HIJO-AS
JOSU AIZPURUA
No se confundan
pues yo tengo hijos, naturales y adoptados, y me parecen mi mejor contribución
a la causa, aunque no fui un gran padre, siempre perseguido y poco en casa. Aun
así, me siguen llamando “aita”, y eso tan sólo; me compensa.
Pero la Gran Nación
de Rajoy, arruinada y con la peor tasa de natalidad, nos condena a repartir la
deuda entre muy pocos: nacer ahí va a ser un mal negocio ¡Viva el vino!
Las mujeres de todo el Mundo soportan su esclavitud y la maternidad es una de las peores. Un hijo las margina de la Sociedad, las impide su desarrollo, las relega al papel de madre y cuidadora y las somete a un oficio sin beneficio en el que hay que ser heroínas para cumplir ese rol del que sólo se acuerdan una vez al año en su día recordado por los Grandes Almacenes.
En el concepto
patriarcal de madre y esposa, se acumulan todas las desgracias de género que
afectan a la mujer. Y unido a la esclavitud laboral, han sido los pilares de la
Casta para tener un buen pasar por este valle de lágrimas.
Sonoras carcajadas
se oyen en el valle, pues surge una mujer jóven que tiene su primer hijo a los
40 y usa su sexualidad para su disfrute y no el del hombre. Nosotros, los viejos del misionero, vemos
asombrados la de cosas que se pueden hacer con el antiguo débito conyugal. El
obispo, el facha, el necio, se sublevan contra ello pero el empoderamiento de
las mujeres ya es imparable.
Lo viejos
respiramos tranquilos: los nietos los educan sus padres. ¿Qué haríamos nosotros
educando hoy? El LGTBIXYZ nos desborda, pero no más que el móvil, el código QR,
la miserable pensión, el individualismo. Somos jurásicos que no aceptan morir y
sacamos los viejos dogmas del Homo Sapiens ante la absoluta incomprensión de
las masas: ¿Quién es ese tal Karl Marx?
De jóvenes,
trajimos la democracia (los fachas no) y por eso nos asusta cuando un “fuerza o
cuerpo” nos trata como escoria en una manifestación. Nuestras canas y calvas
deberían ser nuestra coraza. ¿Para cuando arrancar la Ley Mordaza?
La Sociedad está compuesta
de generaciones, y esta de 2022 no da un justo tratamiento a la ancianidad. No
comprende que nacimos sin TV y ahora nos meten en 5G. Y no comprenden que no
somos tontos, sólo más lentos y torpes.
“Aita semea taberna gauden; ama araba txokoan.” Esta era la norma de mi Pueblo vasco; el hombre en la taberna la mujer en la casa. Pero aún así, el ama vasca es añorada por los viejos de hoy. Fueron madres-heroínas que sacaron lo mejor de sí para educar a sus hijos. No nos critiquéis tanto, empoderadas de hoy, pues fue una mujer la que nos hizo así.
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