REFUNDADA
JOSU AIZPURUA
Una puta bula papal
del s. XIV, no es razón suficiente en el siglo XXI para arrebatar a un
territorio y a un Pueblo isleño su identidad y su encaje entre las
naciones del Mundo. La Colonización de las Canarias, mantenida en los siglos; hoy
no tiene justificación.
El 15 de noviembre de 1344 el Papa Clemente VI nombró a Luis de la Cerda príncipe soberano de las Islas Afortunadas (Islas Canarias), mediante la bula “Tue devotionis sinceritas” con el fin de que éste las conquistara y ayudara económicamente a su evangelización. Sin embargo, el infante De la Cerda; no realizó la conquista.
El Papa Alejandro
VI, de vida disoluta, y Luis de la Cerda, dan comienzo a una farsa pseudolegal
para que normandos, castellanos y lusos puedan sin obstáculos apresar y vender
como esclavos a los wanches-canarios que habitaban las islas. 100 años les
costó a los castellanos adueñarse de las islas por la feroz oposición wanche y
a su final, aún quedaron nativos isleños escondidos por sus cumbres como “alzados”
o rebeldes a la imposición castellana.
Rebautizados a
nombres castellanos, arrancado su idioma y obligados al uso del castellano,
vendidos como esclavos y los demás obligados al trabajo extenuante a beneficio
del poderoso cacique castellano, la vida isleña siguió durante siglos con la
represión del nativo en régimen colonial.
“Son cosas de otra
época”.
Efectivamente,
PERO, hoy ya no estamos en esa época y con nuestro conocimiento de siglo XXI y
valores de DDHH, debemos enmendarlas. ¿O no?
La efectividad de
la colonización castellana-goda-española, nos pone ante una sociedad mestiza,
donde ya no puede separarse entre colonizadores y colonizados culturalmente,
pero si se diferencian a unos elementos que los isleños llaman “godos”
que peninsulares o isleños del pesebre, tienen intereses en que las islas
canarias, la Nación Canaria, no recobre su libertad, ni su Historia, ni su
futuro.
Preciosa
posibilidad histórica que se nos presenta en la REFUNDACIÓN de Canarias.
2022 es momento
adecuado ante la reorganización mundial. Gran Marruecos se adelanta y la
metrópoli madrileña, corrupta, débil, invertebrada, no tiene armas ni
intenciones de defender a Canarias y hace y hará, lo que EE. UU. le ordene.
¡Qué lástima!
Una corriente
apolítica, social y mesurada, anclada en el Derecho Internacional, debe
comenzar a expandirse por las islas para afianzar su futuro con una Refundación
Canaria.
Otra realidad y
otro horizonte son precisos en las islas para que el siglo XXI no se las coma
definitivamente. Se necesitan armas económicas para la subsistencia. Ingresos
excepcionales y normas fiscales isleñas, son bases de su Refundación con
esperanzas de futuro.
Los caciques isleños, fueron, son, y serán el mayor obstáculo a la libertad de Canarias y a la posibilidad de progreso de sus hijos. No caigamos en su juego.
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