UNA REFLEXIÓN
INSOBORNABLE
POR
JOSÉ ALMEIDA ALFONSO
1-Agosto-1994 Diario de Las Palmas
El escritor V.R. acaba
de publicar LA ESCUDILLA en la
editorial “Gallo de pelea”. Testigo y
espuela de tantas luchas por la libertad, la dignidad y la justicia en Canarias,
de tantos esfuerzos por rescatar y difundir nuestra cultura en contra siempre
del olvido planificado a conciencia a base de ignorancia y sangre, de miedo y
fuego. LA ESCUDILLA es el segundo de sus libros donde aúna sus artículos
aparecidos en el DIARIO DE LAS PALMAS.
Es
importante reseñar que hace un año la Editorial
Benchomo, atinadamente dirigida desde el año 80 por Cándido Hernández, editó
el libro RESPONDO, primera recopilación de sus opiniones publicadas también en
el mismo periódico. En ambos libros, e incluso en los que prepera en estos
momentos –AGÜITA PASADA y LA LIMOSNA DE PERICO-, responde
contundentemente a un mismo fin libertario, insobornable: aportar –como hombre
y como canario que siente vergüenza de callar la miseria que nos rodea- su grano
de concienciación para poder vivir dignamente en libertad y justicia.
Con este nuevo libro,
V.R. vuelve al terrero de la rebeldía en alta voz para señalar y desenmascarar
de una agarrada certera a los esbirros y mayordomos del poder colonial español,
a los cortesanos y a los que doblan el espinazo ante los viles personajillos
que sólo son instrumentos perpetuadores de la ignorancia, el miedo y la
esclavitud.
Por todo
esto se atreve a encarar su destino con un mínimo de valentía que le permite
seguir rebelándose contra la opresión; por estos anhelos quiere V.R. “dejar constancia escrita –formando un todo
más manejable- del reflexionar sentido de un canario independentista que
también a veces ejerce de escritor, y con la esperanza de que a otros sirvan para
algo esas reflexiones”.
Aunque la necesidad por
“dejar constancia escrita” es imperiosa y obliga a un sentido y vivido
compromiso diario (“el compromiso es para
mi libertad no pesada losa” te dice mirando profundo y fijo); aunque la
necesidad se imponga tozuda y obligue constante a una urgente respuesta, jamás
descuida la forma, ¡jamás! V.R. no sólo medita y reflexiona lo que quiere
decir, sino que atiende cuidadoso el cómo lo expresa.
Esta poco
común actitud de los que escriben en los periódicos por perfilar
estilísticamente sus textos o artículos de opinión –y que siempre podemos
observar en nuestro autor- obedece, casi sin ninguna duda, a una doble
querencia: tanto considera que es imperativo clarificar las ideas, los
pensamientos, para ser más preciso y contundente “…pues así deben ser las opiniones…” siempre inspirado en el firme
deseo de disipar las posibles sombras de la ambigüedad que podrían ocultar o
confundir el camino o la verdad que señala y que quiere compartir, como ve
importantísimo el encontrar la forma más eficaz de comunicar sus razonamientos
para que casi no quepa lugar para la duda, sin ambages y sin medias palabras.
Como muy bien observa
el periodista José Miguel Vargas a
propósito de LA ESCUDILLA (La Provincia,
miércoles 18 de mayo de 1994), “a lo
largo de la cuidada edición de estas nuevas páginas, V.R. vuelve a perfilar en
párrafos cortos y entregas directas el quehacer de un observador multifacético
que no dirige su mirada hacia un único punto del horizonte de la vida cotidiana,
sino que otea desde su azotea de barrio todo aquello que le conmueve y le
indigna para proclamarlo o denunciarlo; aunque “la censura –dice nuestro autor-
exista implacable”.
Después de
leer esta recopilación de artículos, uno ya no puede ser el mismo; y se
confirma la finalidad y el logro del intelectual como aquel que nos hace ver,
sentir y comprender lo que antes ni veíamos, ni sentíamos, ni comprendíamos.
Nuestro gran escritor Isaac de Vega describió perfectamente
la actividad que V.R. adopta ante la realidad canaria que le circunda y que ya
se manifestaba en el primer volumen de artículos aparecido hace un año bajo el
nombre de RESPONDO: “Sabida es la
fijación de V.R. por lo popular, no únicamente como más o menos laótico y de
historia a mano para entretener, sino como una profunda comprensión y amor por
las gentes que discurren sus vidas humildemente, sin odios ni rencores, hasta
con placidez y, también, con la suficiente felicidad tranquila que torna
completas sus posiblemente oprimidas, en circunstancias muchas, existencias. Masas explotadas de donde sale toda
especie de riqueza, toda clase de lujos, toda clase de soberbias de los otros
menos, triunfantes en esta dudosa vida de todos los días, que se alcen sobre
los que exprimen, asentados en una injusta
democracia”.
Esa actitud
que describe el escritor Isaac de Vega es la que está latente y se manifiesta
también en LA ESCUDILLA, una actitud provocada principalmente por el dolor y el
amor que le produce su Patria Canaria. Otro gras escritor y periodista como es Alfonso Oshanahan decía que “a Víctor lo que le duele esencialmente es
su patria, Canarias, sin asomo de egoísmo isloteño alguno, pues toda su prosa
periodística arranca de la universalidad
del canario, pero del canario universal, es decir, del canario no colonizado”.
El camino
es largo, pero cada vez somos más los que nos paramos a reflexionar con los
siempre iluminadores artículos de V.R.
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