miércoles, 15 de junio de 2022

TÓCALA OTRA VEZ, JUANMA

TÓCALA OTRA VEZ, JUANMA

Ya saben, usted es uno de esa izquierda que va a votar a la derecha o tal vez a la extrema derecha porque, aunque no tiene mucho, quiere votar a los que lo tienen todo, tensionan nuestra sociedad y sus valores democráticos

— El último debate revela un ultimátum de Vox a Moreno para entrar en su Gobierno ante un tercio de andaluces indecisos

JAVIER AROCA

Ni por esa, Moreno Bonilla no la va a tocar, no va a cantar y eso que todo el mundo lo sabe. La agraciada ya le da la mano y amenaza, o soy vicepresidenta o no hay gobierno y me voy a Madrid que tengo el acta guardada como un Edmundo. En esto no miente, además, es más que probable que en los tres días de asueto obligado haya aprendido a hacer torrijas, que es uno de los requisitos curriculares imprescindibles para tal desempeño. Juan Marín, saliendo del convento, aprendió pero fracasó en enseñarnos a pescar. Se lleva la receta de torrijas como parte valiosa de su currículum. ¿Oficina de la torrija? Moreno se hace el longui pero, si quiere gobernar, seguirá con Vox, esta vez en San Telmo.

 

Último debate, últimas encuestas ¿empezará ahora la campaña? Hasta el momento nada de rendición de cuentas del que ha gobernado, apenas contraste de programas, solo fatalismo y el fantasma de la abstención.

 

Malos tiempos para la calidad democrática. Los sondeos no son malos por sí, ayudan, pero en esta ocasión se han convertido en una suerte de destino fatal

 

Pero las encuestas son solo -dicen los expertos-, una foto, aunque en estas elecciones parecen un deseo. Son el brazo de un poder, son un encargo, las paga alguien, incluso usted. Solo les ha faltado encabezar la serie con un “los que van a morir te saludan”. Nos vaticinan lo peor porque dicen que así hemos respondido en las encuestas.

 

Malos tiempos para la calidad democrática. Los sondeos no son malos por sí, ayudan, pero en esta ocasión se han convertido en una suerte de destino fatal.

 

La perversión consiste en editorializar las encuestas. Primero aparece Moreno Bonilla diciendo que como es muy moderado, la gente moderada de izquierda lo votará. Luego, una legión de opinadores, editoriales, observadores participantes, expertos, lo reafirman. Lo dicen ellos y un tío que tienen en el pueblo, un camarero del barrio y una amiga de sus hijos. Luego corren rumores en los bares y otros mentideros políticos de que la izquierda votará a la derecha y hasta a la extrema derecha. Y para rematar, se publican encuestas que le dan legitimidad. Toca el trasvase de votos que, científicamente, dice que sí. Encuestas, además, lejanas como los tambores de nuestra niñez que tratan de unificar el mercado político para así decidir, incluso en el arte culinario de la demoscopia, desde Madrid, con lo que interesa a Madrid.

 

Habrá que esperar al recuento. Pero la gente lo da ya por hecho: la izquierda vota a la derecha es el paradigma. Esta meteorología política es perversa, acabará pudriendo a la democracia

 

Ya saben, usted es uno de esa izquierda que va a votar a la derecha o tal vez a la extrema derecha porque, aunque no tiene mucho, quiere votar a los que lo tienen todo, tensionan nuestra sociedad y sus valores democráticos. 

 

¿Lo entienden? En realidad, en ninguno de los casos lo que se dice se ha producido; en todo caso habrá que esperar al recuento. Pero la gente lo da ya por hecho: la izquierda vota a la derecha es el paradigma. Esta meteorología política es perversa, acabará pudriendo a la democracia.

 

Es verdad que si está muy nublado, sopla poniente y estamos en invierno es muy probable que llueva, pero muchas veces no ha llovido y nos hemos olvidado el paraguas en cualquier sitio después de, por ser precavidos, andar con la herramienta a cuestas un día entero. Otros días nos decían que no llovía y nos pusimos pingueando.

 

Y luego la abstención, de la que apenas nos dicen nada. Por qué no vota el respetable. Puede ser una abstención consciente, activa, fruto del agotamiento, de la frustración, de una estampida de la política, pero también el resultado de un trabajo metódico, deliberado, de la mala política que pretende jibarizar la democracia y que cada vez la gente vote menos. Un ejemplo: en las últimas elecciones, las que hicieron posible, tras el Pacto de la Torrija, que gobernara Moreno Bonilla con el apoyo indesmayable de una extrema derecha que ladra pero no muerde a los suyos, se produjo la segunda menor participación desde que los andaluces tenemos el derecho y la obligación de ser dueños de nuestro destino. Tomen nota.

 

Frente a los manipuladores de la democracia, la respuesta es participación, compromiso y activismo, no dejarse engañar ni seducir por los agentes políticos y sus manijeros que nunca se presentan a unas elecciones

 

Frente a los manipuladores de la democracia, la respuesta es participación, compromiso y activismo, no dejarse engañar ni seducir por los agentes políticos y sus manijeros que nunca se presentan a unas elecciones y pretenden su legitimidad con encuestas, diciendo que hablan en nombre del pueblo. Sin embargo, esto va de votos, no de audiencias ni clicks.

 

Hará caló, sí, pero los colegios electorales no están en el Kalahari. Están muy cerca de su casa, ar laíto. Lléguese, tómese un cafelito si va por la mañana o una fresquita si por la tarde y sienta el orgullo de no ser un pelele en manos de los depredadores de la democracia. Siéntase orgulloso de votar y ser un demócrata comprometido con su pueblo.


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