DOS NO PELEAN SI UNO
NO QUIERE
MARTA
NEBOT
Eduardo Parra / Europa
Press
Esta
semana hemos leído y escuchado muchas explicaciones sobre la ruptura de PPox.
Todas relataban cómo la ultraderecha (Vox) había abandonado a la derecha (PP)
que, pobrecita, no le había quedado más remedio que soportar su abandono.
Mientras los hechos y los análisis se sucedían, a mí se me llenaba la cabeza de
dichos populares que explican lo que creo menos explicado de este episodio: el
PP pudo evitarlo y trato de entender por qué prefirió no
hacerlo.
–Dos
no pelean si uno no quiere.
Vox ha llevado su órdago hasta el final saliendo de los cinco gobiernos autonómicos que compartía con los populares (Castilla y León, Aragón, Valencia, Murcia, Extremadura y Castilla y León), después de que esos gobiernos votaran el miércoles a favor del reparto de 347 menores no acompañados, pendientes de traslado desde Canarias desde hace más de un año.
Pero
la pregunta es: ¿tenía Vox otra opción honrosa teniendo en cuenta su discurso
sobre estos menores, desde el principio de esta formación? ¿Le dieron sus
socios alguna vía de escape a la que agarrarse? La respuesta es no.
El
Partido Popular, después de seis años incumpliendo sin parar el decreto de 2018
y los acuerdos de repartos voluntarios de menores no acompañados entre todas
las autonomías de 2022 y 2023, sin duda tenía margen de negociación con el que
dar oxígeno o paños calientes a su socio. De hecho, la abstención del Gobierno
catalán en la Conferencia Sectorial que decidió este último reparto al que
votaron sí todos los gobiernos populares, habría hecho que no fueran los
únicos.
Carles
Campuzano, el Consejero de Derecho Sociales de la Generalitat, reclamó la
introducción de "nuevos criterios" y más y mejores controles.
Catalunya ha acogido desde 2017 a 14.000 jóvenes migrantes, de los que 4.000
han llegado a la mayoría de edad y "no les han echado a la calle",
según sus declaraciones. Esta comunidad los acompaña hasta los 23 años. Además,
informó sobre barbaridades flagrantes del sistema: entre los 200 últimos
adultos migrantes derivados a Catalunya habían nueve menores no reconocidos
como tales.
–Los
malos sirven para explicar lo inexplicable, para comprender lo incomprensible.
Manejando
todos la misma información, poco hay sobre la falta de alternativa para Vox.
Todo ha sido señalar su suicidio, su disparo en el pie, la estupidez de su
error.
Los
de la camiseta azul, porque así santifican a los populares que "no podían
hacer ninguna otra cosa" por solidaridad, por humanidad, por esos 347
niños desamparados –de los otros 4.000 que siguen esperando ni hablamos– y por
todos esos principios que llevan años y años fumándose sin pudor. No es
que hayan dejado tirado a su socio, es que por un súbito ataque de solidaridad
acotadita no les ha quedado más remedio que darles la patada que estaban
buscando.
Los
de la camiseta roja, porque cómo van a reconocer que Feijoo se mueva al centro
desactivando su fórmula de la coca cola electoral: "Feijoo igual a
fascistas".
Peperos
y sociatas esta vez encuentran en Vox un maligno que a los dos les
tapa.
–El
amigo leal, más que en el bien te acompaña en el mal.
¿Cuántas
reuniones entre populares y voxeros han trascendido para intentar convencer a
Abascal sobre su "mal" en este asunto? Cero patatero. ¿Ha habido
llamadas, mails, post–its o algo? Si los hubo se han abstenido de enseñarlos.
Más bien parece que ambos, los miembros del PPox, han decidido que se les
rompió el amor por no usarlo –menos en los ayuntamientos donde se quieren sin
hacer mucho ruido– y que más vale solos que abrazo de oso o que mal
acompañados.
–Entre
todos la mataron y ella sola se murió.
Ya
veremos si Vox muere de ésta o no tanto. La jugada podría no ser tan estúpida
como pretenden los medios afines a unos u otros.
Santiago
Abascal es un profesional de la política y ha decidido jugar al medio–largo
plazo. Ese debía ser el subtexto del discurso que dio en su Comité Ejecutivo
Nacional, que cabreó a sus vicepresidentes autonómicos a punto de dejar de
serlo. Es probable que les dijera, aunque fuera con lenguaje no verbal pero
bien claro: sí, ya sé que estamos bien y que teníais dos años de estar mejor y
que a lo mejor, incluso alguno repetía otros cuatro años, pero es que también
podemos irnos todos a la mierda, como los de Ciudadanos, y como el juguete es
mío, y siempre he jugado al ordeno y mando, mejor os vais a la mierda vosotros
ahora que luego ya todos. Así preservo las posibilidades futuras de este
partido, aunque con ello os sacrifique a muchos.
Nadie
llamó suicida a la estrategia de aguante de Ciudadanos y sin embargo se murió.
Las ultraderechas exitosas recientes, como la de Meloni o la de Milei,
vencieron desde fuera de las instituciones, con discursos antisistema como el
que Alvise con su nuevo partido, Se acabó la Fiesta, le ha usurpado a Vox en
las europeas, quitándole 800.000 votos.
Abascal ha debido pensar que mejor fuera
que dentro, que mejor antisistema que sistema sin poder real casi ninguno. En
la rueda de prensa con la que anunció la ruptura dijo que habían conseguido
grandes cosas en esos gobiernos que ahora abandona y, por más vueltas que le he
dado, no se me ocurre ninguna que ellos puedan considerar eso, más allá de una
ley que silencia que el franquismo fue una dictadura pero que el Constitucional
paralizó en cuanto fue aprobada.
Feijoo, por su parte, debió sopesar que
en Francia ha vuelto a pasar, que la ultraderecha no pasa, que nuestras
democracias tienen un recuerdo demasiado reciente de lo que implican los
ultraderechistas cuando de verdad mandan, que su alabanza al cordón sanitario
francés no fue un lapsus sino una declaración de intenciones, que acaba de
encontrar la excusa para volver a ser un partido de Estado, para salir de la
encerrona sin salida en la que se había encerrado, para no tener que seguir
afirmando sandeces increíbles como que vivimos en una dictadura.
–Al que no se mueve no le da el aire.
¿Quiere este artículo decir que defiendo
la xenofobia y el racismo de Vox contra niños inocentes? Me duele verme
pensando en la necesidad de aclararlo. Por supuesto que me parece nauseabundo
que pretendan abandonar a niños tan vulnerables como los menores no acompañados
y que tengan una idea tan insolidaria y asquerosa del mundo, pero eso no me
impide hacer análisis político sobre ellos y sobre sus presuntos motivos.
¿Quiere decir este artículo que creo que
Feijoo es coherente? Sus bandazos descritos lo desmienten rotundamente. Lo
único que escribo es que parece claro que acaba de aprovechar la oportunidad de
mostrarse más moderado, lo que seguramente es la única manera de mantener el
control de su partido, entre tanto ultra disputándolo, y tener alguna
posibilidad de alguna vez llegar al Gobierno.
Y todo esto no es un piensa mal y
acertarás, es un intenta pensar lo mejor posible y no engañar a nadie, aunque
te pueda salir mal.
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