CASO NEURONA Y LA SOLEDAD DE PODEMOS
ANÍBAL
MALVAR
El cofundador de Podemos Juan Carlos
Monedero saluda a su salida de los Juzgados de Plaza de Castilla, a 15 de marzo
de 2021.- EP
Pocas cosas me han producido tanto desasosiego, en mi ya larga carrera de cronista político, como escuchar el hondo silencio bajo el que la nueva izquierda sumita quiere sepultar al viejo Podemos. Ya no es que les priven de portavocías y veten a sus más capacitadas y populares mentes. Eso lo puedo entender por meras razones de estrategia política. Pablo Iglesias, con deslumbrante honestidad, abandonó la política profesional reconociendo que quizá ya no sumaba, tras fracasar su candidatura madrileña. Tal vez en la cúpula de Sumar también consideran que Podemos ya no suma, y es totalmente legítimo que retiren sus estandartes morados de las almenas para captar nuevos votos.
Pero me parece casi
indecente que ninguno de los líderes de la nueva izquierda cool se haya dignado
a felicitar a Podemos por el archivo de la causa Neurona, que con rumores y
argumentos ridículos mantuvo abierta la sospecha judicial de que Podemos se
financiaba ilegalmente. Nunca sabremos si la España política de hoy sería la
misma de no haber sufrido Podemos tantos bombardeos y desprestigios judiciales
infundados. A eso se le llama corromper la democracia, señorías.
No es lógico que
Sumar y PSOE no hayan salido a las redes sociales a congratularse de esta nueva
victoria de Podemos contra jueces hambrientos de protagonismo político. Todos
los líderes de la izquierda española deberían haber elevado la exculpación de
Podemos a categoría de noticia principal del día. La propia Justicia reconoce
la injerencia de la Justicia en nuestra vida política, y no por primera vez, y
nuestra izquierda, y nuestro gobierno híper yuppie progresista, callan, miran a
la cámara y se dan muchos abrazos y besos de globito y confeti en una matiné de
autoayuda.
Quizá no se quieren
dar cuenta de que, una vez visto lo que ha sucedido con las 20 causas contra
Podemos, en cualquier momento nuestro caducado y por tanto ilegítimo poder
judicial se puede volver también contra ellos. Le ha pasado a Lula da Silva en
Brasil. Con todo su poder y carisma. Los jueces son tipos peligrosos, casi
siempre más que la gente a la que juzgan, por mi experiencia. Y suelen salir
impunes de sus desmanes. Casi siempre. Así que no tienen reparo en apuntar muy
alto.
De los últimos
jueces que han ingresado en prisión, solo me acuerdo de uno: Salvador Alba,
condenado por conspiración contra la política de Podemos Victoria Rosell, quien
por falsas acusaciones renunció a las listas electorales. No sé si será
casualidad, pero esta extraña victoria de la Justicia sobre un juez se produce
en peculiar circunstancia: la perjudicada también es juez. ¿Perro no muerde
perro, juez Alba?
Las victorias
judiciales de Podemos no son la victoria de un partido, sino de la izquierda en
su conjunto. Por muy a garras que estén en los últimos tiempos, qué hermoso
hubiera sido para el votante de izquierdas asistir tras la sentencia a una
muestra de solidaridad global con aquellas personas, como Juan Carlos Monedero
o Pablo Echenique, que por su compromiso político vieron comprometida su
honorabilidad desde el abuso del poder judicial, ni más ni menos. El caso
Neurona o el caso Niñera (como tantos otros contra Podemos) solo se entienden
judicializables desde una teoría del derecho lisérgica y, por qué no decirlo,
aromáticamente algo fascista. En el caso Neurona, el juez mantuvo en el foco
mediático de los acusados a Monedero y Echenique durante tres años, solo porque
un exempleado despedido contó unos rumores (el tal Calvente confesó ante ese
mismo juez, al principio del proceso, que solo eran rumores).
Ni el presidente
del Gobierno se ha alegrado públicamente de esta victoria judicial de su socio
de Gobierno, ni su socia de gobierno, que es vicepresidenta por ese mismo
partido, tampoco. Podemos está apestado.
Cuando nació, me
pareció razonable que al centro/derecha PSOE/PP le diera cierto miedo este
nuevo actor vigoroso de calle y garganta. Ahora lo que me deja estupefacto es
que Podemos le dé miedo también a la nueva izquierda, incapaz incluso de
valorar esta sentencia del juez Juan José Escalonilla desmintiéndose a sí mismo
después de tres años de lawfare con su toga y a lo loco. No guardan silencio
PSOE y Sumar por miedo a los jueces, que ya sería degradante. Guardan silencio
por miedo a Podemos, a publicitarlo, a darle alas. Y nunca entenderé por qué,
si Podemos fue las alas.
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