Marruecos impune,
España ciega
DAVID BOLLERO
No sólo Equipe Media, también activistas
saharauis graban los abusos de la policía marroquí, tratando de no ser vistas
para no ser también atacadas. - Activistas saharauis en Territorios Ocupados
El pasado lunes, el enviado de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, aterrizó por sorpresa en El Aaiún, en el Sáhara Occidental. A pesar de que la resolución de este conflicto es una de sus competencias directas, el diplomático no había pisado los territorios ocupados ilegalmente por Marruecos desde que ocupó su cargo hace dos años. Durante su visita, el régimen de Mohamed VI no ha escatimado en represión al pueblo saharaui, tratando de silenciarlo por todos los medios mientras la Comunidad Internacional, con España a la cabeza, se pone una venda en los ojos.
Los
compañeros de Equipe Media lo han vuelto a
hacer: con sus informaciones, rompen el bloqueo informativo que acompaña
al conflicto del Sáhara Occidental. A diferencia de otros
regímenes autoritarios, este apagón tiene la peculiaridad de ser bidireccional,
esto es, no sólo se activa desde el foco opresor, en este caso Marruecos, sino
también desde el receptor (España y la Unión Europea, UE), que termina por convertirse
en cómplice con las manos manchadas de sangre.
Sin
embargo, este grupo de periodistas y activistas llevan toda la semana
denunciando la escalada de violencia por parte de Marruecos contra el pueblo
saharaui en los Territorios Ocupados, los mismos que está
visitando De Mistura por primera vez en su mandato. Las redes sociales difunden
vídeos y fotografías inapelables en los que se ven los efectos de la represión,
de los apaleamientos de la policía marroquí contra quienes siquiera
se atrevan a agitar pacíficamente una bandera saharaui.
Mis
admirados colegas de Equipe Media, además, en esta ocasión han conseguido dar
un giro más de tuerca y sus representantes Mohamed
Mayara y Sidi Brahim Laajil se han reunido con De Mistura para contarle de
primera mano las torturas recibidas, la discriminación, las
violaciones, vejaciones, desapariciones forzosas y los encarcelamientos que
sufre la población saharaui en el Sáhara Occidental por el simple hecho de ser
saharauis. Con la complicidad de los gobiernos de España y del resto de
la UE, Marruecos lleva años intentando cometer un genocidio con los legítimos
habitantes del Sáhara Occidental, a los que Hassan II, padre de Mohamed VI,
arrebató su tierra con una invasión ilegal gemela de la que ahora pretende
Rusia con Ucrania.
La arrogancia e impunidad marroquí, violando derechos humanos
mientras el propio enviado de la ONU para el Sáhara Occidental está en la
ciudad, solo es posible si es tolerada, si cuenta no ya la
connivencia, sino con la complicidad de terceros. El caso más sangrante es el
de España, con un ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, indigno
de su cargo, capaz de ni mencionar el Sáhara Occidental en la comisión de
descolonización de la ONU, a
pesar de que España continúa siendo la potencia administradora de este
territorio. En esta ocasión, De Mistura ha sido testigo
directo de la violencia marroquí, ha escuchado testimonios y lleva consigo todo
tipo de material audiovisual que prueba cómo Marruecos comete
continuamente crímenes de lesa humanidad. Su informe en la ONU debería tener
consecuencias directas contra el régimen de Mohamed VI.
Como
ya he indicado en este mismo espacio en más de una ocasión, quienes desde
nuestras posibilidades contribuimos en España a romper el bloqueo informativo,
podemos caer a veces en el desánimo, presos de la sensación de que cada
columna, cada texto es un clon del anterior, porque los crímenes de Marruecos
se suceden con los años. A este posible sentimiento desaliento ha de acompañar
una bofetada de realidad concretada en una simple pregunta: si el pueblo saharaui no desfallece tras casi medio siglo de
ocupación ilegal, ¿quiénes nos creemos nosotros y nosotras para que decaigan
nuestras fuerzas? Así que es preciso seguir, porque con que
sólo una persona más conozca la injusticia que vive el pueblo saharaui a través
de nuestras líneas habrá merecido la pena. Eso siempre será mejor que caer en
la tentación para ser escuchados de traer la guerra hasta nuestra puerta, la
misma guerra que se lleva librando desde hace tres años en el Sáhara Occidental
y que nuestro Gobierno niega, silencia junto a la mayor parte de los medios de
comunicación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario