SECUESTRO DE LA REALIDAD
POR EDUARDO
SANGUINETTI
No deseo hablar de la historia del espíritu, ni de las aproximaciones fisiológicas, psicológicas, sino del final... Ni de las realidades perturbadoras de genio e idiotez, de jerarquías y de amarguras, de futuro, ni de religiones, de parlamentos, ni de academias, ni simpatías... ¿Sería necesario que hablara de todo?: Es imposible. Por lo tanto sólo puedo decir todo aquello de lo que yo puedo hablar, lo que concierne a la filosofía, a la poesía...
No puedo dejar de hacer mención de la
ignorancia y la vergüenza... Quizás les pueda agradar que no hable aquí
realmente de nada, pero no quiero dejar de mencionar el poder de los estúpidos,
la avidez burguesa, la hipocresía de los políticos, la inflexión de los intelectuales...
Tampoco puedo dejar de mencionar a Séneca, Shakespeare, Hölderlin,
Novalis, Rousseau, Nietzsche, Dostoievsky, Kierkegaard, Mahler, Benjamin,
Camus, Doeblin, Joyce, Onetti, Bioy Casares, Arlt, Heidegger, Vian, Kerouac,
Foucault... ¡Qué error! Una humanidad que no sospecha nada, hombres con
cierta simplicidad y la bajeza y pobreza de sus necesidades...Los estados, los
gobiernos, los pueblos, son estructuras condenadas sin cesar a la infamia, a la
calumnia... La vida es desesperación en que se apoyan las filosofías, las que
finalmente son prometidas a la demencia, al diseño y a la publicidad...
Instrumentos de la decadencia, criaturas de la agonía, todo es claro, nada se
comprende. ¿Pero entonces qué queda?, se preguntarán... Es evidente que la pregunta
es completamente idiota... Y lo que acabo de enunciar, ¿no es más trampa que
una salida? Afortunadamente no. Voluntariamente no.
La vida de la humanidad, donde rigen las
condiciones modernas de producción de valores incorpóreos, se manifiesta como una
espeluznante puesta en escena espectacularmente pornográfica. Todo lo que antes
se vivía directamente, ahora se experimenta en una representación grosera de la
relación entre siniestros personajes que deambulan cual “Nosferatu” por los
distintos espacios que las plataformas ofrecen para controlarlo todo:
simulación del simulacro en todo su esplendor.
Los sistemas masivos de calificación, de
evaluación y de indicadores están pensados para gestionar la media. Lo que
parece diferente, extraño se tiende a excluirlo del denominado sistema
¿democrático?... Por favor, mercenarios, no me hablen de democracia, pues es un
estatuto imposible en el presente... No ignoro, no será apreciado mi
pensamiento elevado a símbolo de ser y estar en esta realidad apócrifa, de todos
modos resulta agradable manifestarlo.
La única manera de combatir ese sesgo es
tener un sistema en paralelo para concederse una cierta excepcionalidad porque
el sistema, por comportamiento gregario vigente y por la igualdad democrática,
jamás aplicada, tiende a premiar la conducta adaptativa, la que jamás disiente.
Los serviles miserables, conformaron el
“Club de la Obsecuencia”, para ayudarse unos a otros, de ese modo se aseguran
devolverse favores, por las dudas se modifique el rumbo de sus vidas, experimentadas
a distancia de sí mismos, e irán cimentando el poder del ghetto, que va
creciendo, sin resistencia alguna, y atrayendo a sus pares, que se cuentan por
millones.
Ante la prisa del momento que no admite
esfumados ni críticas, la opción sería la construcción de culturas paralelas en
los márgenes del sistema: crear una situación en acto pleno de enfrentamiento y
“doble poder”… Construir la “obra de arte total”, que habría de ser la
transformación del sistema, la creación de situaciones que incluyan a los que
transitan su propio sendero de vida, libres de adoctrinamientos delictivos, que
el sistema impone, por obra y gracia de roñosos, tan competentes a la hora de
traicionar.
El nuevo paradigma instalado por este
sistema, donde los mediocres, son espectadores pasivos del acontecer de su
vida, el principal cambio que ha ocurrido en estos años fue “el secuestro de la
realidad”.
Los serviles “fans” de tendencias
lanzadas por los “Nadie”, celebrities aplicados y carentes de convicciones y
pasiones propias de lo que es un ser humano, dotado de todos sus elementos
constitutivos, ven coronada su condición e incluso se los premia, pues parece
que el futuro es suyo, simplemente porque las instituciones de poder son
reacias a asimilar a su función eliminadora de la verdad, a personas
comprometidas consigo mismas, sin temores y reacios a servir en lo que no cree,
incluyen también en esta exclusión a quienes sean originales en sus
pensamientos y métodos de análisis.
De qué democracia hablan, si no hay
igualdad, la riqueza concentrada en pocas manos, de quienes son dueños del
aparato de medios mafiosos de desinformación, quienes instalan a la
privilegiada horda de descerebrados/as que completarán las listas de
funcionarios/disfuncionales en elecciones articuladas para cumplimentar el
“espectáculo del estupro democrático” en plena vigencia.
Y, como dijera hace un par de décadas en
un Congreso de Arte y Comunicación en el St. John’s College de la Universidad
de Cambridge: “Todo es excusa para el coito, vanidad y correr tras el viento”,
frase que se ha visto cristalizada en estos tiempos de cultura prostibularia,
llevada a cabo por políticos gourmet, pseudoartistas de la "nada", en
fin, la media es el sistema…
No hay pensamientos difíciles, hay
comportamientos imposibles, a los que las comunidades están atadas, por
hipocresía, miedo y demás contingencias, elaboradas para que todo parezca
“natural”... La vida es breve, lanzar la palabra, siempre resistiendo a las
injusticias de un sistema necrótico, es una obligación de los libres del mundo,
siempre plenos y satisfechos de cumplir con un destino heroico.
Siempre es formidable lanzar verdades,
devenidas en actos de libertad, a los millones que mienten, estafan, roban,
beben la locura marchita de la codicia impúdica... Permanecen por entero solos,
en el barro de la farsa y el fraude, la horda de miserables, que desandan el
sendero de las frustraciones de impotentes del signo...
La salud mental de los metaforizados
“mutantes” ha bajado la cabeza... Permanecer enmascarado, sin dejar un flanco
al descubierto, se han convertido en costumbres habituales en la Argentina del
espectáculo… Utilizar esas nuevas corazas propias de la represión fundamental:
el simulado pudor, esa otra máscara que sella la boca ante las resistencias,
rebeliones y remite al remolino de las palabras que se pudren por jamás haber
sido pronunciadas y la irrisión, acompañada por estereotipos que se asimilan a
ellas: “Demasiado fácil”, “No es nada”, “Te banco”, “Me lo banco”, etcétera… Y
la manipulación es un “modus operandi” para lograr sembrar ignorancia y
docilidad a un pueblo en el borde del abismo…
El Gobierno y sus socios preparan los
escaparates de las vidrieras de bagatelas en oferta electoral, contra el orden
establecido por una Constitución en estado vegetativo. Realidad en exteriores,
con cielo pintado a mano, para quienes pretenden gobernar un país, sin haber
operado en los más diversos espacios del conocimiento, la relación, la
educación y la experiencia fundamental de haber atravesado los límites de la avidez,
la grosería y la soberbia, que limitan y degradan la función que pretenden
asumir, derribando fronteras y mitos.
No mediremos en tomar revancha de
quienes nos niegan la posibilidad de permanecer en este mundo, en estado de
igualdad, fraternidad y naturalidad… Pues la única libertad con que cuentan no
depende más que de cada uno, la que poseen sin atreverse a dejarla, si el deseo
acompañe al acto de librarse de quienes la niegan, reprimiendo y esclavizando a
comunidades aterradas, pero en condiciones de responderles a esos ungidos en
elecciones bajo presión de democracias simuladas… Esos, que desde el poder
“regalado” gobiernan, con desparpajo y ánimos imperiales, naciones colonizadas…
Nada más deprimente que aceptar órdenes de ignorantes mascotas, divorciados de
la vida y de la verdad, en ser, deber y hacer…
Los valores que tenían valía, aunque más
no sea por ser enumerados, en este milenio de la muerte del sentido,
claudicaron… Quizás las personas que uno frecuentaba ya no interesan, incluso
entornos familiares, asimilados a ideologías de ocasión, sus posesiones los
poseen... ¿Se podrá sobrevivir sin ese espacio, sin tiempo ni lugar, para las
almas en pena, que ya no acuden a él, aunque más no sea para dar nombre a su
deseo?
Hoy todas las relaciones humanas, sobre
todo las familiares, se articulan alrededor de la depreciación ajena: para ser,
es preciso que “el Otro” sea menos, o “casi Nada”… Un regreso a Sigmund
Freud, el mundo habitado por humanos, es demasiado lento en instancias
esenciales, como comprender al instante, dejando de lado las futilidades
cotidianas, a las que los tienen acostumbrados los burocráticos trámites que
legitimen existencias, en identidad y pertenencia... ¡Qué imbecilidad!, la
castración es una práctica que no termina de practicarse, por rutina, sin pausa
ni tregua… Tal vez alguien recuerde que todo lo manifestado lo ha escrito con
pasión un argentino, que ha tomado el riesgo supremo de permanecer en esta
tierra, donde pulsión y sangre, desgarro y herida, coraje y voluntad, son
horizontes eliminados, para los que la habitan, parasitariamente, en sus
gabinetes de la prisión en donde los han metido a patadas virtuales, de
usuarios sin contraseña…
Cuando se empieza a repechar, el alma
tira para delante, con envergadura de ser, luchando, dudando, indignándose,
viviendo, buscando, esperando, gozando, sufriendo… Franqueando indemne los
círculos entrelazados de los cinco órdenes determinantes de la vida: soñar,
intuir, simbolizar, realizar, imaginar... Y, continuar caminando, silbando las
melodías aprendidas en los años dorados de la infancia.
(*) Filósofo, poeta, performer, ecologista, artista y
periodista argentino. Pionero en el arte performativo. Precursor del
minimalismo en América Latina y del Land Art según Jean Baudrillard. Autor del
"Manifiesto de los indignados contra el neoliberalismo'' año 2011.
Miembro-asesor de The World Literary Academy (Cambridge, Inglaterra),
"Biography of the year Award" Historical Preservation of America
(1986), "Man of the Year" IBC Cambridge 2004. Miembro activo de la
Sociedad Argentina de Escritores (SADE).
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