¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS?
ANA
HURTADO
[Foto:
Hemingway en el frente de Teruel,
1937. Foto de Robert Capa.]
España fue la muestra perfecta de
cómo se comportaron las potencias occidentales hace ya más de ocho décadas, se
supone que erigidas como democracias
Si el 13 de septiembre hay algo
de lo que no me cabe la menor duda, es la hipocresía y la falta de ideología
del Gobierno de EEUU. Las grandes potencias occidentales, como bien todos
sabemos, se mueven por intereses y están carentes de solidaridad. No así sus
pueblos.
España fue la muestra perfecta de cómo se comportaron hace ya más de ocho décadas, se supone que constituidas y erigidas como democracias.
No es que España sea ejemplo de
muchas cosas, sobre todo después de 1939, en lo que a política se refiere. Pero
podemos dar ejemplos, y varios, de qué cosas no repetir, de qué camino no
escoger, de qué modo no se hacen las cosas, y, sobre todo, de valentía de gran
parte de nuestro pueblo que conformaba el bando republicano en la guerra civil.
No quiero decir con esto, y
estaría siendo injusta, que dentro del frente nacional no hubiera hombres
valientes, ya que en el campo de batalla muchos soldados estaban ahí obligados
y reclutados cuando las tropas entraban a sus pueblos. Muchos luego se
cambiaron de bando. Pero la valentía en España tiene un color y es el rojo. Lo
ha demostrado la historia.
El amigo de Cuba Ernest Hemingway
también fue un gran amigo del pueblo español. Estuvo durante la guerra civil en
la batalla del Ebro como corresponsal y pudo ver el horror, experiencia que le
sirvió para escribir posteriormente su libro Por quién doblan las campanas.
Esta lucha fue decisiva en el
curso de la contienda y duró de julio a noviembre de 1938. Los bombardeos del
bando sublevado (el franquista) con sus colaboradores del eje Roma-Berlín no
cesaron, ampliándose a toda la costa del litoral mediterráneo y a Barcelona.
Ataques contra la población civil, cuyos muertos se acumulaban en las calles,
que eran cementerios vivientes.
La Legión Cóndor alemana y los
italianos no tenían miramientos, para ellos esto no era más que un
entrenamiento para la II Guerra Mundial, que vendría poco tiempo después.
Franco les prestaba la tierra y los muertos y ellos asesinaban.
Si algo podemos aprender de la
historia de la guerra en mi país, es que el fascismo no tiene honor ni
humanidad. El hombre y la mujer no tienen ninguna importancia. Son simples
títeres con los que se juega y se sacan del tablero no ya como si fuesen
animales, sino como objetos.
¿Por qué ganaron la guerra estos
aniquiladores de seres humanos?
Franco, desde el primer momento,
consiguió mantener la unión de sus tropas y contó con la ayuda armamentística
de Hitler y Mussolini, sin la cual de ninguna manera habría salido victorioso.
Esta ayuda por parte de los dos psicópatas no era gratuita, como bien explicaba
anteriormente: se preparaban para la exterminación que planeaban después. Y no
podemos olvidar que antes del holocausto nazi, existió, y está demostrado
históricamente, un holocausto español.
El legítimo bando republicano
contó con la desunión en sus filas desde el primer momento hasta el último.
Iban ganando y perdiendo territorios, como en Teruel, que suponía una baja
moral en los combatientes. Y la moral alta es la fuerza más poderosa que puede
tener un pueblo. Llegaron a tener, incluso, un golpe de Estado dentro de sus
filas al propio Juan Negrín, para pactar la paz con Franco, que obviamente
rechazó.
Otra gran lección: la desunión
interna entre los camaradas le entregará siempre la victoria al enemigo, al
nuestro, y al de la humanidad, siendo el mismo, ya que por ella luchamos. Por
la dignidad de los hombres.
Si hay algo fundamental que no
debemos dejar pasar por alto es el Pacto de No Intervención que firmaron en
1936 casi todos los países de Europa, por miedo a que la contienda se extendiera
al resto del continente. Obviamente, fue una farsa, ya que Portugal de Salazar,
Italia y Alemania se la saltaron.
El Frente Popular fue ayudado por
la Unión Soviética y México fuera de Europa, pero toda la ayuda no bastó para
poder hacer frente a la situación bélica.
Los dirigentes de la República
esperaban también ayuda de las democracias occidentales, ya que el fascismo
estaba masacrando y salía en toda la prensa internacional. Había un embargo de
armas producto de este pacto que tenía a los republicanos atados, combatiendo
en muchos casos con material defectuoso y munición caducada.
El principal responsable de esta
calamidad fue el Gobierno del Reino Unido, gran enemigo del pueblo español. No
reconociendo a la República como Gobierno soberano, ya no negando la ayuda,
sino obstruyéndola y, una vez acabado el conflicto, reconociendo a Franco como
dirigente legítimo. Vergüenza.
Parece que no les importaron las
desapariciones forzadas, los asesinatos en masa, los exiliados y la barbarie.
Nunca se sabrá la cifra máxima de lo que estos monstruos llegaron a aniquilar
en España, pero los historiadores hablan de 300 000 muertos y 500 000
exiliados, y actualmente se habla de entre 115 000 y 145 000 personas
desaparecidas.
Afortunadamente, contamos con la ayuda
de la solidaridad y los pueblos; de los mismos pueblos de estos Gobiernos, que
vinieron con nosotros. A morir por nosotros, a luchar por la libertad. Entre
ellos, el cubano Pablo de la Torriente Brau. Su cuerpo sigue en paradero
desconocido.
EEUU, como baluarte de la
democracia occidental, como se autodenomina, no solo no ayudó a la República,
sino que, al igual que Reino Unido, luego hizo negocios con el régimen
franquista en su ardua lucha anticomunista.
Y estos países, que se supone son
un ejemplo de “valores occidentales”, siguen haciendo lo mismo ahora. No tienen
en el centro de sus políticas y actuaciones al ser humano. A ellos les mueven
el interés político y el económico.
La guerra civil española es el
más claro ejemplo de cómo se comportaron y todo lo que hicieron después. Ni
ideología, ni dignidad, ni respeto.
Los hombres y mujeres formamos
parte de un colectivo que se llama humanidad.
Hemingway tituló la novela que da
nombre a esta columna de una obra del poeta John Donne, cuya reflexión
considero certera para cerrar este escrito:
“La muerte de cualquier hombre me
disminuye, porque estoy ligado a la humanidad, y por consiguiente, nunca hagas
preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti”.
A los nuestros.
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Texto completo en:
https://www.lahaine.org/est_espanol.php/ipor-quien-doblan-las-campanas
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