ARCHIVAN LAS QUERELLAS PERO NO
DESTIERRAN LA TRISTEZA
JUAN
CARLOS MONEDERO
La cosa es breve. Franco se murió en la cama y un ministro de la dictadura que firmó sentencias de muerte, Manuel Fraga, fundó el que sería el principal partido de la derecha. El Partido Popular. Cada vez que la democracia en España iba a donde las élites, que incluía a los militares aunque ganasen sueldos infames, pensaban que era "demasiado lejos", lanzaban un aviso. Mientras que las cosas se aclaraban tras la muerte del dictador, mataban, daban palizas, torturaban.
Poco a poco la cosa se fue calmando y la violencia en las calles fue remitiendo. Pero algunos creían que la democracia era puro "libertinaje". Y empezó el ruido de sables, la operación Galaxia y el más importante proceso de disciplinamiento de la España postdictadura después de los Pactos de la Moncloa: el golpe de Estado del 23-F de 1981. Que nominalmente fracasó pero que triunfó en todas sus exigencias: freno autonómico, freno de las exhumaciones, acuerdo sindicatos-patronal, entrada en la OTAN y, sobre todo, devolvió el miedo a los españoles, que le entregaron al factótum del golpe, Juan Carlos I, la legitimidad democrática que nunca tuvo por haber sido elegido Rey por Franco. La España republicana volvía a ser monárquica.
España se acostó
franquista y se levantó democrática. Y pasaron a ser demócratas de toda la vida
los jueces franquistas, los comisarios franquistas, los catedráticos
franquistas, los militares franquistas, los empresarios franquistas, los obispos
franquistas, los periodistas franquistas y, por supuesto, los políticos
franquistas.
Por esos débiles
mimbres democráticos tuvimos la guerra sucia contra ETA, los asesinatos de
Almería, la ejecución de los trabajadores en Vitoria, la muerte de millones de
abuelos cuyo único sueño era recuperar los cuerpos desaparecidos de sus
familiares asesinados por el franquismo (y a los que Felipe González negó su
último deseo), y, más tarde, la guerra sucia contra el independentismo catalán,
la posibilidad de que un político que veraneaba con un gran narcotraficante de
cocaína fuera el Secretario General del PP y la persecución desde los aparatos
del Estado de Podemos.
La excusa para la
guerra sucia contra ETA (que implicó torturas, asesinatos de Estado y cierre
ilegal de medios de comunicación) y contra el independentismo catalán (donde la
policía política del PP, que ellos llamaban "policía patriótica" era
que ponían en riesgo la democracia. ¿Y Podemos? ¿Cuál es la excusa para que el
Ministerio del Interior, con sus comisarios corruptos, apoyado por jueces
corruptos -como el juez Alba- y medios de comunicación corruptos dispuestos a
publicar información falsa -como La Sexta de Ferreras al igual que OK Diario de
Inda, La Razón de Marhuenda o el ABC o el Mundo de cualquiera de sus muchos
directores sin escrúpulos- atacaran a una fuerza que acataba la Constitución y
quería cambiar las cosas presentándose a las elecciones?
Acabo de ser
"desimputado" por el juez Escalonilla, después de un proceso de tres
años que me ha regalado portadas, apertura de telediarios, tema central en
tertulias y centenares de columnas de opinión. El caso Neurona siempre fue una
farsa. Un trabajador de Podemos, despedido por su mal comportamiento, se
desplazó muchos kilómetros para hacer una denuncia en un cuartel de la guardia
civil claramente posicionado en contra de la izquierda. ¿Pruebas? Ninguna.
¿Pero quién necesita pruebas cuando tienes a todos los medios de comunicación
dispuestos a propagar tus mentiras?
Tras tres años de
exposición pública, dirigida a dinamitar mi reputación y la del partido que
ayudé a fundar, el juez Escalonilla ha concluido que: "no existen indicios
de que Juan Carlos Monedero intermediara ni tuviera participación alguna en la
contratación llevada a cabo por Unidas Podemos en fecha 27 de febrero de 2019
con la mercantil Neurona Comunidad S.L., ni por tanto con el trabajo de
consultoría electoral llevada a efecto en base a dicho contrato por Neurona
Consulting SA de CV". Como ocurrió con mis amigos y amigas de Podemos.
Cuando recuerdo la infamia del falso "caso niñera" me duele más que
mi propia acusación.
Cuando me imputó el
juez le puse a disposición mis correos electrónicos que demostraban que la
acusación era infundada. La Unidad de Delitos Económicos y Financieros (UDEF),
con toda seguridad infiltrada por amigos de Villarejo y otros policías de
extrema derecha o simplemente corruptos, lleva mucho tiempo mintiendo contra la
izquierda. Hay que recordar las palabras de José Luis Olivera, quien fue el
máximo responsable de la UDEF y que, en ese momento, era el director del Centro
de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado, , en una
conversación con Inda y Ferreras:
Olivera: Que
tampoco es muy costoso el meterle una cuenta a Pablo Iglesias de hace 5 años.
¿eh? y luego que expliquen.
Villarejo: Eso te
lo hacemos con el rabo igualmente.
La UDEF presentó al
juez Escalonilla, con el que tenían una relación cordial, un informe sin pies
ni cabeza donde decía que un ingreso que había recibido era una comisión por la
contratación de una consultora para la campaña electoral de Podemos. Decían que
la factura era falsa y que la había creado cuando a finales de febrero me la
había pedido el banco para verificar el origen del ingreso. La estupidez era
extrema, pues cuando recibí el pago no se sabía que iban a haber nuevas
elecciones. Además, le presenté al juez los trabajos y los viajes realizados. Y
correos electrónicos mandados a la consultora en enero, cuando le mandaba la
factura por los trabajos realizados el año anterior. Que, por supuesto, declaré
a hacienda (aunque los medios dijeron lo contrario). Cuatro correos que
demostraban que la UDEF mentía. Pero el juez tardó más de dos años en verificar
esos correos.
Pero no solo eso. A
petición mía, le ofrecí otra vez al
juez, como ya había hecho el día de mi declaración, ir al juzgado a abrir los
correos. El juez remitió a la UDEF, que se ratificó en que la factura era falsa
porque yo, supuestamente, me había negado a entregar mis correos. Mentía otra
vez (da miedo que la UDEF mienta). Las asociaciones ligadas a la extrema
derecha y VOX exigían al juez que entregara el 100% de mis correos. Como si mi
vida la pudiera entregar a los energúmenos que comparten ideario con quienes no
ven mucho problema en fusilar a 26 millones de españoles. Como le dijimos al
juez, tenían que abrirse los correos que tenían que ver con Neurona. Pero la
UDEF, en consonancia con VOX, pensaba que eso significaba no entregar los
correos. Seguramente preocupado porque eso era un delito, el juez se negó. ¿Qué
hizo la UDEF? Hacer otro escrito al juez, después de negarse a abrir los
correos que le correspondían, aratificándose en que la factura era falsa porque
solo podían consultar las fotocopias que entregué el día del juicio con los
correos. Como había tachado la dirección de correo -para evitar que los
energúmenos me bombardearan el correo-, la UDEF dijo que yo había ocultado
información y que, por tanto, la factura era falsa. Esos son los que nos cuidan
de los malos.
Dos años para abrir
cuatro correos -cuatro- que concluyen con que : "no existen indicios de
que Juan Carlos Monedero intermediara ni tuviera participación alguna en la
contratación llevada a cabo por Unidas Podemos en fecha 27 de febrero de 2019
con la mercantil Neurona Comunidad S.L., ni por tanto con el trabajo de
consultoría electoral llevada a efecto en base a dicho contrato por Neurona
Consulting SA de CV".
El caso Neurona, al
que se refirieron cientos de veces los políticos del PP -y también del PSOE-
como si fuéramos culpables, es una de las señales más claras de la podredumbre
de la democracia española, del periodismo, la justicia, la policía, la
política. Y es responsable de una parte no pequeña del deterioro electoral de Podemos.
¿Quién da derecho a ese estado profundo
a incidir en el resultado de unas elecciones? ¿Qué democracia es esa?
Cuando fui
imputado, me dedicaron portada todos los diarios: el ABC, el Mundo, el País, La
razón... Cuando he sido imputado, ninguno lo ha llevado a portada. ¿Quién nos
devuelve el daño hecho? ¿Debe permanecer impune un juez que podía, con una
simple verificación, evitarle a un ciudadano un calvario de tres años? Bueno,
la verdad es que el llamado "caso Neurona" tuvo diez líneas. Todas
cerradas.
Detrás estaba el
intento de que no fuera solo el PP el que había pagado sobresueldos, pagado su
sede con dinero B, entregado sobornos, usado de manera particular el dinero
público... Si conseguían condenar a Podemos, ya no estaban solos en su basura.
Y lo triste es quiénes le ayudaron en esa estrategia.
No nos doblaron el
brazo. Pusimos el cuerpo y, aun sabiendo que si nos rendíamos nos iban a dejar
en paz, aguantamos. Estas últimas elecciones han sido las primeras en las que
juicios contra Podemos no han protagonizado la campaña electoral. Seguramente
por el descalabro electoral del partido morado. ¿Ya han ganado? ¿Tenía razón el
corrupto Ferreras cuando se jactaba de que "hemos matado a Monedero"?
El día del archivo, Ferreras no lo comentó en su programa. Y sus tertulianos de
izquierda tampoco. Lo que me lleva a pensar que tan valientes no son. Tampoco
se han posicionado en Sumar, coalición a la que pertenece Podemos. La forma en
que algunos han querido beneficiarse de los ataques a Podemos, pese a que están
ahí gracias a Podemos, me produce una enorme tristeza. De la izquierda que
abandona a sus militantes por luchar contra el sistema no se puede esperar gran
cosa.
Una de las
victorias de los ataques que ha sufrido Podemos es que la ha aislado, dando una
sensación constante de acorralamiento. Y a una parte de la izquierda la ha
envilecido, empezando por el PSOE, que nunca dio la cara ante esos ataques. Y
también a la izquierda que iba a reinventarse a la izquierda. Porque prefiere
guardar silencio no vayan ellos a sufrir los ataques que sufrimos los de
Podemos.
La sensación
triste, cuando recibo el archivo de la decimoquinta querella, es que, de alguna
manera, nos ganan, porque envilecen a los nuestros. Y por eso mismo encuentro
razones aún más poderosas para no tirar la toalla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario