de que hubiera grandes cambios, hasta
poder afirmar que nada o poco tuvieron que envidiar al enemigo; en una palabra
digamos que de ‘socialismo’, ni modo, ni de justicia ni de grandes logros
sociales.
NOTA
Metamorfosis
(la del IRA irlandés) que de ser perseguidos, secuestrados, torturados,
asesinados, cercados y odiados en su propia tierra, por los esbirros del
ejército inglés durante decenas de años, incluso de siglos, a colaborar con la
monarquía inglesa, con su policía y con sus fuerzas armadas y sus políticos
corruptos. Si nos retrotraemos a la época de la Unión Soviética, vemos primero
de lleno la metamorfosis de Nikita Khrushchev, tras la muerte de Stalin al que
“tanto quería” como líder indiscutible de los comunistas rusos; más tarde en
1991, la de Gorvachov y Boris Yelsin entregando lo poco que quedaba de la
histórica URSS a oligarcas y mafiosos rusos y multinacionales yanquis. Hubo un
tema que retrató muy bien al uruguayo Ministro de Defensa, Huidobro, es el
referido a la conocida “ley de caducidad”, que estipula que no se pueden juzgar
los delitos cometidos por policías, militares, y asimilados por motivos
políticos o en cumplimiento de órdenes durante la dictadura en Uruguay. La
negativa de Huidobro, a la derogación de la ley que rige desde 1986, y su
particular forma de dirigirse a algunas organizaciones sociales y de víctimas,
le costaron el rechazo de un amplio sector de la izquierda y de la sociedad
civil. En una entrevista el mentado camaleón llega a decir: ”Nosotros
coordinamos la seguridad del Rey, Juan Carlos I, durante su visita en noviembre
de 1996”. En otra ocasión declaró <<”El CESID”, me encargó negociar con
ETA>>. Metamorfosis pareciera por igual la epidemia que ha contagiado a
la mayoría de la Izquierda Abertzale en Euskal Herria; de ser la referencia
revolucionaria e independentista de Europa, a ser (hoy) los sostenedores del
Estado centralista capitalista, pro-fascista y militarista. Metamorfosis
monumental fue la que experimentó el propio Partido Comunista Carrillista (PCE)
con los rieles preparados saboteando la vía y, ya sin importarles a sus
incondicionales desde los años 50, desfogándose sin rubor a partir de los 60, y
asumiendo en los 70, la mediática ‘peluca’ del cuento de la democracia con los
ojos postrados sobre el altar mayor de los obispos y de la gran banca nacional
e internacional; el mentado zorro en descomposición metástasis, era mimado por
las instituciones (en manos franquistas e internacionales de la CIA entre
otros) mientras taponaba oídos a la historia enarbolaba una transición
rastrera, una farsa tanto o más descompuesta donde besar y abrazar a los
verdugos y sus matanzas, renegando del proletariado, su bandera paria y su
República revolucionaria de libertades; dejando huérfana las bases obreras en
pos de la monárquica impuesta por el dictador golpista genocida y firmar los
pactos de la Moncloa.
PD.
Del
periodista argentino Rodolfo Walsh hemos heredado una gran obra literaria
aferrada a una no menos impresionante figura de militante activo político de
conciencia y compromiso: uno de sus narradores más destacados sólido dotado de
firmeza y valor de un instinto fraguado en la siempre presente Patagonia
Rebelde en su memoria arriesgada y combativa sus propias palabras como ciencia
de la ciencia informativa. Sufre de lleno la escalada vertiginosa del terror
militar sacado a la fuerza de su casa camino de la muerte anunciada, entre unas
treinta mil victimas más desaparecidas, durante la dictadura militar en
1976-1983. Golpe de estado de un patetismo enfermizo que encarnó el más puro
nazismo cruel y siniestro, que tras la II guerra mundial floreció refugiándose
por toda su geografía como en la España por igual de Franco, que en el Estado
español de la democracia, como en Chile y en tantos otros países, incluido
Estados Unidos, generando una parte de él (en nombre de la religión judía como
escudo) una nueva potencia no menos siniestra al mundo aliada al imperialismo
del que se ha lucrado de científicos, económicos, actores y políticos,
fundamentalmente de asesinos (el sionismo). La desaparición del periodista
ocurrió en 1977 tras haber escrito la Carta abierta a la Junta Militar:
Estas
son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he
querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser
escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí
hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles. Hoy se cumplen tres
meses de la muerte de mi hija, María Victoria, después de un combate con las
fuerzas del Ejército. En el tiempo transcurrido he reflexionado sobre esa
muerte. Me he preguntado si mi hija, si todos los que mueren como ella, tenían
otro camino. La respuesta brota desde lo más profundo de mi corazón y quiero
que mis amigos la conozcan. Vicki pudo elegir otros caminos que eran distintos
sin ser deshonrosos, pero el que eligió era el más justo, el más generoso, el
más razonado. Su lúcida muerte es una síntesis de su corta, hermosa vida. No
vivió para ella, vivió para otros, y esos otros son millones. Su muerte sí, su
muerte fue gloriosamente suya, y en ese orgullo me afirmo y soy quien renace de
ella.
Nuestras
clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan
historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe
empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores. La experiencia colectiva
se pierde, las lecciones se olvidan. La historia aparece así como propiedad
privada cuyos dueños son los dueños de todas las cosas. De los políticos solo
podíamos esperar el engaño, la única revolución definitiva es la que hace el
pueblo y dirigen los trabajadores. La traición de un líder es más difícil de
superar que la oposición de un enemigo abierto. No puedo, ni quiero, ni debo renunciar
a un sentimiento básico: la indignación ante el atropello, la cobardía y el
asesinato. Creo, con toda ingenuidad y firmeza, en el derecho de cualquier
ciudadano a divulgar la verdad que conoce, por peligrosa que sea. Tanto
entonces como ahora creo que el periodismo es libre, o es una farsa, sin
términos medios. El campo del intelectual es por definición la conciencia. Un
intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una
contradicción andante, y el que comprendiendo no actúa tendrá un lugar en la
antología del llanto pero no en la historia viva de su tierra.
Maité
Campillo (actriz y directora d` Hatuey Teatro Indoamericano)
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