DIVAGACIONES DE UNA MAÑANA DE FEBRERO...
DUNIA SANCHEZ
Son las siete de la
mañana y si, están cantando, están
danzando la tonada de un febrero que los cubre de un tímido frío. Pajarillos bosquejando en el silencio de la
ciudad, aun dormida, aun con farolas alzándose a las pisadas de almas
solitarias. Andamos desviando los ojos
del ritmo apagado del amanecer, nubes plomizas
pueblan nuestras pisadas; seguras, entregadas a la ventura de una
jornada que nace, que se entrega a nuestros sentidos. Un cigarro despacha un
café y las manos se vuelven el todo, la nada. Las miramos, nuestras manos,
hechizantes cuando somos eco de alegres emociones. El ayer se ha ido, ahora hoy, ahora presente
pisando aceras sucias donde vagan
nuestros pensamientos. Son las siete de la mañana y si, despierta nos
arrimamos a ojos que miran el cielo, el
paso del tiempo. Y zas, nos balanceamos como esos pajarillos en el silencio de
la ciudad, danzando, cantando. Miro el reloj y los minutos hacen un pobre
recorrido, lo suficiente para entregarme a la insonoridad. Se descubre
lentamente la luz del día, se descubre pausadamente un sol que nos amamanta con
su lucidez. Entrégame tus labios, entrégame tus caricias, entrégame tus manos,
entrégame tu fuerza. Cómplices del florecer de unos nuevos pasos donde las
escenas de los sueños sonaran en el agrado de nuestras singladuras.
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