AL CARAJO CON LA HISPANIDAD
DAVID BOLLERO
A esas horas del
día, si uno mira tendencias en redes sociales, puede ver #12Octubre,
#DíadelaHispanidad o #NadaQueCelebrar. Las dos primeras son ciertas, la última,
no. Hay mucho que celebrar, pero no por lo que somos ni por lo que hacemos en
España, sino por lo que están haciendo nuestros hermanos y hermanas de
Hispanidad en Ecuador, por todos esos millones de personas que bajo el paraguas
de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) nos están
dando una lección de lo que es un pueblo, una patria. Por todo lo demás, por
todo lo que aquí entiende por Hispanidad la mayor parte de quienes hoy se
envuelven con la bandera, al carajo con ello.
La CONAIE y su
frontal oposición al gobierno de Lenín Moreno debería ser el espejo en el que
mirarnos, más aún un día como hoy, en el que la propaganda pseudopatriótica
reescribe la Historia a su conveniencia y tiene sueños húmedos con unos héroes
que no fueron tales. El pueblo ecuatoriano y, más concretamente, su pueblo
indígena no está combatiendo unas medidas neoliberales, está luchando contra
todo un modelo que lo estrangula desde hace ya demasiadas décadas.
La movilizaciones
populares masivas, su honestidad, solidaridad y coraje nos trae un mensaje muy
claro, en este Día de la Hispanidad: el pueblo que se deja pisar no tiene
excusa. Desde Quito a Guayaquil el grito de «basta» es unánime, con cientos de
personas detenidas, cinco asesinatos por parte de la represión de Moreno, entre
ellas la de Inocencio Tucumbi, que no dudó en dejarlo todo para sumarse a la
causa.
Las democracias
española y ecuatoriana tienen prácticamente la misma edad, cuatro décadas. Las
protestas que tienen lugar desde principios de octubre dicen mucho de aquel
pueblo y muy poco del nuestro, en el que continuamos dejándonos aplastar por un
modelo que ha incrementado la pobreza, la miseria, mientras las élites se
enriquecen a nuestra costa.
Mientras millones
de ecuatorian@s, nuestros herman@s, están dispuestos a dar la vida por su libertad,
por sus derechos, en España jugamos a las banderas, los desfiles y especular
con los gestos de la clase política, con ausencias y asistencias a un acto de
mera distracción.
Claro es que 12 de
Octubre, claro que es el Día de la Hispanidad y claro que hay cosas que
celebrar, pero en lugar de hacerlo con esa visión de superioridad colonizadora
hagámoslo con la humildad del colonizado, porque esa es la realidad, el
neoliberalismo y todo lo que entraña nos arrebata sueños, derechos, libertades…
Al otro lado del
Charco, el pueblo ecuatoriano, las comunidades indígenas nos vuelven a dar una
lección, luchando contra el opresor como hicieran a principio del siglo XIX,
organizándose, apoyándose unas a otras y transmitiendo un mensaje de bravura y
de esperanza que manda al carajo la Hispanidad tal y como la conciben los
grandes desfiles y festejos. Hispanidad es eso, la hermandad entre pueblos,
comenzando por uno mismo. ¿Tenemos esa hermandad contra el opresor aquí en
España? Cerramos el círculo, en eso, es cierto, #NadaQueCelebrar y mucho por lo
que avergonzarse. Manos a la obra, pues.
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