RECOGIENDO CABLE
La
desesperación de Casado para formar la coalición proguerra y el furor
proestadounidense de parte de los poderes mediáticos revela que la derecha ha
olido sangre y sabe que si algo puede matar al PSOE es dejarse liderar por
Robles
PABLO IGLESIAS
En las últimas horas hemos visto al PSOE recoger cable a velocidad de Benny Hill (hago chistes de boomer sin recato, ya lo sé; es la manera que tengo de afrontar la crisis de los 40) tras unas declaraciones de Margarita Robles en las que volvió a hacer méritos para ser considerada la mejor ministra del PP en el Gobierno de coalición. Las declaraciones eran poco más que comunicación política porque, en realidad, no ofrecía a EE.UU. nada que no estuviera ya pactado y comprometido, pero la comunicación lo es casi todo en la política de estos tiempos. Bastó que se señalaran unas cuantas evidencias como que Europa necesita una política propia hacia Rusia, que es un insulto a la inteligencia de la gente presentar el conflicto como las democracias encabezadas por Estados Unidos contra el autócrata Putin, o que aquí no se aceptaría que pueda haber militares españoles que vuelvan a casa en ataúdes con banderas.
Quédense con la
mayoría absoluta de González en el 86 tras casi haber perdido el referéndum de la
OTAN. Los socialistas entonces llegaron a tener que censurar a Javier Krahe en
TVE porque veían que podían perder el referéndum. Recuerden el movimiento de la
insumisión, recuerden las movilizaciones estudiantiles en la Primera Guerra de
Irak; había un dirigente estudiantil de aquel entonces, Enrique Santiago, que
aun viniendo del PC punto entendió muchas cosas de la sociedad española en
aquellas movilizaciones. Recuerden a millones de espectadores emocionarse con
la gala de los Goya de 2003 en la que Alberto San Juan y Willy Toledo fueron
los maestros de ceremonias de un mundo de la cultura (mayoritariamente proPSOE)
que le dijo allí al Gobierno lo que pensaba España. Recuerden a ZP
manteniéndose sentado al paso de la bandera estadounidense frente al palco de
autoridades en el desfile del 12 de octubre de ese mismo año. Recuerden a Aznar
mintiendo sobre la autoría de los atentados del 11M, consciente de que no podía
actuar como un presidente de Francia o de Estados Unidos. En esos países, los
presidentes responden a un atentado yihadista mandando aviones a bombardear a
quien haga falta. Aquí no.
Finalmente alguien
debió de pensar en todo esto y le transmitió a Pedro Sánchez que tocaba recoger
cable. Que sí, que todo era por lograr el apoyo de Estados Unidos para contener
a un Marruecos que parece que quita y pone ministros de Exteriores en España;
pero no parece que haya funcionado.
La desesperación de
Casado por ofrecerse al PSOE para formar la coalición proguerra y el
indisimulado furor proestadounidense de buena parte de los poderes mediáticos
revela que la derecha ha olido sangre y saben que si algo puede matar al PSOE
es dejarse liderar por la ministra Robles y por su creciente alma caoba. No
debería ser yo quien les dijera esto pero es demasiado evidente. Hoy todo el
mundo sabe quién es la ministra de los sindicatos, quién es la ministra del
feminismo, quién es el ministro de la dieta saludable y de calidad y ahora todo
el mundo va a saber quién es la ministra de la paz (eso es, básicamente, la
agenda 2030).
Ya les digo yo que
más de uno echa de menos a Iván Redondo; no sería tan bueno con los puñales
como los que están ahora cubriéndole las espaldas al presidente, pero algo de
comunicación sabía.
* En la primera
versión de esta columna se afirmaba que en Soria ganó el “No” a la OTAN. En
realidad, ganó el “Sí” con 23.634 votos, el “No” recibió 15.632, hubo 6.138
votos en blanco y 628 nulos en la provincia.
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