BESADOS LOS TERNEROS, TOCAN LOS BEBÉS
DAVID BOLLERO
Mañueco visitando una granja
en 2019.- PP CyL
Agotados los terneros por besar, al candidato del PP a la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (PP), se le han antojado ahora los bebés. En una muestra de falta de ideas con que rellenar el programa electoral, el popular anunció ayer la puesta en marcha de un cheque bebé de entre 1.500 y 2.500 euros. Quería parecerse a su compañera de partido Isabel Díaz Ayuso (PP) y tras la frustrada campaña "más ganadería y menos comunismo", Mañueco plagia la idea de un cheque bebé anunciada por la presidenta madrileña en su investidura de junio de 2021.
La medida 447 del
programa electoral del PP en Castilla y León reza "crearemos una nueva
línea de ayudas para el fomento de la natalidad en Castilla y León, con un
cheque bebé de una cuantía media de 1.500 euros por nacimiento de hijo o
hija". Durante su paso por Palencia ayer amplió la información, sin
concretar demasiados detalles, afirmando que las cuantías irán de 1.500 euros
para el primer hijo, a 2.000 para el segundo y 2.500 para el tercero, con
"un incremento de un 40 por ciento para el mundo rural".
Mañueco aún ha de
ampliar los requisitos y condicionantes de ese cheque bebé para que no le
suceda como a su admirada Ayuso, que ocho meses después del anuncio de la
iniciativa se ha visto obligada a modificar las condiciones, como la obligación
de estar empadronada 10 años, que ahora pasa a 5. Hasta que lo haga, la lista
de personas que podrían verse beneficiadas es una auténtica incógnita.
La primera
reflexión con esta manida medida del cheque bebé es si realmente cumple con su
cometido, que es fomentar la natalidad. Si nos remontamos al gobierno
socialista de la legislatura 2008-2011, cuando José Luis Rodríguez Zapatero se
ganó las feroces críticas del PP por el establecimiento del cheque bebé, los
resultados no fueron positivos. Puesto en marcha entre 2007 y 2010, si
analizamos la tasa de natalidad del país vemos que salvo por el pico de 2008,
no se fomentó la natalidad: Si ésta se situaba en 2007 en 10,86% y subía en
2008 hasta el 11,28%, en 2009 comenzaba a desplomarse hasta 10,65%,
precipitándose en 2010 hasta 10,42%, es decir, un dato peor que antes de ponerse
en marcha la medida.
Así pues, parece
más que evidente que si realmente se quiere impulsar la natalidad en nuestro
país es preciso poner en marcha otras medidas de mayor calado que, por lo
general, son más complejas y menos populistas, algo que en una carrera
electoral no se estila en este país.
El café para todos
que supone un cheque bebé es una pésima idea. Mañueco lanza en precampaña
proclamas de subvenciones de hasta 2.500 euros sin precisar si se tratará de
ayudas indiscriminadas o se verán condicionadas al nivel de ingresos de las
personas. Si no limita su adjudicación, esta ayuda que a priori está exenta de
tributación podría llegar de igual modo a una persona millonaria que a quien
está en situación de pobreza severa.
Oficialmente no ha
comenzado aún la campaña electoral y Mañueco ya ha desplegado demagogia y
populismo a partes iguales. De explotar bulos como los de las macrogranjas para
desviar la atención sobre la causa abierta por presunta financiación ilegal al
cheque bebé, ocultando sus verdaderas miserias que evidencian qué tipo de
gestión le importa:
En su último
informe, la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el
Estado Español (EAPN-ES) revela que casi el 20% de la población de Castilla y
León estaba en riesgo de pobreza y/o exclusión social en 2020, lo que suponía
un incremento del 18,7 % respecto al año anterior. A pesar de ello, ¿qué hizo
Mañueco? Hacer caja, eliminando la renta mínima de inserción, dependiente de la
Junta de Castilla de Junta y León, cuando se puso en marcha el Ingreso Mínimo
Vital (IMV), a pesar de que ambas ayudas eran compatibles. Quizás sea de ahí de
donde obtiene fondos con que financiar el cheque bebé.
Esas son las
políticas que importan y no subirse al carro de medidas poco originales y de
dudosa efectividad que, a la postre, suponen un desvío de dinero público para
matar moscas a cañonazos, mientras se descuida a quienes peor lo están pasando.
Esta deriva populista no ha hecho más que empezar y en plena campaña se
acentuará.
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