DIVAGACIONES DE UN 5 DE ABRIL..
DUNIA SANCHEZ
Voy hacia un
horizonte, me poso en su esquina eterna y de alguna manera la muerte marca su
faz. Sí, de alguna manera, canción de un polifacético cantautor de español. No
hace falta pronunciar su nombre. No hace falta tirar laureles en su descanso,
solo lo eviterno de sus actos, de sus creaciones. No, no poseo a paso de estas cuatro semanas
alguna manía, sino el surcar de escuchar alguna de sus canciones. Pero despertamos,
somos coherentes con el desplazamiento de la vida. En esta lucha seguimos, con
la progresividad lenta de la luz. Sí, hay una luz. Una luz que nos motiva, que
nos pelea, que nos avisa del mañana. Mientras, queda la música, una música que
no se olvida, una música y nada más que nos hace caminar por la nostalgia. Voy
hacia un horizonte, intento besar el sol con mis labios secos, agrietados y me
expando en un hueco donde nadie me ve. Me fugo en las horas, estas horas
barridas por un tic-tac…tic-tac que parecen no deshilacharse. Escuchando Aute me pongo en una laguna donde el frío me
encuentra. Pero hoy, voy hacia un
horizonte, intento abrazar mis ánimos con esos perros que ladran al crepúsculo,
contentos. Me pierdo en ojos abiertos, en ojos soñadores del reverder
de las calles, ahora, sonámbulas de la soledad.
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