JM AIZPURUA
¡Qué nos van a
decir a nosotros que llevamos medio siglo padeciéndolo!
Primero en 1969 en
versión digital franquista que mutó a transicionista y posterior
pseudo-democrático en el 78, sin urna que lo parió. El virus-corona que nos jodió
la euro-democracia que imaginamos los antifranquistas como; republicana,
igualitaria y fraternalmente solidaria. ¡Vaya chasco!
Mal acaba lo que
mal empieza, y pese que algunos seguimos con la mascarilla puesta, los blandos,
los desinformados y los pesebristas, alimentan al virus, que crece rechoncho y
azulito.
La corrupción lo
alimenta y con ello la esperanza en que la vergüenza ajena provocase una
abdicación, decae, máxime cuando cuentan que la peque exigía en el cole que la
llamasen alteza. El coronavirus encuentra en la Piel de Toro un microclima
favorable.
El País que tiene
el “Jodeme” como rey del espectáculo televisivo, el famoseo como mérito social,
y al que no sabe poner un ladrillo ni rematar un córner como líder de la
construcción y del furbo; un virus más no se nota. Aunque sea el maligno
coronavirus.
Yo se que el
Presidente de la 3ª República, ya nació, y pronto será elegido por su pueblo,
pero eso no me consuela puesto que seguimos en cuarentena sin que el
interesado, el caza elefantes y su nieta sigan sin dar señales de remisión. Por
mucho menos el tatarabuelito Alfonso salió para Italia, pero esta cepa es de
gran resistencia, inasequible al desaliento y de torticolis permanente de tanto
mirar para otro lado, son de casta egipcia.
Yo ya no espero
nada de este Sistema, y no me sorprendería que los de siempre se aliasen de
nuevo y la República la presidiera Felipe, el caso es que aquí nunca cambie
nada. ¡Felipe for President! que ya tengo ganas de quitarme la mascarilla.
Pues el virus no es
la persona; es la casta coronada, que impone el clasismo, la desigualdad social
en base al dinero y el nacimiento, el sálico machismo, el yugo estructural que
pase lo que pase socialmente hay un mojón real inmutable. Rojos y azules
cabecean como Iván aunque Etxenike se fugue en su bólido.
Sin República aún,
nos quedan los placeres populares y desde un guachinche montañero disfrutaremos
de las garbanzas plebeyas que son un buen antídoto para ese pijo y facha virus
de corto vuelo; esperemos.
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