ROBANDO ARTE, SEÑOR JUEZ
ANÍBAL MALVAR
A veces conviene robar arte. Sobre todo en un mundo tan desigual. Esta viñeta de El Mundo que ahora robo (igual la dirección de este periódico decide no publicarla, con toda razón y prudencia), tiene tanta belleza y verdad que creo que debería verla toda la gente. La pintó Ricardo. Tiene humor, así que os concedo el derecho a sonreír. Pero sobre todo tiene duda. Y la diosa duda es la única que nos acerca, inútilmente, a esa cosa imaginaria que llamamos la verdad. "La belleza es verdad y la verdad, belleza", escribió John Keats. Ya os he repetido esta cita muchas veces. Si mezclas verdad y belleza, la agitas, te fumas un cigarro con o sin agregados, ves hervir la infusión durante 15 minutos y te la bebes, te provoca una duda. Y eso es la viñeta de Ricardo que hoy robo, pidiéndole a Francisco Rosell, director de El Mundo, que no me lo tenga en cuenta, que me perdone. En estos tiempos de opiniones y actitudes tan polarizadas, un verso así que transmite una duda debe de ser conocido por todos. Con o sin derechos de autor. La verdad es belleza, y también viajera. Déjela viajar con nosotros por un sábado, amigo Rosell.
Ahora en España,
como en tantos países del mundo, vivimos una contradicción entre la verdad
judicial y las verdades social y política. Familias son desahuciadas por deudas
de cuatro pavos mientras José Luis Moreno flota feliz en su piscina. Tenemos un
rey emérito y otro sin méritos a los que
nadie pregunta sobre las cuentas opacas abiertas en Suiza beneficiando a
sus distinguidos nombres. Un candidata de Podemos de cuarenta kilos es
condenada por agredir a varios policías fornidos...
Quizá haya jueces
valientes, sin embargo, pero no los sueles ver en las portadas del Vanity Fair,
y, en general, según amplia experiencia, los buenos jueces intentan meterse en
pocos líos, actitud que degrada bastante nuestra democracia. No es que nuestros
jueces sean muy fachas, como dicen algunos, es que nuestros jueces de
izquierdas solo lo dan todo en las tertulias. Son messis muy simpáticos e
izquierdistas que solo marcan goles en los entrenamientos. Sobre todo en La
Sexta, donde se practica mucho falso izquierdismo de rondo y de boquilla.
Desde mucho antes
de que yo naciera, la mejor información, esa desinformación creativa llamada
duda, nos la han proporcionado mucho más los viñetistas que los reporteros, los
columnistas, los cronistas y, por supuesto, los azarosos tertulianos. Yo, a
Forges y a El Roto, entre otros varios, los pongo a nivel de Descartes, y eso
que siempre he sido muy fantasma jugando al mus.
La historia
reciente nos demuestra que los poderes judiciales pueden desestabilizar
democracias más o menos imperfectas. Hemos visto casos extremos recientemente
en muchos lugares, como Brasil y Argentina, donde líderes políticos,
casualmente siempre de izquierdas, fueron apartados y perseguidos por un poder
judicial perverso, desquiciado, sañudo, mentiroso y violento. Aquí, por mucho
que observemos rarezas e injusticias, partidos políticos y medios de
comunicación nos llenamos la boca hasta el vómito cantando las alabanzas y el
respeto a las decisiones judiciales. Se le tiene más miedo a un togado que a un
sargento, y eso dice muy poco de la salud de nuestra democracia.
En estos días se
está planteando un debate democráticamente suicida sobre las medidas adoptadas
por el gobierno para frenar la pandemia. Y uno malicia que esto jamás hubiera
sucedido con un gobierno de derechas en el poder. Y la hermosa viñeta de
Ricardo deja una duda: ¿y si los penaltis también están amañados?
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