NO TE ENTERAS, JUANMA CASTAÑO
DINA
BOUSSELHAM
Que Dani Carvajal
esté cobrando nada más y nada menos que 9 millones de euros por temporada en el
Real Madrid, mientras el sueldo de la mayoría de las jugadoras de la Liga F
ronda los 16.000 euros brutos anuales (básicamente el salario mínimo en España)
no sólo es una tremenda injusticia sino una falta de respeto al trabajo de
estas jugadoras profesionales y un insulto al deporte.
Decía Juanma Castaño, periodista deportivo con micrófono en la Cope (recordemos, la radio de la Confederación Episcopal) que las futbolistas que están reclamando derechos para ellas y para todo el fútbol femenino lo que en realidad buscan es cargarse la imagen de España, cargarse las posibilidades de que España sea candidata al Mundial de 2030 y que en definitiva “¿qué más quieren?, ¿prenderle fuego a la Federación?”. Voy a explicarle al señor Juanma Castaño, al que por otro lado llevo escuchando en la radio y en la TV muchos años, como buena aficionada al fútbol y al deporte en general. Vamos, que puedo permitirme el privilegio de decir que le conozco de bastantes años y no me sorprenden en absoluto sus declaraciones.
En primer lugar,
no, esto no se trata de una batalla de géneros. Se trata de una lucha de unas
mujeres que se dedican profesionalmente al fútbol y que llevan años y años
sufriendo la discrminación, el ninguneo, el menosprecio por parte de la RFEF
por supuesto, pero también y sobre todo, con el silencio cómplice de mucha
prensa deportiva, entre otras la de sus micrófonos. Que Dani Carvajal esté
cobrando nada más y nada menos que 9 millones de euros por temporada en el Real
Madrid, mientras el sueldo de la mayoría de las jugadoras de la Liga F ronda
los 16.000 euros brutos anuales (básicamente el salario mínimo en España) es no
sólo una injusticia sino una falta de respeto al trabajo de estas jugadoras. Y
no voy a entrar en si los jugadores masculinos cotizan o no en España, porque
eso sería abrir otro melón. ¿O acaso te imaginas, Juanma, estar tú cobrando
1100 euros al mes mientras Susana Guasch, periodista igual que tú, está
cobrando 10 mil euros al mes? ¿Te parecería razonable? Por desgracia, los casos
siempre son al revés, y somos nosotras las mujeres las que sufrimos la brecha
salarial. Por eso quizás, nunca te has parado a pensar en estas cosas.
Sigamos. Decías
Juanma que “no son formas de afrontar un problema interno de la Federación y
poner al fútbol español en las cuerdas, dañando la imágen de España, que es
candidata al Mundial 2030”. ¿Cuáles son las buenas formas que deberían mantener
estas jugadas para no ser criticadas? ¿Hay un manual de cómo luchar por tus
derechos sin incomodar, sin molestar? ¿Hay que pedirle permiso a alguien ¿A un
hombre quizás? ¿Hay que pedir en bajito y por favor, que se garantice la dignidad
de las jugadoras en el deporte español? ¿Hacerlo quizás con una sonrisa en la
boca? ¿De verdad quienes están dañando la imagen de España son las campeonas
del Mundial? ¿Las que pese a todo han conseguido ganar un Mundial de fútbol
femenino? ¿No será que la imagen de España la dañan quienes usan las
instituciones, en este caso instituciones deportivas para sus propios intereses
particulares como hizo Rubiales? ¿No son las actitudes machistas y la violencia
sexual los que dan una imagen pésima de España? Y me vas a permitir una cosa,
Juanma: ¿A quién le importa la imagen de España y el Mundial si no somos
capaces de garantizar derechos tan básicos a unas futbolistas profesionales?
¿Nos merecemos ese Mundial en estas condiciones? ¿Qué imagen estaríamos dando
al mundo entero mirando hacia otro lado y permitiendo que se sigan cometiendo
injusticias con ellas, que son jugadoras precisamente que representan a España,
y por tanto representan los valores de este país?
No, Juanma. Las
jugadoras no quieren prenderle fuego a nada. Simplemente piden cambios
estructurales en un organismo que debería estar trabajando a favor del deporte
basándose en los principios y valores de respeto, justicia e igualdad.
Por otro lado,
Juanma, está muy bien pedir que sancionen a las jugadoras, que no deja de ser
disciplinar a las futbolistas para que esten calladitas y no peleen por sus
derechos. Al menos me parece mas honesto que lo defiendas abiertamente. Lo que
me parece absolutamente indecente es meterlas a ellas en el mismo saco de
(mierda, con perdón) que Rubiales. ¿De verdad ellas están al mismo nivel que un
machista repugnante que ha gestionado de forma nefasta la federación? Un tipo
que ha usado presuntamente dinero de la Federación para viajes particulares, y
para fiestas con prostitutas. ¿Es eso lo mismo que una jugadora peleando para
que le suban el salario mínimo?
Y por último,
imagino que en un arrebato, te preguntas: “¿qué más quieren estas jugadoras?
¿prenderle fuego a la Federación?”. No, Juanma. Las jugadoras no quieren
prenderle fuego a nada. Simplemente piden cambios estructurales en un organismo
que debería estar trabajando a favor del deporte basándose en los principios de
respeto, justicia e igualdad. Algo que a día de hoy, y pese a todos los cambios
cosméticos que se han realizado, no ha sucedido. Decir lo contrario es tomar
por idiota a tus oyentes y a todo el que sigue de cerca el fútbol español. Los
problemas de la Federación no son algo nuevo. Y es algo que tú y muchos otros
periodistas deportivos habéis silenciado. ¿Te acuerdas de una famosa portada
—una entre muchas— del MARCA diciendo que las chicas estaban chantajeando a
Vilda y a Rubiales? ¿Qué decías en aquel momento? Mirar hacia otro lado, entre
otras cosas, porque el fútbol femenino no le importaba a nadie. Al fin y al
cabo lo que hacían esas niñatas no era relevante. Ni el fútbol femenino mueve
millones como el masculino, ni tiene tanta audiencia.
Pues bien, quizás
las cosas estén cambiando. Y la lección que nos están dando estas campeonas del
Mundial es una lección dirigida a toda la sociedad. No sólo a quienes lleváis
tiempo cuestionando sus legítimas demandas. Y responde sobre todo a un momento
político muy concreto: el feminismo ha venido para cambiarlo todo. Ya no vamos
a pedir permiso a nadie para pelear por nuestros derechos. Ya no estamos solas.
Ya no nos vamos a callar. Y sobre todo: SE ACABÓ.
A algunos os
costará entenderlo, pero la ola de cambio es ya imparable. Y no hay vuelta
atrás. Gracias a todas las futbolistas de la Selección por ser ejemplo, y por
haber seguido luchando pese a todo.
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