DOS ALERGÓLOGAS CREEN QUE NO SE CONFINÓ A LA POBLACIÓN LO SUFICIENTE
PARA PROTEGERLA DE LA MALA CALIDAD DEL AIRE DURANTE LA ERUPCIÓN VOLCÁNICA
Zulay Almeida y Paula
Jiménez, que llevan a cabo un estudio de la Sociedad Española de Alergología
sobre las consecuencias de este fenómeno geológico en la salud, sostienen en el
foro La Palma Opina que debió haber confinamientos todos los días de calidad
del aire extremadamente desfavorable por gases y cenizas, pero no fue así
Ambas especialistas aseguran que las mascarillas FPP2 no eran las adecuadas para protegerse de esta contaminación natural, riesgo que, en el caso de la ceniza movida por el viento, permanecerá en el futuro. Durante la erupción, la demanda asistencial en Urgencias por sintomatología respiratoria “se duplicó e incluso triplicó” en La Palma
Las alergólogas del
Hospital General de La Palma Zulay Almeida y Paula Jiménez han coincidido en
considerar que, para proteger la salud, se debió confinar más tiempo a la
población en el Valle de Aridane durante la erupción por la contaminación
atmosférica que provocó el volcán. Además, advierten de que las mascarillas
FPP2, utilizadas contra el covid y que eran las que las autoridades
recomendaron durante esta catástrofe, no protegían adecuadamente contra los
gases y cenizas volcánicas. En el caso de este material particulado, previenen
de que aunque ya no lo arroja el volcán constituirá a partir de ahora un
potencial riesgo para la salud al ser arrastrado por el viento y ser respirado,
sin olvidar la presencia de gases volcánicos en algunas zonas.
Así lo han afirmado
en una entrevista en el foro La Palma Opina, donde ambas expertas, preguntadas
al respecto, no dudaron en señalar que el número de días en que ordenó el
confinamiento fue insuficiente porque al menos durante 9 jornadas la calidad
del aire fue “extremadamente desfavorable” pero no se confinó igual tiempo,
pese a que este es el nivel extremo en cuanto a malas condiciones para ser
respirado.
Almeida y Jiménez
llevan a cabo un estudio, financiado por la Sociedad Española de Alergología (a
través de una donación que gestionó Cruz Roja), para conocer las repercusiones
de las cenizas y gases de la erupción volcánica en la salud de la población de
La Palma a largo plazo, un estudio zonificado que en algunos aspectos puede ser
pionero en el mundo.
La entrevista
completa puede verse en Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=QNae4LT73IY y
Facebok https://www.facebook.com/100078107153768/videos/429273555684767
Por lo pronto, en
los meses de actividad del volcán “se duplicaron e incluso se triplicaron” las
asistencias en Urgencias por síntomas respiratorios con respecto al mes
anterior de iniciarse la erupción, con un empeoramiento de síntomas en
pacientes que tenían alguna enfermedad previa, así como de primeras visitas.
“Venían pacientes a consulta con mucha ansiedad, y por momentos no sabían
distinguir si los síntomas eran por ansiedad o por la patología respiratoria”,
señalan.
Les motivó a hacer
este estudio la alergóloga Teresa Carrillo, del Hospital Doctor Negrín, y para
esta investigación han dividido La Palma en tres áreas geográficas que
analizar, en función de su mayor o menor exposición al riesgo: el valle de
Aridane (El Paso, Los Llanos y Tazacorte), la zona más expuesta a gases y
cenizas del volcán; el este (Santa Cruz de La Palma, Breña Alta, Breña Baja,
Mazo y Fuencaliente), con una exposición intermedia; y, por último, el norte
(Puntallana, San Andrés y Sauces, Barlovento, Garafía y Puntagorda), con
exposición baja.
ESTUDIO EN TRES
FASES
En la primera fase
del estudio recogieron datos clínicos de población adulta y pediátrica durante
la erupción, y en la fase 2, posteruptiva, se recoge la muestra de pacientes
que ambas especialistas están volviendo a valorar. Han utilizado para ello dos
cuestionarios validados científicamente, para el asma y la rinitis, además de
otro diseñado por ambas, con el que preguntaban a los pacientes por la
intensidad de los síntomas conjuntivales, nasales, bronquiales y cutáneos,
según explica Jiménez. La fase 3 se llevará a cabo a los 12 meses de acabada la
erupción, por lo que está prevista para el periodo septiembre-diciembre de
2022, aunque ambas expertas quieren prolongar más tiempo su estudio, al menos
un año más.
Almeida destaca que
“haber estratificado la isla en tres zonas y poder correlacionar la
sintomatología del paciente con la intensidad de la exposición y el lugar donde
residía durante la erupción volcánica, es un aspecto en el que, probablemente,
en este estudio seamos pioneras a nivel mundial”.
Se han incluido en
el estudio pacientes provenientes de urgencias hospitalarias, de urgencias de
centros de salud, de médicos de cabecera y de interconsultas de otros médicos
del hospital, añade Almeida.
Esta alergóloga
recuerda que, con carácter general, se sabe que la exposición a las sustancias
emitidas por los volcanes o por actividades humanas por encima de determinados
niveles “aumenta el riesgo de padecer enfermedades respiratorias en la
población infantil e incrementa la morbilidad en la población adulta”, y de ahí
su conclusión de que en el caso de la erupción de La Palma no se confinó lo
suficiente a los residentes en los municipios más expuestos a este aire
contaminado.
En este sentido,
explica que hay una normativa que regula el índice de calidad del aire por
presencia de gases, y el nivel de alerta, pero no la hay específicamente para
la ceniza volcánica.
AUMENTO DE LA
MORTALIDAD
La Palma Opina
también preguntó a ambas expertas acerca del aumento de la mortalidad durante
los meses de la erupción (40% en La Palma frente al 15% en Canarias, con
respecto a la media de ese periodo en los cinco últimos años), datos puestos de
manifiesto por el profesor de Ingeniería Mecánica de la Universidad Politécnica
de Madrid Rafael Cascón, coautor también de estudios estadísticos sobre la
mortalidad del covid-19.
Al respecto,
Almeida reconoce que “es un dato bastante llamativo” aunque a renglón seguido
aclara que “el problema es hallar una correlación y hacer una metodología
científica y ver realmente cuál es la causa de estos fallecimientos, porque
supongo que no están filtrados los diagnósticos sino simplemente fallecidos,
que lo pueden ser por causas diversas”.
Las dos alergólogas
creen importante recabar y estudiar toda esta información para el futuro, pues
“no podemos olvidarnos que vivimos en una isla volcánica y mientras mayores
mayores sean los datos que obtengamos en la actualidad, mejor preparados
estaremos para futuras erupciones”.
“Tenemos que asumir
que algunos pacientes van a empeorar, y es necesario saber cómo van a
evolucionar y qué tipo de seguimiento hay que hacerle y esos datos solo los
podemos obtener de los estudios que hagamos”, concluye Almeida.
Zulay Almeida es
licenciada en Medicina por la Universidad de La Laguna (ULL), máster en Salud Pública -Nutrición y máster
sobre actualizaciones de alergología así como experta en asma grave. Paula Jiménez es licenciada en Medicina por
la Universidad de Lleida y especialista en Alergología en el Hospital
Universitario de Cáceres.
Teléfono de
contacto de La Palma Opina: 647 43 00 40
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