ALGUIEN DEBERÍA PREGUNTARSE POR
QUÉ EN ARABIA SAUDÍ
MARTA ROSIQUE
El entrenador del FC
Barcelona, Xavi Hernández, durante el encuentro correspondiente a la semifinal
de la Supercopa de España que han disputado hoy miércoles frente al Real Madrid
en el estadio Ray Fahd de Riad. EFE/Julio Muñoz
El miércoles se celebró la semifinal de la Supercopa de España en Arabia Saudí, con un marcador 2 a 3 a favor del Real Madrid contra el Barcelona. Quizás el resultado en un partido muy disputado no es en lo que el mundo del fútbol y la sociedad en general debería fijarse.
Celebrar la
Supercopa de España en otro Estado conecta con buscar un beneficio económico,
de marketing e intereses varios. El problema llega cuando ese es el objetivo de
llevar un título español al extranjero, un simple interés económico.
¿Es bueno para el
fútbol del Estado español que una Supercopa de España se juegue en Arabia
Saudí?
Esa pregunta se la
podríamos hacer a los aficionados del fútbol en el Estado español, que, por
ejemplo, han dejado de disfrutar en directo del primer título de la temporada,
este año, además, entre Real Madrid y Barcelona, partido que por lo normal es
un espectáculo futbolístico y del disfrute del aficionado y aficionada. La
realidad es que la afición se ha quedado sin poder disfrutar de un partidazo en
directo y tiene que verlo por la televisión, extrañados de que un título
oficial como la Supercopa de España se juegue fuera del Estado y se juegue, ni
más ni menos, que en Arabia Saudí.
Y eso no queda
únicamente aquí. Con esta decisión se está perdiendo soberanía en pro del que
más pague y se está legitimando las violaciones de derechos humanos en pro de
un mayor rédito económico. En Riyadh, Arabia Saudí, a 4.493 kilómetros de
Barcelona, donde las mujeres están obligadas a tener un hombre que les haga de
guardián toda la vida, siendo tratadas como menores de edad, dónde hay
constantes desapariciones forzadas, casos de torturas y asesinatos y dónde la
represión política impide cualquier tipo de giro político efectivo. Resulta
interesante hacerse la siguiente pregunta: ¿se jugaría la Supercopa femenina en
Arabia Saudí?
Si eso no preocupa
lo suficiente es porque estamos acostumbrados a ver alianzas económicas entre
el gobierno español y el saudí. La secretaría de comercio ha admitido que el
estado español exporta armamento a Arabia Saudí, a pesar de que la ONU advierta
constantemente de que éste las usa para cometer atrocidades en Yemen.
Especialmente destacable es la amistad de la casa real española con la saudí, tanto
por parte de Juan Carlos el corrupto y traficante como por parte de su
heredero. En ese sentido, conviene recordar la presunta corruptela de ambas
monarquías con el proyecto del AVE a La Meca.
Quizás hay que
replantearse si realmente las instituciones del fútbol del Estado español velan
por el disfrute e interés del aficionado (que al final, es quien paga el abono
cada temporada) o más bien por lucrarse económicamente de estados
antidemocráticos. Los clubes y aficionados son los que realmente deben decidir
si un título estatal se juega en un sitio o en otro, ya que son ellos los que
realmente viven, trabajan y contribuyen en que nuestro fútbol sea referencia a
nivel mundial.
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