LA ILUSIÓN DE LA REALIDAD
(Piedra del camino)
Por J.J. Laforet
Para
comentar un poco la figura y obra del escritor VR, no es preciso aguardar una
nueva novela, un nuevo artículo o una conferencia. Víctor es un hombre de prosa
sosesaga, sin urgencias, del que podemos hablar a diario, a cada intante.
Su creación,
pienso, no se efectúa en un momento dado de plena inspiración, de alta lucidez,
sino en el cotidiano devenir de sus relaciones sociales, del trato con sus más
allegados amigos y familiares.
La obra
publicada de VR no es extensa, pero sí suficiente para trazar un camino tan
firme como su propia personalidad literaria. Ya, con CADA CUAL ARRASTRA SU
SOMBRA, se primer libro, anunciaba los pasos de lo que sería una parte
importante de la narrativa canaria en los años setenta.
En 1977
aparacen, bajo el título de CUENTOS COBARDES, todos sus anteriores relatos ya
publicados y uno inédito.
A principio
del año 79 publica ADEMÁS LO PRIMERO, trabajo que había realizado algunos años
antes.
Ahora, hace
ya unos meses, nos ha sorprendido con un interesante relato, LA PIEDRA DEL
CAMINO, que señala, una vez más, su peculiar poder creativo.
++
La historia
de LA PIEDRA DEL CAMINO es la historia de la represión. De esa realidad de la
represión ejercida desde todo ángulo de nuestra comunidad.
Desde la
ejercida por cualquier poder instituido, con toda su ridícula pompa, hasta la
que nos impone a cada instante, con férrea dictadura, nuestro subconsciente
sobre todos los actos que nuestra espontaneidad natural nos lleva a realizar.
La
autorrepresión, en un contexto de inseguridad jurídica, miedo y violencia
sicológica, pero que creemos correcto en su seudodemocracia, es la más terrible
versión del neofascismo que quieren ejercer, sobre el hombre actual, para
arrebatarle todo lo que le resta de dignidad humana.
Uno de los
elementos más destacables de la obra de VR quizás sea la sugerencia que deja
entrever tras cada una de sus páginas. En LA PIEDRA DEL CAMINO, con una corta y
escueta historia, pero rica en significados y detalles connotativos –que muchos
tomarán ya como cosa normal-, se nos sugiere la reflexión en torno al cotidiano
desgaste que sufre nuestra personalidad y dignidad, azotados por el continuo
devenir de la represión, instituida en los más íntimos elementos de la sociedad
del espectáculo.
El hombre
deja de ser un ente en sí para diluirse en una masa amorfa y anodina. En el
relato el protagonista no es nadie en concreto, deja de ser un ser esencial; es
sólo una especie de posibilidad, pero siempre truncada.
Como al
propio vR le gustaría decir, sus personajes suelen ser seres truncados, que
quedan en una especie de muñón andante y que morirán siendo muñones andantes.
Es la realidad misma, ni triste ni alegre, sólo la verdad.
El mensaje
no intenta ser ni moral ni antimoral, sólo, como mucho, amoral. Pero esta
realidad descrita no busca presentarnos una exacta y trivial fotografía de la
vida, sino una visión de ella más plena, aguda y convincente que la realidad
misma.
A pesar de
todo, como nos diría Maupassant, “es pueril creer en la realida cuando cada uno
de nosotros lleva su propia realidad. Los grandes artistas son los que imponen
su ilusión a la Humanidad”.
El Hombre
Joven –protagonista de la PIEDRA DEL CAMINO- es la ilusión que el narrador
extrae de su realidad y, más que imponérsela al lector, se la propone como
pequeño toque de conciencia, como mero ente de gusto intelectual, no a nivel de
placer, sino de masoquismo.
+ +
VR no ha ido aquí a la literatura por la
literatura. El mensaje está claro y la forma se ajust, de modo valioso, a él.
El lenguaje popular, las expresiones más corrientes, están recogidas con la
suficiente corrección que le permite al autor hablamos de lo que a él le dé la
gana.
La
literatura es para VR como un lujo que se tomó con toda la independencia
posible, con toda la libertad que él se sabe atribuir en cada una de sus
narraciones. En la obra está presente pun mensaje, mas no la intención
manfieista de hacer ningún bien social.
La
literatura sule tener un efecto contrario a lo que quiere el escritor; en
lugare de ser un acicate para la lucha por la dignidad que se pierde, resulta
ser una puert abiert hacia un mundo de incomprension. Así, VR prefiere que su
libro sea piedra de escándalo, a qe sea asidero de los que pisan a las
personas, para seguir pisando.
VR es hoy
una de las primeras voces de la narrativa insular. Su palabra, elaborada en el
donde madura todo eldolor y la injusticia ejercida sobre él ser humano, sobre
el pueblo, sólo estalla muy de vez en cuando, pero con una intensidad suficiente
para rellenar el dilatado espacio dedicado a su contidiano quehacer.
Sus ideas no
pretenden ser justas ni injustas, sólo honestas, como lo itenta ser en la
literatura y en su actividad profesional que es la docencia.
Ahora sólo
quiero añadir, como punto final de estas notas, que in hombre que es capaz de
presentarse en su libro: fotografiado con su pequeña hija en los brazos es un
hombre que no ha perdido su dignidad.
(*) LA
PIEDRA DEL CAMINO, Ed Benchomo, Canarias 1980, 47 pg, 125 ptas.
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EL PUNTAL
(revista de Canarias)nº14, 30Enero/6Febrero’81
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