EL IMPERIO YANQUI PROVOCA EN CUBA ROSTROS DE CRIMINALES INÉDITOS
POR MAITÉ CAMPILLO
La palabra pánico, miedo intenso a lo desconocido, se dice que deriva del dios griego Pan, cuidador de pastores y rebaños entre otras artimañas del portento que impuso el ingenio creador de la mitología. Era un peludo con cuernos de expresión ruda algo altanera. No me he fijado en los miembros inferiores del macho cabrío nunca, pero dicen que se le parecían, preguntaré a alguno de ellos. Representa a la naturaleza más salvaje y se le atribuían ruidos de causa desconocida, que supongo propios de cuando andaba mal de los intestinos, los de más bulla eran truenos algo confusos pues sembraban el pánico asustando a los campesinos por asalto como si fuera una declaración de guerra. De allí la expresión panikón «miedo causado por Pan», también por Pin y por Pun Fuego, arrasando las cuevas de las tribus como arrasaron con el guanche; sobran razones para seguir luchando.
Rojo sobre negro:
Una rosa roja se
cayó
sobre el asfalto
y después llovió.
Como parte del
fuelle que oxigena el poder que restablece el equilibrio de su mandato
transitan de un lado a otro la manada del pánico. Cuba, una vez más, es
amenazada por el yanqui, se encarga de minar la piedra de toque que le
descalabra por todo argumento utilizando para ello a lo más alienado del pueblo
isleño. Peine sibilino el yanqui del rastreo tras las “pulgas subversivas”,
pulgas molestas para el perro de la Casa Blanca, que tiene de humano lo que el
amo de las guerras es para el mundo: un asesino. Lanza sus fieras y sus manadas
del pánico, para unos, la lanza brota como una escalofriante melodía de muerte;
mientras para los amos, y mandos de la bota apisonadora al acecho, con sus
medios internacionales aliados y su coherencia de sonidos musicales, los justos
para demoler la vida a diferentes alturas aplastando las voces acusativas de
las “putas pulgas subversivas”, les suena a democracia. Cuba una vez más
acorralada por las fieras de rostros inéditos. La pesadilla colectiva surge
sobre la noche ciega de estrellas, unidad de un pueblo en tono impregnado de
catástrofes históricas, que lanza una tras otra como un Goliat decadente; el
acoso tildado de armonía social para los medios pro-capitalistas, de las
democracias en movimientos siniestros, furtivos y ocultos se querellan a muerte
contra el pensamiento antagónico. Y más allá de él, el control social, el mundo
en sus manos. Los pasos siguen su tintineo incesante, el silencio sibilino mudo
persiste, se huele, se siente y las grandes poblaciones del mundo sumisas
duermen a pierna suelta acunadas en el olvido. La noche tintinea chispeante
recorriendo camino al andar, muestra una parte interior y exterior del sueño
que conforma la realidad de otros cuerpos sobre un cansancio meditabundo, donde
la personalidad propia de cada una y uno se impone venciendo al agotamiento
inquieto e insumiso, en otra dimensión, se encuentra el estímulo de protesta al
calor de sus propias huellas.
Fui a recogerla:
El viento sopló
corrí detrás de
ella
y desapareció.
Las zarpas furtivas
no sacian su búsqueda ya en posesión de algunos de sus cuerpos que se agitan
indefensos, haciendo temblar las baldosas del piso, empedrados y aceras de
cemento a efectos contra el dominio enfrentadas a la hora del secuestro de su
tiempo. Las hay que llegaron tarde a casa, aún duermen el sabor agridulce del
aroma del descanso ganado a pulso, mientras que para otras, entre el espacio
del oteo a la zaga y la casa, todo cambia en un instante al presentir las
sombra de la garra irrumpiendo sobre el reloj que marca el tiempo, tu tiempo y
espacio, tu vida y lucha, tu revolución pendiente… cuando ya los tuyos a la
espera casi presienten tus pasos; los huelen, los esperan, eso involucra a toda
tu familia, vecinos que te conocen y respetan. Es una persecución, forma parte
del terror vivido años atrás por los que tantos murieron bajo la zarpa militar
similar a otros uniformados, como empujados sobre el mismo abismo insondable,
se lanzan a descuartizarte, sobre lo que somos, que nada tiene que ver sobre lo
que “ellos” piensan o creen de nosotros, ¿acaso somos lo que creen y dicen sus
medios que somos? Me pregunto a forma de equilibrio y reflexión de indignación.
“Ellos”, el yanqui, su capitalismo internacional y su fascismo, tampoco son lo
que dicen ser, esa parte del poder oculto del miedo sembrando movimientos de
pánico, intimidando países, cada uno de tus pasos y, eso incluye a todo el que
asesina al margen del rango que ocupe civil o uniformado; unos exterminan
combatientes, otros como carnaza torturando y violando a uno o una mujer porque
sí, en un parque, en un portal, en la propia casa, o en un cuartel militar o
policial. El terror es el mismo, acorrala y maltrata por igual, entrega
camaradas, o asesina a su propia compañera, o llamada ‘esposa’ (esposas sobre
brazos, manos y gaznate) creen tener poder para ello, eso piensan.
Rojo sobre negro:
Tus labios en la
oscuridad
llamas que se
encienden
para iluminar.
Sobre un impulso
heroico quise acercarme a la utopía y llevar en mis propias manos “sin
esposas”, una rosa roja. Ella siguió desplazándose unos pasos más; viento y
lluvia arrecian vía a la utopía, hay que seguir caminando sin dejar de pelear,
de eso se trata. Observé sin comprender o quizá comprendiendo y eso a veces
preocupa cuando una lo dice de esa forma tan real como natural, es como si no
quisiéramos nada con lo que no queremos oír y nos complica la vida
“conquistada”; posiblemente creemos, a nivel general digo, en el sosiego de la
“paz” a nuestros bolsillos invertida, en ese sueño americano que las
democracias internacionalizan del gran amo de los “beneficios”. Que nos venden
repetidamente imponiéndose sobre nosotros dividiendo como queriendo ganar la
partida unos contra otras. Pero solo gana el miedo, el yo mediático, contra las
llamas que se encienden para iluminar, arrastrándonos sobre su yo dependiente
de intereses insaciables. La noche previa a los asaltos en San Antonio de los
Baños (Cuba), se prestaba de este lado de acá a la reflexión, me gusta hacerlo,
pero al instante sentí un escalofrío en un cruce de calles como si la gran
mayoría caminásemos alejados unos de otras con la cabeza diezmada, como parte
de un fondo en ritmo y sonido de pasos, víctimas del propia simulacro de paz
interna, de silencios y miedos, como si ser fuéramos hipotéticos posos de café
mudos al margen de nuestro caminar, que se desechan forzados a dar forma al
fondo profundo de la historia humana que se descompone en pedacitos fulminados,
dispersados por diferentes calles y avenidas bajo la amenaza constante.
Me acerqué a
besarlos:
Buscando el placer
maldije aquellos
labios
cuando me quemé.
Miré alrededor por
si fuera solo mi imaginación y como si me encontrara en un país que no
reconozco, nuestras siluetas se esparcían de un lado a otro entre calles como
zombis, hechas de mil raíces y color de ropa como un abanico imposible, sin
unión en sí, sin nervio sin cartílagos sin… Sentí el esperpento golpeándome,
golpeándonos, y la necesidad de salir del terror de la ciudad de la trampa se
sobrepuso. Solo la resistencia en lucha enmarca el avance sobre las mil millas,
desplegando alas, saliendo del culto a lo siniestro que nos domina. Fue cuando
sentí como un golpe mudo en mi pecho, no soy consciente si fue un grito o
lamento el que salió de mi, se que no me encontraba en un ensayo, eso si lo se.
Me puse a matar canallas con mi cañón de futuro, pensé en Cuba en ese momento,
y grité, peleé, respiré al sentir como si un velo -como una mordaza- se
desvaneciera y me liberara de la pesadilla. Al entrar en casa pensé en Eduardo
Aute autor del poema y su frase final ¡¡Cielos, cuánta mierda para sobrevivir!!
Respiré más a gusto pensando en él. Tras trancar la puerta, abrí la ventana -me
dije- deja pasar la luz no tengas miedo, que el aire y el sol lleguen a su
hora, no los mutiles, deja que oxigene de estímulo las sombras para que la
armonía de sus reflejos pinte las paredes, da paso al misterio de la vida sigue
pa`lante, camina hacia la utopía, más allá del terror que has sentido está el
perfume de su canto y al aroma de sus flores. Mata el miedo y asesinarás el
pánico; que no te aminoren nunca, enfrenta a los idealistas de las derrotas y
pesimistas del futuro e impón el rojo sobre lo tétrico, el presente es de
lucha, agita tus células vivas.
El chantaje es denigrante, la amenaza e intimidación pública del yanqui en colaboración con sus democracias del mundo capitalista, esa forma de gobernar denigrante y patética de obligar e imponer el miedo ‘todo poderoso’ del autoritarismo se vista de fascista, demócrata, o sacrosanto. Ese mazo de ley y opresión permanentemente acosando, intimidando, diezmando todo derecho; ese estilo de los serviles en el poder de obligar a comulgar su política y aberrante ideología imponiendo tan “políticamente correcta”, el poner una y otra mejilla en ostias sagradas y leyes furtivas, desnaturalizando derechos de existencia y avances sociales, cuya base radica en el poder absoluto como política de coacción donde hasta la supervivencia como forma de vida se cuestiona, como en la época álgida del nazismo sobre el control social, ese engendro del terror, encaramando sobre la humanidad su herramienta de destrucción de vías alternativas antagónicas al poder de las armas, su principal dominio junto a su “turismo”. Esa forma de destruir toda la industria aborigen, de pretextar que toda lucha de resistencia es terrorismo y causa de la represión policial, es chantaje político y difamación del derecho de los pueblos, desacreditando su autonomía como vía lógica (la misma que se da o debiera dar a los hijos para que se independicen y no se eternicen dependientes de los padres). Por el contrario quien hace la ley hace la trampa. La represión no llega a los pueblos como consecuencia inevitable -en un marco previo de confrontación armada- lejos de ello, es la confrontación armada la que se produce en un marco represivo global como ha sucedido históricamente en toda América Latina, a lo que están empujando ahora a Cuba, como en el Estado español tras el golpe militar, política que llevó intrínseca el desarrollo en sí del fascismo sembrando el pánico a toda la población, forma de “prevenir” del capitalismo, desarrollado la intimidación, el miedo, el pánico, la inseguridad que da paso a la impotencia. Aplastando toda resistencia internacional, han ido imponiendo su dominación económica, política y control social. Las armas, cumplen su mandato; el miedo, la sumisión civil; las democracias, salvan el capitalismo amenazando con la llegada del fascismo: ¿acaso no es el capitalismo quien lo engendra?.
De diferentes
maneras hemos sucumbido a su amenaza directa y enmascarada en muchos países de
América Latina. Cada uno y una de nosotras a nivel internacional y en concreto
en Europa, ya tiempo se es unos de otras, como un mundo aparte sin complicidad
fragmentado, contrario a lo que fuimos cuando en verdad la vida solo a nosotrxs
pertenecía, a nuestra lucha y riesgo. Siento la distancia de su ausencia, del
sudor de los cuerpos liberados, de nuestras manos, puños y mente unidas sobre
las que dependían nuestras decisiones. Ya pedacitos cortantes muchos hechos
polvo como esas hierbas y tés falsamente mágicos que venden para tus sentidos,
como si tal cosa fuera, pero ser no es sino engaño. Tan cierto como dolorosas
muchas de las contradicciones que superan las intenciones generando la
impotencia. Y, eso sí, eso sí que es malo, muy malo. La impotencia es como un
cuchillo con ojos que te acosa en mercado libre con la ley en sus manos. Robar
es muy fácil desde el poder impune de la corrupción; es un hecho palpable,
tanto como insultante, como el fomentar miedo para sembrar espanto asociando a
la empresa política del terror todos los poderes fácticos en la mentira como en
el robo. Y mientras, tu, yo, ella o él, se nos amontonan los trazos de la
miseria perdiendo toda identidad en ello. En el Estado español de Pedrito
Sánchez y su engendro franquista de la democracia en transición “su partido
socialista”, lo que llaman emigración no es siempre o casi nunca viniendo de
sus bocas como lo que llaman turismo; sus bocas forma parte de la trampa, de la
zancadilla, del engaño lo muestra la dimensión de los acontecimientos, y mucho
menos un recurso para el pueblo trabajador su turismo cada vez más de botellón
y tirados por las calles. El desempleo galopa gineteando con todos nosotrxs; lo
que era un piso-casa o caserío como forma de vida y cultura, hoy es una pieza
de veinticinco metros cuadrados, treinta, o treinta y cinco metros teniendo que
malcomer para pagar los veinticinco metros cuadrados sin ventana que poder
abrir -totalmente interior- infecto de partículas de la asfixia incrustándose
como las medidas de gobierno, invadiendo el vacío hueco e insustancial que se
desprende de su nefasto mandato sobre el contenido de sus calles, imponiéndose
sobre la razón, donde los posos itinerantes se amplían sobre el antagonismo del
paso forzoso bajo un túnel desnudo de la acción política, donde otros y otras
llegaron a crecer doble, y a veces triple partida en salto mortal a la vida
independiente, dependiente en desgarros y gritos y cientos de lamentos y
muertes, nunca se acabó con ellos.
El grito está entre
nosotrxs frente a la tempestad política y el espejo en pantalla internacional
manipulado, sus medios imprescindibles, brotan de la propia ley que nos hacina
enmudeciendo lo profundo que nace de abajo dando luz a los días.
Miré los ojos entre
los transeúntes mordaza en boca como esperando complicidad y el silencio se
imponía, las miradas se perdía entre calles. Pensé en los últimos sucesos de
nuestra Cuba bella, en la dimensión del gringo cuando se empeña, y no pude
controlar el arrebato de una especie de ira. El miedo como sistema de poder nos
ha impuesto asumir como verdad la farsa: “en bien de nuestra salud y economía”,
incrustando en nosotros como algo cotidiano la amenaza de la palabra crisis y
reconversión a la que se unió la pandemia, con su covid 19, invadiendo al
achatamiento sobre sus verdades y posibles, globalizando como natural la ley de
la relatividad sobre los salarios, como arma de poder, generalizando la pobreza
y una enseñanza y formación deficientes como la sanidad pública cada vez más
precaria arrinconando en el fracaso la lucha de clases.
Sobre el fregadero
los hubo que evacuaron pilares de su vidas básicos alejándose de la necesidad
de seguir peleando, extorsionando sobre posibles luchas de poder obrero donde
los parias sean gente y no considerados borregos. Tremenda contradicción sobre
el resplandor en sonrisa del globo libertario de la militancia erguida sobre un
sol por testigo en luna de futuro. Sigo creyendo en lo que duele arrodillarse
sobre el piso, no es nada bueno si lleva implícito como un acto de fe el
portazo a los grandes libertadores, de las revoluciones que dieron muestra de
los grandes avances y grandes sacrificios, y aunque en el caso de Cuba, su
final de vida me dolió entre maltrechos papas y otros no menos papas políticos:
creo que Fidel, su gran trayectoria revolucionaria merece revindicar; su
carisma, su cultura, su identidad. El capitalismo es malo, muy malo, peor que
malo como su fascismo; no permite que dicha enseñanza como la del Movimiento 26
J, la alfabetización de todo un pueblo, al margen de su color se expandiera
entre los pobres del mundo. La utilización política del miedo, necesita de la
autoridad policial y militar, de la opresión y exclusión social, de la
defenestración donde el derecho personal se esfuma; genera ansiedad e
inseguridad, aislamiento social y pánico. El capitalismo de la globalización no
difiere mucho su “democracia” de las estructuras
feudales-religiosas-militares-monárquicas; siempre han estado justificadas
imponiendo el terror sobre la población, miedo y pánico a través de sus estamentos
basados en el antiguo régimen. La única experiencia a resaltar ante la
sumisión, es que las mentes libres luchadoras firmes y decididas a imponer su
derechos son mucho mas difíciles de manejar.
NOTA
Cambia, todo
cambia, la forma de vida y el mundo; el capitalismo tiene una base social que
jamás tuvo, incluida la mayoría de los representantes políticos y sindicales de
la propia clase obrera que como bien dijo Bertolt Brecht: »Entonces, ¿de qué
sirve decir la verdad sobre el fascismo que se condena si no se dice nada
contra el capitalismo que lo origina?». Indudablemente la Cuba de hoy tampoco
es la misma que soñamos, el mundo capitalista la acosa y la isla no es una
burbuja aislada, para frustración de los ideales, no es la que forjaron los
rebeldes del Movimiento 26 de Julio. Aunque haya habido varias generaciones que
han sido educadas en esos valores como el estar alerta ante el enemigo, el
mundo exterior con su incesante bombardeo, el atroz acoso internacional no
logra impedirlo, pero si va minando, desquebrajando en algunos sectores su
fortalecimiento y formación ideológica revolucionaria. El propio Fidel algunas
veces ya avisó y alertó que el enemigo también está en casa y había que
combatirlo. El largo embargo cada vez más sádico hacia la isla, por el imperio
yanqui, es una constante; no es fácil soportar (no se trata solo de teorizar)
si el militante dentro de la Asamblea Nacional del Poder Popular no tiene un
amplio nivel de conciencia, compromiso y de cultura revolucionaria
suficientemente sólida. Los CDR (Comités de Defensa de la Revolución) se
fundaron el 28 de septiembre de 1960, en La Habana, con el papel de desempeñar
tareas de vigilancia colectiva frente a la injerencia externa y los actos de
desestabilización interna (terrorismo, vandalismo, etc). Se organizan por todas
las cuadras entre calles, pueblos y ciudades de toda Cuba. Este organismo que
nació revolucionario en el que participan tanto militantes como personas no
organizadas, ha ido perdiendo su objetivo, prácticamente ha desaparecido, o lo
han dejado obsoleto, ineficaz por su relajación. Los CDR tenían una función
básica determinante de informar de cualquier movimiento contra la revolución y
no solo de informar, sino también, de pararlo si era posible, de identificar,
de detener a estos y otros elementos antes de perpetrar cualquier acto
subversivo contrarrevolucionario. ¿Donde estaban los cederistas de cada cuadra
frente a esas manadas ofensivas, y sobre todo, dónde los militantes comunistas,
dónde los que se sienten revolucionarios los antiimperialistas, los orgullosos
de su historia y fe en la revolución, que les han dejado pasearse por calles y
plazas totalmente envalentonados y jadeados por muchos paseantes? Las
manifestaciones aparecidas estos días por diversos pueblos y ciudades no han
sido espontaneas, han sido organizadas por quien siempre organiza estos actos y
sabotajes violentos contra un propio país, personas, guerrillas y
organizaciones políticas, por la CIA, como pasó en Ucrania con su revolución de
colores asesinando a miles de militantes para poder instaurar un régimen nazi
acorde a su política. Se veía venir. Tras los levantamientos de estudiantes y
trabajadores en Chile y en Colombia contra sus gobiernos fascistas, la CIA
tenía que organizar y precisar (nuevamente) algo muy mediático en Cuba.
Los medios serviles
del mundo capitalista han reaccionado a toque de corneta como si se tratase de
la batalla final contra el comunismo y todo movimiento realmente libertario;
las sandeces y mentiras son tan burdas que te hacen reír a carcajada, aunque no
quieras, harta ya de tanta farsa. Desde poner fotografiás de la Ertzaintza
apaleando por las calles de la isla (policía vasca, conocida como ‘cipayos’)
hasta una fotografía de una manifestación de miles de personas en Egipto del 2011
como si fuera el malecón de La Habana (desbordante de contrarrevolucionarios) o
de una gran manifestación de la Diada, en Barcelona, y todo, como si se tratara
de Cuba. Ni se exculpan los periodistas de los medios reaccionarios, ni se les
cae la cara ante la pantalla de vergüenza, ni se cortan un pelo en seguir
gineteando, cabalgando junto a la descomposición capitalista mintiendo y
engañando para el amo, ¿rectificar, para qué?. El impacto ya ha llegado a
millones de personas que se creen todo lo que les dicen que vean, claro que yo
no ubico mi vida entre ellos ni me esfuerzo en agradar, porque la historia de
la revolución cubana es la del triunfo del pueblo, que dar se dio contra la
tiranía, y ese es un ejemplo histórico ya imborrable. Un ejemplo a tener en
cuenta y no confiar en la burguesía ni demócratas ni socialista de pacotilla
nacidos para apagar el fuego y tender la tabla de salvación al absolutismo
esclavista imperial, ni organizaciones mediáticas del capitalismo por mucho que
se digan antifascistas o por mucho que lloren diciendo ser progresistas de
izquierdas como si eso fuera una garantía. La revolución cubana fue y seguirá
siendo un ejemplo contra el yugo imperial y todo aquél que le defiende sea de
forma descarada o encubierta.
PD.
Espero y deseo que
hoy las nuevas generaciones de nuestro mundo, que no es el de ellos,
particularmente en este contexto de cubanos y cubanas, sepan tener en cuenta su
ejemplo de lucha y estar al frente, combatiendo en los centros de estudio y
trabajo, casa propia y comunidad de vecinos, calles y plazas, lomas, veredas y
más allá de las montañas imponerse a quien quiere nuevamente su ocupación para
mejor someter al pueblo. Y no olvidar jamás lo que fiel cumplió y agitó en voz
alta Fidel: »Ser revolucionario es no arrastrarse a una conciencia comprada ni
mucho menos tener la moral en el bolsillo”.
Maité Campillo
(actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)
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