JM AIZPURUA
El barranco Tahodio
llegando hasta la mar tiene sus riberas bien definidas: la derecha rica y la
izquierda pobre. La derecha de los residenciales y la izquierda del barrio de
la Alegría. Es un símil como en mi ciudad natal cuando por el río Nervión donde
bajaba una gabarra desde la que veía una orilla rica y otra pobre.
Pero la
autoorganización obrera y nacional hizo que la esperanza renaciera en la margen
izquierda y la meta del equilibrio social también rigiera en las orillas
desiguales del Nervión.
Aquí, en el
Tahodio, antiguas rutas del mencey de Anaga Beneharo en su defensa ante el
invasor Fdez. de Lugo, vieron grandes gestas de valor y resistencia, pero en la
actualidad, la labor colonizadora ha enmudecido la voz de los canarios y la
desigualdad de recursos para la margen derecha y la izquierda no tiene la
respuesta adecuada y justa.
Y lo que es peor;
ni los otros 79 barrios reclaman con voz alzada, ni la antigua Achinech ni las
otras islas tienen su voz puesta en el reclamo de sus derechos.
La sumisión al
relato godo convierte a Canarias en los esclavos felices. Es el triunfo de la
colonización. Son los ciudadanos-oveja que es el sueño de todo invasor y sus
secuaces.
La acción invasora
y genocida de la nación castellana, supremacista, ha dejado sin historia y sin
relato a las naciones vasca, catalana, gallega y la colonia canaria, y hoy día
bajo el hipócrita relato constitucional, pretenden seguir negando sus DDHH que,
como grupo humano diferenciado, ni mejor ni peor, les corresponden.
Por primera vez en Cortes
y en la UE, un grupo (Ahora República) intentará llevar la voz de las naciones
oprimidas y tergiversadas por la historia vencedora del invasor a parlamentos
donde residen los poderes políticos, que cuando la voz libre sea expuesta
deberán obrar en consecuencia pues en este siglo XXI los derechos de conquista
y adhesión no son los valores democráticos que hoy rigen para la pertenencia.
Hoy es necesario que los pueblos y naciones incluidos en Estados tengan su
derecho de autodeterminación o lo que es lo mismo la expresión libre de
adhesión al Estado o la facultad de emprender uno propio. Es lo mismo que en el
matrimonio, donde ya nadie cuestiona el divorcio.
Esta Canarias
nuestra, tan dada al aislacionismo, tierra que el godo consideró de destierro
hispano hasta la llegada del turismo, debe prestar atención a lo que estas
voces nacionales argumenten contra el falso y monolítico relato de una España
de 500 años “la nación más antigua de Europa” (M Punto dixit), y que se comió
la nuestra canaria.
La descomposición
del regionalismo de CC para convertirse en un apéndice colonial al servicio de
un clientelismo caciquil, deja un inmenso hueco nacionalista, que al igual del
dejado por Podemos, hace que en las islas un movimiento de restauración, el
renacer del orgullo canario, de a luz a plataformas políticas (¡pero de base
social!) con dirigentes creíbles para que consigan encontrar un horizonte de
futuro.
Revilla en
Cantabria es un ejemplo para seguir, en su constancia y honradez.
Y las luchas
nacionales vascas y catalanas, otro ejemplo para no cometer sus mismos errores.
El camino canario
comienza a vislumbrarse pues el pueblo ya constató que el plan godo de no
inversión y marginación; no es bueno para las islas. Y esto debe gritarse en
Madrid y en Bruselas.
¿Sabían que las
tasas de selectividad canarias son más caras que las de Andalucía, Asturias,
Cantabria, Castilla La Mancha, Galicia y Baleares? Para enmendar esto no hace
falta ser independentista; vale con tener vergüenza para cruzarse en la mañana con
los vecinos.
¡A pensar, canario,
que ya pasó el tiempo de la parranda!
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