GUERRA SUCIA CONTRA
PODEMOS DESDE SU NACIMIENTO: “SI EVITAMOS QUE LLEGUE AL GOBIERNO, MEJOR PARA
TODOS”
HISTORIA DE PEDRO ÁGUEDA
Un veterano militante antifranquista cree que la Policía odia a Podemos desde antes que se fundara el partido. El primer comisario al que se encontró una prueba de las maniobras contra la formación política, un documento fechado cuatro meses después de su creación 2014, es José Manuel Villarejo, quien ingresó en la Policía en 1973. Algunos jóvenes que llegaban al Cuerpo en los estertores del franquismo o en plena transición ansiaban alargar el hilo negro de la represión que nació con Roberto Conesa en la posguerra y continuó décadas después con Billy el Niño. Los métodos cambiaron en democracia pero el objetivo era el mismo: los supuestos enemigos de España.
Esta semana un juez de la Audiencia Nacional ha recibido una “auditoría” realizada por la propia Policía en sus bases de datos. El objetivo era encontrar las búsquedas que en esos archivos, de acceso restringido a miembros de las Fuerzas de Seguridad, hubieran realizado de diputados de Podemos durante los años 2015 y 2016. El resultado, del que sospechaban en la formación política, ha sido escandaloso: 55 de los 69 diputados de Podemos sufrieron búsquedas aparentemente injustificadas durante esos dos años para conocer sus desplazamientos, alojamientos o antecedentes.
Ahora resta al magistrado Santiago
Pedraz determinar cuáles de esas miles de búsquedas suponen un delito de
revelación de secretos, quizá de cohecho si se vendió la información. Pero
también cuáles respondían a intereses
espurios de policías nacionales, indignados por la irrupción de
un nuevo partido de izquierdas llamado a sacudir el tablero político
español, y qué búsquedas formaban parte de una investigación prospectiva,
ilegal y coordinada a cargos electos de un partido democrático. Los datos en
bruto de la auditoría invitan a pensar que entre esa marea de datos se esconden
ambas motivaciones. Las búsquedas se realizaron desde ordenadores asociados a
57 comisarías de todo el país, desde oficinas de denuncias a unidades de
investigación involucradas en episodios de guerra sucia.
La admisión a trámite del juez Pedraz de
una querella de Podemos para que indagara en varios episodios de maniobras
contra el partido supone la primera investigación de la guerra sucia contra el
partido después de varias revelaciones periodísticas en ese sentido. El ataque
a Podemos representa una de las tres grandes patas que sostuvieron la actividad
parapolicial en aquel Ministerio del Interior. Las otras dos son el combate al
procés y el intento de sabotear la causa judicial por la financiación ilegal
del PP, el partido entonces en el Gobierno.
El 9 de abril de 2016, hace más de ocho
años, este periódico publicó el siguiente titular: “Interior reedita con Podemos los
informes 'fantasma' utilizados contra los nacionalistas en
Cataluña”. La guerra sucia al proceso soberanista comenzó al poco de que el
Gobierno del PP eligiera a su cúpula policial en 2012. El estallido de las maniobras contra
Podemos se produjo en los primeros días de 2016,
coincidiendo con el arranque de las negociaciones con el PSOE para formar un
gobierno de izquierdas, finalmente frustradas.
“Pablo Iglesias Sociedad Limitada”, el conocido como Informe PISA no tenía precedentes, por su gravedad,
desde el terrorismo de Estado de los GAL. Sin firma ni sello pero reproducido
por medios muy críticos con Podemos, la Policía asumió su confección e intentó
que los tribunales lo investigaran. Fracasaron con esto último, pero como venía
ocurriendo con Cataluña, el principal objetivo de su confección es que fuera
reproducido de forma acrítica por la prensa, intoxicar a la opinión pública con
datos erróneos cuando no invenciones, y desterrar la posibilidad de que el PSOE
se apoyara en Podemos para desalojar a la derecha de La Moncloa.
Okdiario y El Confidencial publicaron el
Informe PISA el 12 de enero de 2016. Sin autor reconocido, la Policía acusa a
Podemos de estar financiado por Venezuela e Irán. Su contenido fue despreciado
por la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo, si bien el archivo provisional
de la denuncia que presentó una desconocida asociación con recortes de prensa
fue utilizado años después por el juez Manuel García Castellón, que reabrió la
causa para introducir en ella las invenciones sobre Podemos con las que el ex
general venezolano Hugo el Pollo Carvajal intentaba evitar su entrega a Estados
Unidos por delitos de narcotráfico.
Primera evidencia de la guerra sucia: el
diario de Villarejo
Cuando los medios de la derecha
publicaron el informe PISA quedaban 24 horas para la formación de las Cortes.
En rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta del
Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, exigió a Podemos que
colaborara con una investigación que no existía.
Pero para conocer la historia de la
guerra sucia contra Podemos hay viajar dos años atrás y regresar a 2014, el de
su irrupción en la política española con cinco diputados en unas elecciones
europeas, si es que el viejo militante comunista no tuviera razón y la Policía
odiara a Podemos desde antes incluso de su nacimiento.
El 17 de enero de 2014 Podemos se dio a
conocer en un acto celebrado en el Teatro del Barrio, en el madrileño barrio de
Lavapiés. Recogiendo el movimiento de indignación que se plasmó en el 15M, la
nueva formación política consiguió cuatro meses después de su nacimiento 1,2
millones de votos y en las elecciones al Parlamento europeo de mayo. El 29 de
septiembre, dos periodistas de El Mundo proponen a Villarejo
reunirse al día siguiente. “Tema Podemos”, anota el comisario
en unas agendas a las que que Asuntos Internos, la Fiscalía
Anticorrupción y el juez del caso dan credibilidad cuando se cruzan con hechos
públicos o acreditados ya por la investigación.
Un mes después, el 31 de octubre de
2014, Villarejo anotó una reunión con el secretario de Estado de Seguridad:
“Chisco. Reunión hasta 14:30. Sobre riesgo de IB con PJ y reuniones Podemos y
Verstrynge”. Chisco es uno de los apelativos con los que
Villarejo y su grupo se refieren al número dos de Interior
entonces, Francisco Martínez. Hoy, Martínez es el principal imputado en la
causa de la Audiencia Nacional por la querella de Podemos, la misma a la que se
ha incorporado la auditoría de las consultas en bases de datos.
En otras anotaciones se desprende que
Villarejo intenta obtener información del partido y que, por alguna razón,
incluye en ese plan a Jorge Verstrynge. El entorno del que fuera profesor de
Iglesias asegura que nunca ha tenido contacto con el polémico
excomisario.
El 11 de noviembre de 2014, Villarejo
anota: “Igles Jav. Quiere saber novedades sobre LB. Ya le dije los últimos
datos y que nadie controla a Verstringe ni a Podemos”. Javier Iglesias, El
Largo, es el abogado que acudió a prisión a ofrecer un pacto a Luis Bárcenas en
nombre del Gobierno y del PP para que no tirara de la manta de la financiación
irregular del partido, según asegura el extesorero. El nombre de Iglesias es un
habitual en las informaciones que permiten conocer algunos aspectos de la cara
oculta del PP.
Ya entrado 2015, acusaciones contra
Podemos que con el tiempo se convertirían en recurrentes comienzan a aflorar en
el diario del comisario. El 10 de febrero, Villarejo apunta una conversación
con el número dos de Interior: “Chisco. Venezuela-Podemos.
Varias gestiones. Quedamos en hablar”.
La brigada política con “un mandato de
Rajoy”
En el mes de abril siguiente, otro de
los miembros de la brigada política, el inspector jefe José Ángel
Fuentes Gago, viaja a Nueva York con el jefe interino de la
Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) y otros dos mandos
policiales para entrevistarse con Rafael Isea, ex ministro de Hugo Chávez.
Ningún juez lo sabe. No participan en ninguna investigación. Solo buscan datos
que puedan perjudicar a Podemos. En una grabación que publicó una web, moncloa.com,
Fuentes Gago pronuncia la frase que condensa la actuación político-policial
contra la formación que dirigió Pablo Iglesias: “Si nos ayuda a que no lleguen
los de Podemos [al Gobierno] mejor para todos”.
En el momento que el inspector jefe hace
esa afirmación faltaban dos meses para las elecciones de junio de 2016 y en las
de diciembre anterior Podemos había obtenido 69 escaños. Los números daban para
el acuerdo de coalición con el PSOE.
Aunque cubierto por una mascarilla, aún
con las restricciones de la pandemia vigentes, Fuentes Gago tuvo que dar la
cara cinco años después de ese viaje. Compareció ante la comisión de
investigación del espionaje a Luis Bárcenas, otra maniobra de la brigada
política, y allí tuvo que escuchar del diputadoo Rafa Mayoral, portavoz de
Podemos, la siguiente conclusión: “Fracasó Conesa, fracasó Billy el Niño y
ustedes volvieron a fracasar. No se va a subvertir la democracia. Queremos reconocer
el esfuerzo de todos estos elementos para intentarlo. Ustedes intentaron que no
llegáramos al Gobierno y llegamos al Gobierno. Más tarde o más temprano habrá
una policía democrática”.
En la grabación de la reunión a Isea,
realizada por los propios policías, se produce otro hecho inédito. Por primera
vez, un miembro de la brigada política menciona la implicación del presidente
del Gobierno en las maniobras. “Yo he hablado con el ministro del Interior
español y el ministro del Interior español habló con el presidente [del
Gobierno] español [le dice Fuentes Gago al ex ministro Isea]. Yo solo tengo un
mandato aquí, o sea, acompañar a estas personas y decirle a usted que me diga
los nombres de las personas que quiere que documentemos en España y que le demos
una nueva identidad o una nueva vida, la que tienen ustedes y les protejamos.
Eso es mi compromiso. Yo vengo aquí con ese mandato. Usted me lo dice y lo
hacemos”, se oye en el audio.
El propio Isea revelaría después que la
Policía española le mostró un documento para que acreditara su autenticidad,
pero que solo era una copia y nunca vio el original. Se trataba de un supuesto
pago de 7,1 millones de euros a la fundación CEPS [vinculada a fundadores de
Podemos] en 2008 por el conjunto de los servicios de asesoramiento prestados en
el país caribeño a diversos ministerios y organismos públicos. Isea señala que,
efectivamente, CEPS y otras fundaciones o asociaciones de diferentes países
trabajaron en procesos de formación de las nuevas estructuras que se estaban
creando en el país. Los policías redactaron un atestado, jamás incorporado a
ninguna causa judicial, pero que fue publicado en el diario Abc con gran
despliegue. Isea había sido acusado de corrupción en su país y huyó. Acabo como
colaborador de la DEA en Estados Unidos.
La obsesión con Venezuela
El ofrecimiento que hace Fuentes Gago al
ex ministro enlaza con otro asunto de máxima actualidad. Una de las patas de la
investigación de Pedraz en la Audiencia Nacional es la concesión de la residencia en
España a un ciudadano venezolano que se atribuyó el bulo de
la cuenta de Pablo Iglesias en un banco del Caribe. Este jueves debería haber
declarado como testigo el comisario general de Extranjería y Documentación
durante el Gobierno del PP, Emilio Baos, pero su familia ha aducido que no se
encuentra en condiciones por su débil estado de salud.
Okdiario publicó el 6 de mayo de 2016
una información con el siguiente titular: “El Gobierno de Maduro pagó 272.000
dólares a Pablo Iglesias en el paraíso fiscal de Granadinas en 2014”. Ese mismo
día, la entidad en cuestión, Europacific Bank Limited, hizo
público un comunicado en el que aseguraba que “nunca ha
mantenido una cuenta para esta persona ni ha recibido una transferencia bancaria
de ninguna de las instituciones financieras o fuentes mencionadas en el
artículo”.
En la querella que dio origen al caso,
Podemos incorporó una conversación de whatsApp que Asuntos Internos y la
Fiscalía encontraron en el móvil incautado a Francisco Martínez en la
investigación del caso Kitchen, el sabotaje de la brigada política a la causa
de la caja B del PP.
El 30 de enero de 2016, Martínez
intercambia mensajes con el comisario Enrique García Castaño, histórico
fontanero de la Policía y receptor de encargos delicados con gobiernos
socialistas y del PP. “Aquellos de Podemos no tenían antecedentes. Me cagüen la
puta”, dice el número dos de Interior. García Castaño le
asegura que Germán [Rodríguez Castiñeira], entonces jefe de la Brigada
Provincial de Información está en ello. “El cabrón de Germán me dice que esta
tarde, porque mirar los 69 [diputados] se saca pero hay que mirar uno a uno y
claro deja rastro”. Rodríguez Castiñeira también está imputado en la causa que
instruye Pedraz.
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