¡¡ARRIBA LA TRICONTINENTAL
ANTIIMPERIALISTA!!
POR MAITÉ CAMPILLO
Ernesto Guevara, de nombre de guerra
‘Che’, transmite en Tricontinental un destacado mensaje militante a los pueblos
del mundo: CREAR DOS, TRES… MUCHOS VIETNAM.
Lento pero viene, cada vez más nosotros, y
menos el azar
Se trata de la primera edición de Tricontinental en La Habana (suplemento especial del 16 de abril de 1967). Sus palabras fueron como un alumbrado en faro de futuro, un pulmón en tierra, un corazón de vanguardia abierto al mundo dando paso a una revista solidaria de aleteo antiimperialista marcando un tiempo detonante, órgano del secretariado ejecutivo de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL) con la que trabajé colaborando con uno de sus equipos: tiempo comprometido, tiempo
de lucha,
tiempo de revolución. El 3 de enero de 1966, meses antes del mensaje de
Che, ochenta y dos países de Asia, África y América Latina se reunían en Cuba.
Se trata de la Primera Conferencia Tricontinental, que reunió en la capital
cubana a cientos de dirigentes del mundo antiimperialista, además de Fidel
Castro como anfitrión, de organizaciones revolucionarias, políticas y sociales…
y la gran ausencia y añoranza de su principal organizador el dirigente marroquí
Mehdi Ben Barka: en ella se encontraba el gran querido por su pueblo Salvador
Allende (Chile), el entrañable Amílcar Cabral (Guinea Bisáu y Cabo Verde), Luis
Turcios Lima (Guatemala), Cheddi Jagan (Guyana), Pedro Medina
Silva (Venezuela), Nguyễn Văn Tiên (Việt Nam del
Sur), Rodney Arizmendi (Uruguay)… entre una larga lista de asistentes, y los mensajes de adhesión, de otro entrañable Gamal Abdel Nasser (Egipto), del
inolvidable Hồ Chí Minh (Việt Nam del Norte), Kim Il-sung (Corea del Norte), Zhou Enlai (República
Popular China), Alexis Kosiguin (URSS), Houari Boumédiène (Argelia)… El intento
se cumplió cuando Mehdi Ben Barka, reúne a organizaciones revolucionarias de
todo el mundo para participar en dicha conferencia, que tuvo lugar en La Habana
revolucionaria, en el Teatro Chaplin: pero en octubre de 1965 es secuestrado en
París por agentes de la policía francesa, nunca más se supo de él, el asesinato
impidió su asistencia a la conferencia.
No es un
sueño simplemente por gusto, soñar es una necesidad del reaccionar de
principios básica, una respuesta en compromiso de objetivos aglutinar para
luchar sin que claudique en ella la fuerza motriz silenciada. Para ello la
acción unitaria no ha de contemplar alianzas estériles, se trata de la
conciencia, de un grito, un desgarro contra la criminalidad de las guerras
imperialistas, se trata en definitiva, de un aullido de vida interminable en
respuesta insoslayable como un horizonte a la vista, un futuro en marcha
tricontinental a la espera de la Europa antiimperialista e insumisa y por ende
anticolonialista, en empeño de una victoria, una unidad proletaria de los
pueblos contra el enemigo del género humano: Estados Unidos de Norteamérica.
Líderes de los oprimidos que el enemigo de clase segó la vida por su compromiso
inclaudicable, monumento a la vida, siembra y cosecha a la luz del sol y de las
lluvias. Si las democracias, representan el capitalismo, como mujer proletaria
contra ellas habré de luchar y como ‘Che’ crear dos, tres… muchos Việt Nam contra el hacha criminal!!! Del
empleo de bombas cuyo objetivo es el de asesinar, expansionismo con el beneplácito de las democracias súbditos de Norteamérica que como en Iraq y en todo Oriente
Medio dijo que su pretensión fue luchar
contra ‘la barbarie comunista’ en Asia, África y América, y en Europa en siglo
XXI, y el sionismo en Palestina, y Marruecos en el Sáhara. Johnson, Mc. Namara,
Dean Rusk, el general Westmoreland, entre otros, conquistaron por sus métodos
sanguinarios la historia criminal de masacrar Việt Nam, y otras partes del mundo, representaron la cima de los más grandes
crímenes de guerra de todos los tiempos. En Việt Nam señaló en su tiempo en un análisis publicado en Vanguardia Obrera,
otro entrañable
dirigente del marxismo-leninismo, Ángel Campillo: ”… están llevando a cabo una
matanza, un genocidio de los más grandes de la historia de la humanidad. Casi a
diario ensayan un arma nueva contra el pueblo vietnamita. Al igual que Hitler
hiciera contra los pueblos del E. español durante la guerra de resistencia al
fascismo, los imperialistas yanquis han convertido Việt Nam en un gigantesco campo de
exterminación en el que
tratan de perfeccionar nuevos sistemas de destrucción masiva, de terror de la población civil. Bombardean y destruyen poblados
habitados únicamente por mujeres y niños; destruyen cosechas para someter por
hambre a la población civil; ametrallan a los barcos de pesca, envenenan los
manantiales y fuentes; torturan, saquean, roban, asesinan, violan (…)”.
No era un
secreto para nadie que el yanqui imperialista estaba empleando en Việt Nam gases tóxicos, teóricamente prohibidos por la Convención de Ginebra en el año 1925. El
yanqui trató desde el
principio de negar el empleo de dichos gases dijeron <<estos no son nocivos para el hombre>>. Más tarde al no poder
negar su crimen encontraron la justificación de que ellos <<no
habían ratificado la Convención de Ginebra de 1925>> (!) La
toxicidad de los gases empleados por el yanqui para combatir a la población
vietnamita quedó demostrada en el hecho de que el 12 de enero de 1966, el cabo
australiano Robert Bowtell, al penetrar en un refugio en el que él mismo había
lanzado gases “inofensivos” murió intoxicado a pesar de que se había protegido
con una máscara antigás. Seis soldados australianos que intentaron salvarle
fueron gravemente intoxicados pese a sus máscaras –¿Podemos
hacernos hoy, una idea de los efectos de esos mortíferos gases, en el siglo del
consumismo y los estragos de inflación donde las protestas masivas andan
ausentes y las terrazas gastronómicas, pese a la más pésima calidad en ellas,
andan a rebosar de la mañana a la noche como ríos interminables de apelotonados
seres ‘hambrientos’?: cientos de niños, de madres rodeadas de ellos, miles de
personas fueron victimas. Ya en el 1º de diciembre de 1958, cuando la presencia
del yanqui en dicho país era solo de unos miles de “consejeros”: 6.000
detenidos en el campo de Phu-Loi, provincia de Thu-Dau-Mot, fueron envenenados
durante la comida, de los seis mil prisioneros políticos de ese campo, cinco
mil perecieron tras atroces sufrimientos. El 22 de septiembre de 1966 el ‘Neuw
Yort Times’ reveló <<Desde comienzos de este año, nuestros
aviones han lanzado 5 millones de litros de productos tóxicos en un espacio de
215.000 hectáreas de tierra, y se prevé que para los meses próximos estas
cantidades serán triplicadas>>.
Una de las
armas predilectas que emplearon, fue el napalm, sustancia inflamable con un
compuesto químico que le da una consistencia gelatinosa. Lanzado con bombas de
distintos tonelajes el napalm se adhiere al cuerpo de las personas y las
consume lentamente a una temperatura de 800 a 1.000 grados centígrados. En Việt Nam, EEUU empleó diversos tipos de gases y productos tóxicos: unos producen la ceguera, otros
la parálisis,
destrozan el sistema nervioso… sin contar
los productos destinados a destruir toda vida vegetal, sistema que emplean para
quemar árboles y vegetación e impedir que los vietnamitas se oculten. Otra de
las armas utilizadas que hasta entonces no era conocida: las bombas de bolitas
de acero. Dichas bombas de un peso aproximado de 400 gramos contienen miles de
diminutas bolitas de acero. Cuando la bomba explota las bolitas se extienden en
un radio de unos 6.000 metros cuadrados, penetrando profundamente en los
cuerpos de las victimas haciendo casi imposible la intervención quirúrgica.
Estas bombas en cantidad de unas trescientas, van situadas en una bomba madre,
la cual explota unos metros antes de tocar el suelo y lanza las bombas ‘hijas’
el radio de acción que abarca es enorme. A trece mil kilómetros de su país el
imperialismo norteamericano estuvo llevando acabo una de sus guerras impuestas
más criminales que el mundo ha conocido, y la desesperación de la
administración Johnson va en aumento, al comprobar que los vietnamitas del
norte y del sur van sumando victoria tras victoria, y que sus ‘marines’
cosechan derrota tras derrota. Quieren dar un escarmiento, saben que más pronto
que tarde tendrán que marcharse del país asiático, que nunca conseguirán
someter al heroico pueblo vietnamita, y antes de ser arrojados, quieren
arruinar y arrasar al pequeño heroico país. Desde 1954 hasta 1965 causan las
siguientes víctimas, sin olvidar, que fue el año 1966 cuando los imperialistas
llevaron a cabo sus métodos más violentamente criminales de destrucción masiva:
170.000
personas asesinadas
800.000
heridas o torturadas que han quedado inválidas
400.000
detenidos en cárceles y campos de concentración
5 millones de
personas agrupadas en los ‘poblados estratégicos’
La
criminalidad del gringo ya no controlaba más que una quinta parte del
territorio sur-vietnamita, y para eso tuvieron que llevar 370.000 soldados de
ocupación los cuales, junto con los 60.000 soldados austriacos, coreanos del
sur, filipinos, neozelandeses y tailandeses (sin contar las tropas fantoches de
Cao Ki, prácticamente inutilizable por las derrotas sufridas y el número cada
vez mayor de desertores) han sobrepasado los 400.000 hombres que Mc. Namara
preveía para finales de 1966. Multiplicaron los bombardeos lanzando cantidades
masivas de bombas, no solo contra objetivos militares sino sobre las ciudades y
poblados. En marzo de 1966 los aviones yanquis, según dijo el jefe de Estado
Mayor de la ‘US Air Force’ <<han efectuado 30.000 salidas en
Việt Nam del Sur>>,
el mismo energúmeno declara al periódico ‘News and World Report’ para
explicar la descomunal cantidad de bombardeos <<más vale
bombardear a ciegas que dejar escapar un objetivo>>. Con frialdad
sanguinaria y cinismo Mc. Namara declaró en una de sus ruedas de prensa que en
1966 se lanzarían sobre Việt Nam:
638.000 toneladas de bombas (cifra que fue sobrepasada), contra 250.000
toneladas que se lanzaron en 1965. Dicho criminal de guerra declara <<…
la media mensual en el segundo semestre de 1966, ha sido superior a la cantidad
de bombas lanzadas, por mes, durante la II Guerra Mundial sobre toda Europa y
África>>. ¿Necesita más argumentos y mayores cifras el gobierno
del E. español, y sus sucursales autonómicas, para seguir integrado en la OTAN?
La indignación del otro mundo posible existe aunque de muy diferente entrega,
la solidaridad en todo el mundo se manifiesta, a menos o más intensidad, pero
ni a la una ni a la otra escala es suficiente en la era que vivimos, donde la
complicidad de la derecha, extrema derecha que no es lo mismo pero es igual, y
las izquierdas oficialistas de una y otra manera con el yanqui imperialista son
compinches otorgando por igual al sionismo genocida ocupante en Palestina, por
igual cómplices la Unión Europea, y los nefastos gobiernos títeres de África, y
en eso Marruecos es de los más imperialistas presto a acabar con el pueblo
saharaui. Se trata de no perder nunca nuestra razón de vivir, no de
cumplir, sino de actuar consecuentemente y avanzar y movilizarse en todos los
países del mundo, conseguir que las capas más concienciadas se opongan a la
colaboración de sus “democracias” con el imperialismo norteamericano
presionando por igual en los países de regímenes abiertamente sátrapas.
PD.
–¿Por qué son las guerras, Toko?
–Por pelear.
–¿Pero contra quién pelean?
–Contra el enemigo.
–¿Y quiénes son? ¿Quién es el enemigo?
–Todavía no sabemos, pero nos han robado.
–¿Y qué han robado?
–Todavía no sabemos, pero tiene que ver con nuestras vidas.
–¿Pero dónde? ¿En qué lugar, en qué país?
–En ningún lugar, o quizás es en cualquier lugar que estés… porque no es
bueno que te arranquen la vida.
–¿Y qué es por fin? ¿Qué es esa vida que han robado?
–Todavía no sabemos, pero puede que sea algo así como un corazón luminoso
con todos los colores especiales, rosado, verde, carmelita, azul, púrpura y
plateado.
–¿Pero dónde? ¿En la luna, en el espacio, en el desierto, en el mar?
–No, no, es en un lugar normal. Es en donde mismo estás.
–¿Y qué pasará?
-No sabemos.
No sabemos si nos devolverán el púrpura, el rosado y el plateado que nos
arrebataron de nuestros ojos y gargantas. No nos gusta que nos arranquen de las
entrañas nuestros colores especiales y los pisoteen con pies que suenan como
martillos.
[Respuestas
de un niño fruto de una violación a su ‘mamá’ con problemas mentales pocos años
mayor que él, de ella nace aunque no muy consciente de ello, Toko, con muchos
problemas físicos pero de una inteligencia superior (de la escritora Patricia
Grace)].
Maité
Campillo (actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)
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