1º DE MAYO: POR UNA CLASE TRABAJADORA ESENCIAL E IMPRESCINDIBLE
PALOMA VEGA LÓPEZ
Sustancial,
principal, notable. Así define la Real Academia Española la palabra ‘esencial’,
y así es y ha sido siempre la clase trabajadora a lo largo de la Historia. Una clase
que en estos momentos, además, ha demostrado ser imprescindible. Porque la
crisis sanitaria y socioeconómica provocada por el coronavirus, y que ha puesto
en jaque la seguridad y la salud en todo el mundo, ha servido para volver a
elevar a categoría ese carácter de la clase trabajadora como cimiento de
cualquier sociedad.
Trabajadores y
trabajadoras del ámbito sanitario, de cuidados, de establecimientos
comerciales, limpieza, policía, bomberos, transporte, mensajería… son los que
han soportado el mayor peso durante este tiempo. Lo han afrontado con firmeza,
con dignidad. Y muchas veces, demasiadas, lo han hecho sin tener los medios
adecuados para protegerse del virus, exponiéndose a sí mismos al riesgo de
contagio y al de transmitirlo a los demás.
En CCOO hemos
estado a su lado intentando protegerles, denunciando constantemente la
insuficiencia de recursos. Y también al lado de aquellos que se han visto
afectados por las consecuencias de la pandemia, informándoles, asesorándoles y
contestando a sus preguntas, respondiendo a más de 5.000 correos, ofreciendo
información oficial y de utilidad, abriendo una línea de teléfono gratuita para
que cualquier persona, independientemente de si estaba afiliada o no, pudiera
resolver sus dudas sobre ERTE, seguridad laboral, conciliación, reducciones de
jornada y muchos otros casos.
Desde que comenzó
la crisis del covid-19 miles de personas han fallecido y, entre ellos, muchos
de esos profesionales a los que aludía. Por eso, este 1º de Mayo nuestro primer
deber será el de homenajear a toda esa gente. En primer lugar transmitiendo
nuestras condolencias a las familias de los que han perdido la vida durante
este tiempo, algunos de ellos compañeras y compañeros muy queridos. No os
olvidaremos. Y en segundo lugar, reivindicando el papel fundamental que ha
jugado y sigue jugando esa clase trabajadora que continúa vertebrando este
país.
Precisamente por
ello, desde CCOO consideramos que el Estado, a todos los niveles, debe ser el
garante de que nadie se quede atrás ante la crisis económica que ya comenzamos
a sufrir. Una crisis que se cebará con los más desfavorecidos y que peor lo
estaban pasando. En la Comunidad de Madrid, una de cada cinco personas -en
torno a 1,3 millones- ya se encontraba en riesgo de pobreza y exclusión social
antes de la llegada del covid-19. La dureza de la situación provocará que otra
mucha más gente pierda su empleo, su capacidad de ingresos y, por tanto, que
corra el riesgo de sumarse a esa parte de población que apenas tiene lo justo
para vivir.
Es inaceptable, por
poner un ejemplo muy ilustrativo, que una cuidadora en una residencia de
ancianos no llegue siquiera a ganar mil euros al mes después de trabajar
jornadas extenuantes y agotadoras cuidando de nuestros mayores. Un empleo
esencial con un desgaste físico y mental extraordinario en el que muchas de
estas trabajadoras se ven obligadas a tomar ansiolíticos, analgésicos y otros
medicamentos para poder soportarlo. Es vergonzoso, como lo es también todo lo
ocurrido en estos centros en la Comunidad de Madrid, algo sobre lo que
seguiremos insistiendo para que se investigue. El ejemplo de estas trabajadoras
es extrapolable a otros muchos empleos en los que la rentabilidad prima sobre
la salud y los derechos de los trabajadores. Y ese no es el camino.
Por eso, este 1º de
mayo los sindicatos vamos a volver a denunciar esta situación y, como siempre
hemos hecho, a proponer alternativas. Esta incipiente crisis necesita medidas
de choque, planes de rescate –la renta mínima es un buen ejemplo- y de reconstrucción
económica. Pero también requiere de políticas a medio y largo plazo que nos
ayuden a cambiar el actual modelo productivo basado en la precariedad de muchos
para el enriquecimiento de unos pocos. Necesitamos la implicación activa de
todas las instituciones del Estado y su compromiso con el diálogo social para
caminar hacia otro modelo social y económico que tenga en cuenta, en primer
lugar, a sus ciudadanos y ciudadanas.
El Pacto Social,
con mayúsculas, que se viene fraguando desde hace siglos, no puede mantenerse
con este nivel de deterioro. Necesitamos trabajos dignos y servicios públicos
de calidad. Y para conseguirlo, nuestra región debe dar un giro de 180 grados
en sus políticas para mejorar y fortalecer la sanidad, educación, dependencia,
justicia y demás servicios públicos. Sabemos que tamaño cambio no es posible
hacerlo de la noche a la mañana en Madrid porque el ultraliberalismo se ha
hecho fuerte en sus gobiernos, pero desde CCOO mantendremos nuestro compromiso
de seguir luchando, negociando y presionando para avanzar en esa reconquista de
derechos de la clase trabajadora.
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