ASSANGE: ENCIERRO Y TORTURA, AMENAZA DE EXTRADICIÓN A EEUU
POR SALVADOR GONZÁLEZ BRICEÑO
-Amenaza contra la libertad de expresión en
el mundo, por el principal agresor
-Un proceso amañado, violatorio de derechos
humanos, de un país invasor
En tanto los medios
tradicionales en el mundo se comportan ambivalentes, defendiendo primero los
intereses del imperio, descuidan que con ello cavan su tumba al perder
credibilidad ante la sociedad.
Duro golpe a la
libertad de expresión y a la libre circulación de las ideas en Internet. Una
amenaza para el periodismo de investigación en el mundo, de proceder la
solicitud de extradición de Estados Unidos de América para Julian Assange desde
Londres.
El proceso inició
este 24 de febrero en contra del fundador de WikiLeaks, por difundir
“información confidencial” de EUA en 2010. Los delitos son, entre otros, el
espionaje, la conspiración, cometer “intrusión informativa”, para un total
acumulado de ¡18 presuntos crímenes!, y una sentencia probable de ¡hasta 175
años!
Corresponde a la
jueza Vanessa Baraitser determinar si es procedente la extradición, mientras el
lapso para la sentencia no tiene tiempos, o desde una semana hasta dos años. De
los delitos sexuales, los prefabricados, por los que fue detenido y procesado
inicialmente nada queda, todo fue un show. Lo fue antes, lo es ahora. Pero un
juego de ruleta rusa, peligroso.
La vida de Assange
está en manos de la justicia; mejor dicho, de quienes violan la justicia. El
procedimiento es “político”. Nada qué ver con la ley, sino con el atropello de
los procesos legales, con las leyes internacionales y los derechos humanos.
Como ocurre.
¿Está por encima de
la libertad de expresión e información de la sociedad (incluso desde la web; no
obsta que el espionaje de los países tecnológicamente desarrollados es con
fines de “seguridad nacional”)? Juicio amañado y tendencioso al que pretenden
someter a Assange los tribunales estadounidenses.
No es falso lo
dicho por su padre, del Sr. John Shipton: Si la extradición política de su hijo
es exitosa, los periodistas, editores y publicaciones se expondrán a lo mismo
que ha sufrido el activista. La opresión al periodismo, la incesante malicia
dirigida contra Julian Assange por las autoridades; una detención arbitraria,
la tortura, como atestigua el relator de la ONU, Nils Melzer.
De ocurrir la
extradición, el ataque a la libertad de expresión será evidente, un precedente
en contra de los medios de comunicación internacionales, y el consabido efeto
negativo para el ciudadano común, para quienes trabajan los medios.
Más que en otros,
en este se pretende juzgar al mensajero y no el mensaje. Así lo expresó —entre
mucha gente inconforme— la eurodiputada de Izquierda Unida, Sira Rego, quien al
asistir como “observadora” a la apertura del juicio dijo: Se pretende “matar al
mensajero, prevalece aquí sobre el ver e investigar qué ha sucedido en la
guerra” (fuente: https://tinyurl.com/u6f5vov).
En otras palabras:
juzgar al mensajero y pretender enviar el mensaje a la impunidad, comenzando
por los autores de los “crímenes de guerra contra el terrorismo”, derivados de
la invasión a un país extranjero; gobernantes y gabinete de guerra, con Bush a
la cabeza.
El mundo debe estar
exigiendo juzgar a los autores materiales e intelectuales de la guerra, como
los autores de los videos difundidos por WikiLeaks en 2010, porque evidencian
los crímenes ¡de12 a 15 civiles!, entre ellos dos periodistas de la agencia
Reuters, hechos de julio de 2007 en Irak.
En su momento se
justificó la agresión militar, porque “confundieron las cámaras de los
periodistas (se trató de: Saeed Chmagh y Namir Noor-Eldeen) con armas, mientras
¡buscaban a insurgentes que habían disparado sobre elementos estadounidenses en
esa área! (¿y cuáles habrían sido los daños?, ¿a qué “elementos” y/o ¿qué
agresiones o bajas?).
“La brigada
investigada y la investigación encontró que las fuerzas implicadas no estaban
al tanto de la presencia de los dos reporteros, y que toda la evidencia disponible
sostiene la conclusión de esas fuerzas de que enfrentaban a insurgentes
armados, no civiles”, declaró en su momento Shawn Turner, el vocero militar
estadounidense, en declaración por escrito a CNN.
Todavía más, el
reporte de 2007 de la Armada acerca del incidente concluyó que los soldados no
tenían “razones ni probabilidades de asumir que era personal neutral de medios
de comunicación estaba cerca de las fuerzas enemigas”, según copia del
documento proporcionado a SNN (fuente: https://tinyurl.com/vo8d5hc).
Ataques que
conmocionaron al mundo, esos del helicóptero militar estadounidense que disparó
a mansalva contra personas iraquíes, entre quienes se encontraban los
reporteros. El ejército de EUA quedó en descubierto. En escaparate mundial a
raíz de la publicación tres años después, filtrados por el soldado Bradley
Manning —hoy Chelsea Manning— a WikiLeaks.
Es claro que eso no
importa para los autores. No admiten responsabilidad alguna y el mundo está
dejando de lado tanto a militares estadounidenses (invasores de países en Medio
Oriente) como del gobierno de ese país, cuanto ellos deberán ser los
procesados. Los auténticos generadores de las violaciones no son ciudadanos
civiles de los países, Irak o Afganistán, ni Siria, son los estadounidenses. Solo
hay que escarbar un poco.
Porque es claro que
las imputaciones a Assange tienen que ver con los “Papeles de las guerras en
Irak y Afganistán”, con la vida de los presos en Guantánamo; así como los
cables diplomáticos filtrados entre 2010 y 2011, con la participación de medios
internacionales como The Guardian, Der Spiegel, The New York Times y El País.
Los británicos van
de la mano con sus aliados estadounidenses, que para eso son anglosajones. Ya
en junio de 2019 —informó— el ministro del interior británico, Sajid Javid,
suscribió la orden de extradición y la certificó, y ahora le corresponde a los
jueces calificar, tras casi un año de mantener recluido a Assange en la cárcel
de alta seguridad de Belmarsh, al sur de Londres.
Flagrante violación
a la libertad de expresión, espada de Damocles para el periodismo en el mundo.
Que de proceder se convertiría en un juicio contra el mensajero dejando impune
al mensaje. Cuando son lastres del imperio, invasor de territorios, en donde
violenta y desestabiliza; EUA derroca gobiernos y destruye países enteros, por
sus intereses de por medio, donde su actuación es para robar recursos naturales
como el petróleo y el gas.
En el juicio de
Julian Assange, como lo ha dicho un experto en tortura de la ONU, se juega el
futuro de “nuestras democracias”, o lo que quede de ellas. Mientras tanto, como
lo expresó uno de los abogados del creador de WikiLeaks, Baltazar Garzón, con
la extradición se pretende: “Blindar los servicios de inteligencia de Estados
Unidos”. Para lo que sirven, igual para espiar a todo el mundo.
Una locura
políticamente motivada —agregó Garzón—, y más cuando los extranjeros en ese
país, no están cubiertos por la primera enmienda de su Constitución, que
protege la libertad de expresión. Proceso político, no legal. Mas bien ilegal y
violatorio de cuanto delito se le imputa al agredido. Amenaza al mensajero,
contra el periodismo de investigación y de los medios independientes, sobre
todo. (24-25 de febrero de 2020).
Salvador González
Briceño
Director de: geopolítica.com,
@sal_briceo
https://www.alainet.org/es/articulo/204937?utm_source=email&utm_campaign=alai-amlatina
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