TÓCALA OTRA VEZ, JUANMA
Ya
saben, usted es uno de esa izquierda que va a votar a la derecha o tal vez a la
extrema derecha porque, aunque no tiene mucho, quiere votar a los que lo tienen
todo, tensionan nuestra sociedad y sus valores democráticos
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El último debate revela un ultimátum de Vox a Moreno para entrar en su Gobierno
ante un tercio de andaluces indecisos
JAVIER AROCA
Ni por esa, Moreno Bonilla no la va a tocar, no va a cantar y eso que todo el mundo lo sabe. La agraciada ya le da la mano y amenaza, o soy vicepresidenta o no hay gobierno y me voy a Madrid que tengo el acta guardada como un Edmundo. En esto no miente, además, es más que probable que en los tres días de asueto obligado haya aprendido a hacer torrijas, que es uno de los requisitos curriculares imprescindibles para tal desempeño. Juan Marín, saliendo del convento, aprendió pero fracasó en enseñarnos a pescar. Se lleva la receta de torrijas como parte valiosa de su currículum. ¿Oficina de la torrija? Moreno se hace el longui pero, si quiere gobernar, seguirá con Vox, esta vez en San Telmo.
Último debate,
últimas encuestas ¿empezará ahora la campaña? Hasta el momento nada de
rendición de cuentas del que ha gobernado, apenas contraste de programas, solo
fatalismo y el fantasma de la abstención.
Malos tiempos para
la calidad democrática. Los sondeos no son malos por sí, ayudan, pero en esta
ocasión se han convertido en una suerte de destino fatal
Pero las encuestas
son solo -dicen los expertos-, una foto, aunque en estas elecciones parecen un
deseo. Son el brazo de un poder, son un encargo, las paga alguien, incluso
usted. Solo les ha faltado encabezar la serie con un “los que van a morir te
saludan”. Nos vaticinan lo peor porque dicen que así hemos respondido en las
encuestas.
Malos tiempos para
la calidad democrática. Los sondeos no son malos por sí, ayudan, pero en esta
ocasión se han convertido en una suerte de destino fatal.
La perversión
consiste en editorializar las encuestas. Primero aparece Moreno Bonilla
diciendo que como es muy moderado, la gente moderada de izquierda lo votará.
Luego, una legión de opinadores, editoriales, observadores participantes,
expertos, lo reafirman. Lo dicen ellos y un tío que tienen en el pueblo, un
camarero del barrio y una amiga de sus hijos. Luego corren rumores en los bares
y otros mentideros políticos de que la izquierda votará a la derecha y hasta a
la extrema derecha. Y para rematar, se publican encuestas que le dan
legitimidad. Toca el trasvase de votos que, científicamente, dice que sí.
Encuestas, además, lejanas como los tambores de nuestra niñez que tratan de
unificar el mercado político para así decidir, incluso en el arte culinario de
la demoscopia, desde Madrid, con lo que interesa a Madrid.
Habrá que esperar
al recuento. Pero la gente lo da ya por hecho: la izquierda vota a la derecha
es el paradigma. Esta meteorología política es perversa, acabará pudriendo a la
democracia
Ya saben, usted es
uno de esa izquierda que va a votar a la derecha o tal vez a la extrema derecha
porque, aunque no tiene mucho, quiere votar a los que lo tienen todo, tensionan
nuestra sociedad y sus valores democráticos.
¿Lo entienden? En
realidad, en ninguno de los casos lo que se dice se ha producido; en todo caso
habrá que esperar al recuento. Pero la gente lo da ya por hecho: la izquierda
vota a la derecha es el paradigma. Esta meteorología política es perversa,
acabará pudriendo a la democracia.
Es verdad que si
está muy nublado, sopla poniente y estamos en invierno es muy probable que
llueva, pero muchas veces no ha llovido y nos hemos olvidado el paraguas en
cualquier sitio después de, por ser precavidos, andar con la herramienta a
cuestas un día entero. Otros días nos decían que no llovía y nos pusimos
pingueando.
Y luego la
abstención, de la que apenas nos dicen nada. Por qué no vota el respetable.
Puede ser una abstención consciente, activa, fruto del agotamiento, de la
frustración, de una estampida de la política, pero también el resultado de un
trabajo metódico, deliberado, de la mala política que pretende jibarizar la
democracia y que cada vez la gente vote menos. Un ejemplo: en las últimas
elecciones, las que hicieron posible, tras el Pacto de la Torrija, que
gobernara Moreno Bonilla con el apoyo indesmayable de una extrema derecha que
ladra pero no muerde a los suyos, se produjo la segunda menor participación
desde que los andaluces tenemos el derecho y la obligación de ser dueños de
nuestro destino. Tomen nota.
Frente a los
manipuladores de la democracia, la respuesta es participación, compromiso y
activismo, no dejarse engañar ni seducir por los agentes políticos y sus
manijeros que nunca se presentan a unas elecciones
Frente a los
manipuladores de la democracia, la respuesta es participación, compromiso y activismo,
no dejarse engañar ni seducir por los agentes políticos y sus manijeros que
nunca se presentan a unas elecciones y pretenden su legitimidad con encuestas,
diciendo que hablan en nombre del pueblo. Sin embargo, esto va de votos, no de
audiencias ni clicks.
Hará caló, sí, pero
los colegios electorales no están en el Kalahari. Están muy cerca de su casa,
ar laíto. Lléguese, tómese un cafelito si va por la mañana o una fresquita si
por la tarde y sienta el orgullo de no ser un pelele en manos de los
depredadores de la democracia. Siéntase orgulloso de votar y ser un demócrata
comprometido con su pueblo.
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