COLA DE RATÓN HISPANO
AIZPURUA TAR JOSU Mª
Para nuestra
desgracia nacional canaria, somos la cola del ratón hispano y eso es en estos
tiempos difíciles, la sentencia de muerte internacional. No nos quiere la
metrópoli, y eso se sabe en todas las cancillerías y nuestro vecino marroquí
con su tradicional flema lo aprovecha y mueve sus cartas de una en una y con
gran tino.
Nada podemos hacer, pues nuestra gente hace avestrucismo de diseño, y ni mira para atrás para no ver la enorme costa del Gran Marruecos cuya sola sombra nos asfixia. Somos poca gente, somos individualistas, somos insularistas, somos tercos, y canarios; ahí es nada. Pero, aunque quisiéramos, no somos españoles y menos castellanos, pues en la “Realidad” que en su día se pondrá en la Mesa de Negociación, seremos colonia, que Marruecos se come y se lleva dos. ¡Triste destino! Aunque quizás merecido por la falta de atención a lo que pasó con nuestros hermanos saharauis.
¿Dónde está nuestra
tabla de salvación? En el apoyo de nuestros viejos europeos que invernan con
nosotros. Ellos nos conocen, nos aprecian y nos quieren a su lado para sus
ventajas europeas de jubilados. Esa será la única razón para oponer al
justificado argumentario marroquí con el apoyo gringo.
España quiere
mantener el Mediterráneo, su Marbella, y las islas africanas se la traen al
pairo. Las cambiaran sin rubor por esa paz mediterránea desde donde dominar el
estrecho, como mande el amo gringo.
Y ante esta
realidad ineludible, no cabe el desánimo, ni rasgarse las vestiduras; es el
trabajo sordo la única medida útil. Concienciación, repudio a los medianeros,
mensaje popular claro y sincero: estas son las medidas efectivas: hacer una
canariedad, mayoritaria, europeísta, africana, y acorde al siglo XXI.
El Sultán nos observa,
nos evalúa, y está en su derecho, pero nosotros debemos ser conscientes de ello
y nuestra respuesta debe ser lo más unitaria y popular posible. En la política
española, nosotros somos un apéndice de fácil extirpación, y algún día seremos
moneda de cambio de objetivos más metropolitanos.
Vivir en la
mentira, en el ensueño, en el REF y zarandajas, no servirá para nada: somos lo
que somos y nadie tiene el derecho de cambiarnos. Sin los Puertos Francos
perdimos el soporte de futuro y todos lo sabemos. Madriz no nos quiere y solo
en la UE podemos obtener amparo basados en los jubilados ingleses y alemanes
que siempre nos apreciaron.
Y por la cuenta que
nos tiene, respetemos al marroquí, demos la vuelta para mirar a Rabat, que está
ahí enfrente y dejemos de mirar a Madriz, que está tan lejos que; no se ve.
Unos y otros
estamos en la misma situación sociológica: los ricos nos vigilan y dominan,
pero lo peor es que no saldremos de pobres, ni nuestros hijos y nietos, y en lo
profundo de la memoria, recordamos a los abuelos tan pobres como las ratas.
Este mundo para ricos: no nos sirve. Marroquíes y canarios, tienen los mismos
retos, el mismo espacio geopolítico, la misma miseria y en nada les diferencia
a quien le rezan. Son los ricos los que ponen las barreras, los mitos, las fronteras,
todo para conservar sus privilegios y perpetuar el Sistema que los hace
poderosos.
No les sigamos el
juego.
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