LOS NUEVOS VIEJOS MODOS DE
LA DERECHA ESPAÑOLA
FRANCISCO JAVIER GONZÁLEZ
Me pasé un buen
montón de horas este 22 de abril frente al televisor. Ya lo había hecho también
la semana anterior, la primera vez que el gobierno era fiscalizado por el
Parlamento desde el inicio de la “virus-crisis”. No fue por matar el síndrome
del confinado –que, por otro lado, no me afecta- sino por enterarme de cómo
marchaba el batumerio político en la metrópoli. Era el Control al Gobierno
cuando, además, solicitaba la nueva prórroga del Estado de Sitio, perdón, de
Alarma, que con esto de la confinación y los partes diarios del general de la
Guardia Civil con sus detenciones y los del otro, el de caqui todo lleno de
medallas, informando de los movimientos de las tropas sobre el terreno, son
cosas que confunden a uno.
Honestamente he de
decir que hay muchas cosas de este gobierno de coalición PSOE-UP que no puedo
compartir, pero creo que, justamente en esta vaina de la pandemia del COVID-19,
no puedo menos que entender que, aún sin completar el centenar de días que se
suele dar “de prueba” a cualquier gobierno, les cayó encima un problema que, ni
ellos ni nadie, vio venir y del que se desconocía casi todo. Al principio se
tomaba por una gripe y no tenía ni nombre propio. Del susodicho bicho no se
sabía –sigue sin saberse- como tratarlo. Se miró hacia China y se decidió el
confinamiento. Entiendo por ello las dudas, los titubeos y los errores que se
cometieron y me temo que bastantes más se seguirán cometiendo, aunque desde
luego ninguno tan brutales como los del que los ultraliberales toman “adalid
del mundo libre”, el presidente Trump que, como un yonqui cualquiera, pide a
los gringuitos de a pie que se pinchen con lejía o esnifen rayos UVA pa’matar
al bichito.
Cuando nos
percatamos del carácter letal de lo que se nos vino encima y de su extensión a
todo lo largo y ancho del mundo supusimos que, como el virus no tiene ni conoce
ideologías, todo el espectro político del estado uniría sus esfuerzos, como se
vio en Portugal pero, una vez más, se cumplió lo de “Spain is diferent”.
De los “caballeros”
–lo digo por su afinidad legionaria- y señoras de VOX su postura era la
esperable. Por un momento me pareció estar oyendo las intervenciones de los
socios de Guaidó en la Asamblea Venezolana. Arremetían con un discurso contra
el contubernio social comunista, en que salió a relucir hasta la tragedia de
Vargas –donde muchos canarios murieron- y el “Patria o Muerte” que pronunciara
Fidel, cuando el funeral por los muertos
en la explosión del barco francés “La Coubre” pero, atribuido ahora, por la
Sra. Macarena Olona a Hugo Chávez. Toda la perorata se mezclaba con la denuncia
por traición de la llegada de Pablo Iglesias al CNI y la “destrucción de
nuestra nación” (su de ella, diríamos cuando aprendíamos gramática en la
escuela). Esta señora Olona, a consecuencia de una intervención de Pedro
Sánchez en que se había preguntado si VOX “calificaría de enfermo a Pedro
Zerolo”, agarró fuerte perreta con Marlaska sobre la condición sexual del
ministro. Marlaska, tras lamentar “la
fijación al respecto” de las huestes VOXeras, sugirió que le dijera sus
argumentos pseudo homófilos a “Hazte Oír”, el lobby ultracatólico de Ignacio
Arzuaga, amigo del alma del “caballero” Abascal y cabeza, supuestamente
pensante, de aquellos que paseaban por Madrid las “guaguas tránsfobas”.
Lo que en principio
no era tan esperable fue la posición de los adalides del PP en ambos controles.
Hubiera sido lógico que un partido que aspira a gobernar España y sus colonias
africanas depusiera del tono bronco y faltón que llevaba usando desde que el
“usurpador” Sánchez llegó al gobierno, intensificado tras la reelección, en que
denunciaban permanentemente que se había echado en brazos de los “comunistas,
populistas y separatistas” (faltó lo de “masones” para encontrar completo el
espíritu del momificado Caudillo, desahuciado de su morada en Cuelgamuros).
Don Pablo Casado
empezó su colaboradora interpelación del día 22 con “Inutil, indigno,
irresponsable, incompetente, desleal…ha engañado tanto, que no le creen ni sus
compañeros”, recriminándole que no hubiera “defendido a Don Felipe de los
insultos de sus socios”, recordando la cacerolada republicana. El líder PePero
descalificó todas las llamadas psoísticas a la cooperación por ser solo un
“teatro de guiñol” para, en plan torero, rematar la faena con un rotundo “a
usted solo le importa el poder y a nosotros solo nos importan los españoles.
Esa es la distancia entre usted y yo” se supone que con el aplauso telemático
de sus huestes.
No ha estado muy
por detrás su conmilitón, Teodoro García Egea, en sus últimos enfrentamientos
con el vicepresidente Iglesias. Así, como quien no quiere la cosa y para entrar
en calor, acusó al Ministro de Consumo, el comunista de rabo y cuernos oliendo
a azufre Alberto Garzón, de preocuparse por qué película vería en la tele al tiempo
que los españoles morían solitos, sin nadie que los llorara. Cuando embistió al
vice no se quedó corto, acusándolo de llorar por Excalibur, el perro muerto por
el ébola, pero no derramar ni una lágrima por los españoles muertos, muerte de
la que “usted es el responsable”. Desde luego que la claque telemática y
mediática aplaudió hasta con las orejas. Hasta misas dijo algún conocido obispo
en su honor.
De todas formas, el
premio a la mejor Fake News, de esos bulos que el general Santiago, JEM de la
Guardia Civil, parece ordenar a sus hombres que persigan, lo gana el ínclito
Sr. Casado exhibiendo un presunto certificado de una más que presunta
organización “científica” australiana, para afirmar que “somos el país que peor
ha gestionado la respuesta al coronavirus” y, con esta base, y blandiendo el
peligroso y acusador certificado, se lanzó a una completa sarta de improperios
contra los “irresponsables” coalicionados social-comunistas-populistas. El
papelin de marras estaba elaborado por el Sr. Chris D’Souza, honesto contable
de la empresa “Institute of Certified Management Accountants” comercialmente
dedicada a la contaduría y certificación de la gestión contable de la red de
consultores apara la que trabaja, red que, para más inri, certifica que Sri Lanka
ocupa el 9º lugar mundial del ranking de gestión de la crisis pandémica.
Probablemente el Sr Casado y el Sr. D’Souza hayan coincidido en los intensos
cursos y trabajos para obtener el máster en la, como no, prestigiosísima
universidad “Rey Juan Carlos”, otro “prestigioso” monarca hispano. Desde luego
que el afán de colaborar de esta derecha española en la lucha contra la
pandemia es tan inmenso que no tiene parangón en el mundo mundial.
La derecha
“naranja” en proceso de extinción, aún criticando la acción del gobierno, usó
otro estilo, afirmando incluso, que su interés era, ante las duras
circunstancias de la pandemia, servir de puente entre el gobierno y la
derechona irredenta, intentando así reocupar el papel del centro político que
está vacante. Derecha inteligente y dialogante fue la que representó el Sr.
Esteban del PNV, formación demócrata-cristiana que no se aparta nunca del papel
que sabe que está representando, acomodándose a cualquier circunstancia. Es el
nacionalismo posibilista de derechas que no se oculta de lo que es ni de lo que
quiere ser.
Intervención de la
CUP, con premisas muy claras de una izquierda combativa pero exponiendo ideas y
sin la acerba acritud de la derechona española. De agradecer fueron por las
posiciones firmes, duras, pero dialogante y con un análisis inteligente en
ambas comparecencias de Rufían de ERC y de Merche Aizpurua de EH-Bildu, sin
renunciar ni abandonar su declarado objetivo de la independencia de sus
naciones respectivas. Para mí, políticamente, el diálogo en la interpelación de
Aizpurua a Iglesias fue el de mayor altura política de la sesión de control del
22.
Papel aparte, que
merece un estudio separado, fue el de la diputada criolla Ana Oramas, la
“Malinche” autóctona, perfecto ejemplar de la lacrimosa y pedigüeña derecha
pseudo-nacionalista –nacionalerista- isleña, amenazando con que si España no
viene a salvarnos de la ruina, echará a “mi pueblo (¿suyo?) en manos de los
radicales que solo están esperando hambre y rabia”. Tendremos que ir
cambiándole las gomas a las tiraderas pa’la que se nos avecina.
Es seguro que de
esta pandemia salimos, aunque espero que muchas cosas cambiarán, pero lo que la
derechona estatal y local deja nítidamente claro son dos cosas. Una, que con
ellos no se puede contar si no es a su modo y manera, y dos, consecuencia de la
primera, que al menos para ellos, los nuevos tiempos siguen teniendo los mismos
viejos modos que heredaron de la momia incorrupta del corrupto general.
Francisco Javier
González
Confinado, pero
mentalmente libre, en Gomera a 24 de abril de 2020
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