viernes, 22 de septiembre de 2023

FELIPITO Y ALFONSÓN: LOS MORANCOS DE TRIANA

 

FELIPITO Y ALFONSÓN: LOS MORANCOS 

DE TRIANA

DAVID TORRES

El expresidente del Gobierno, Felipe González (i), y el exvicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra (d), durante la presentación de su nueva obra 'La rosa y las espinas', en el Ateneo de Madrid, a 20 de septiembre de 20213, en Madrid (España). Jesús Hellín / Europa Press

Felipe González y Alfonso Guerra fueron el otro día a presentar el libro del segundo en el Ateneo de Madrid, un escenario decimonónico acorde con la caspa de ambos personajes. Hacía ocho años que no se los veía juntos, pero la química entre los dos sigue funcionando a toda máquina, evocando a otras grandes parejas cómicas del pasado: el Gordo y el Flaco, Abbot y Costello, el Dúo Sacapuntas o los Morancos de Triana. A quienes más se parecen, sin duda, es a estos últimos, por el acento y por la profundidad psicológica, aunque en justicia hay que señalar que los Morancos tienen más gracia.

 

González y Guerra (G & G sería un apodo artístico cojonudo) están a un paso de desembocar en una audaz inversión de aquellos dos heterónimos de Faemino y Cansado, Arroyito y Pozuelón, un par de merluzos cansinos que contaban chistes interminables e inexplicables, una copa de coñac en la mano, un cigarrillo en la otra. No era difícil identificar el humor inteligente de Faemino y Cansado debajo de tantas perogrulladas y trivialidades, pero es más sencillo comprender que detrás de las palabras rimbombantes y los grandes retruécanos de G & G no hay más que gilipolleces.

 

 

Guerra es el intelectual del dúo -lo que da una idea de lo devaluado que está el concepto en España- y para demostrarlo ahí está el título del libro, un título la hostia de original que juega con las implicaciones del logo del PSOE: La rosa y las espinas. Fijo que cuando se le ocurrió esta genialidad estaba escuchando a Mahler. Por abajo aparece el puño del socialismo y, encima del puño, la rosa de la libertad, aunque con Felipito y Alfonsón combinarían mucho mejor una mano haciendo una peineta y en vez de una rosa, un capullo. Las espinas, claro está, se refieren a esos socialistas de nueva generación, representados por Sánchez y sus secuaces, que pactan con independentistas y comunistas en lugar de pactar con fachas y franquistas de toda la vida.

 

Parece mentira, sí, pero este era el mensaje que lanzaron al público los líderes históricos del socialismo español: una alianza estratégica entre el PP y el PSOE, los dos grandes partidos constitucionalistas, las dos grandes ollas podridas de la corrupción y la podredumbre política en España. La raya roja que de ningún modo pueden permitir ambos próceres es la amnistía a los cerebros del procés, ya que todo el mundo sabe que la amnistía en España está reservada a torturadores franquistas, a los defraudadores fiscales, a José Barrionuevo y a otros criminales más o menos exóticos. Por cierto que, para arroparlos en su vuelta a los ruedos, no podía faltar el propio Barrionuevo, además de Corcuera, Nicolás Redondo, García-Page, Tomás Gómez, Juan Carlos Rodríguez Ibarra y otros socialistas de fogueo. De propina, Adolfo Suárez Illana, nada menos. Vamos, que podían haber ido Abascal y Ortega-Smith a presentar también el libro y luego tomarse unos vinos todos juntos y cantar canciones patrióticas con el brazo en alto.

 

Felipito y Alfonsón hablaban a coro, quitándose los chascarrillos de la boca, y si cerrabas los ojos, te parecía estar oyendo a Jose Mari y a Mariano con acento andaluz: cuatro cómicos en estéreo por el precio de uno. El nuevo libro de Alfonsón debe de ser apasionante: seguro que Felipito lo ha subrayado con cal viva. A no ser por las risas, no se entiende que el PSOE no los expulse de una puta vez de una patada en el culo. Eso sí, los dos se cuidaron muy mucho de subrayar que ellos son socialistas de los buenos, de los fetén, igual que Pinochet diez minutos antes del golpe de estado.

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