EN EL TRATO AL INMIGRANTE SE PERPETÚA
EL
RÉGIMEN COLONIAL
El análisis de la vida de los
inmigrantes extracomunitarios nos muestra que siguen siendo tratados como
pertenecientes a las colonias, reciben un trato colonial. Señalaré en este
texto tres aspectos muy importantes de este trato colonial: la
desvalorización de su vida personal, el desprecio por su cultura y el trato
vejatorio
1.
Se desvaloriza la vida personal familiar, personal, de
los inmigrantes, se les deshumaniza. Así, se rompen sus familias , algo que
sería intolerable para los autóctonos, para los que hay innumerables
disposiciones y dispositivos destinados a proteger a sus familias.
Lamentablemente, en nuestra sociedad, quienes se muestran como mayores defensores de la familia, son los más crueles al restringir el derecho a la vida familiar de los inmigrantes. Cuando hablan de la importancia de la vida familiar, por supuesto solo se refieren a la suya, la de los autóctonos
Es más, hay toda una ingeniería legal
que rompe los lazos familiares con reagrupaciones familiares que
pueden tardar más de 8 años, toda una infancia rota
Estamos viendo cómo hay incluso
ayuntamientos que consideran que para los inmigrantes, poder vivir en
familia es un mérito, un premio, no un derecho humano fundamental. Además
este premio se otorgaría graciosamente a quienes cumplieran un extenso y
creciente pliego de muy discutibles condiciones económicas, culturales, a
las que no hace mucho se ha añadido una condición especialmente
pintoresca y peregrina: la evaluación del grado de civismo del
inmigrante. Difícilmente se podría encontrar un término más vago e inespecífico
y por lo tanto de más arbitraria evaluación
Todo estos ataques a la vida familiar
suponen la ruptura del apego, un instinto fundamental en los seres
humanos, pero que no es tenido en cuenta en los inmigrantes. Podemos ver
la creciente deshumanización con lo que se aborda la temática de la migración
en nuestra sociedad es perceptible que casi nunca se tiene en cuenta el lado
humano, emocional, personal de la migración, sino que el análisis
casi siempre se queda en los aspectos económicos demográficos ,
estadísticos
2.
El desprecio de la cultura de los inmigrantes,
considerada inferior. Como señala Edward Said en "Cultura e
imperialismo" los escritores occidentales invisibilizan con frecuencia en
sus obras a las personas de otras culturas, a los colonizados, y cita como
ejemplo el personaje de Calibán, el esclavo negro de la Tempestad de William
Shakespeare, que no tiene vida propia, que no es como los personajes
blancos de la obra
Menciona también Said a un gran escritor
como Albert Camus, que ubica muchas de sus obras en la Argelia ocupada por
Francia, en la que los nativos son un mero decorado. Señala Said que aunque
Camus hubiera situado sus novelas en París, el resultado habría sido el
mismo. Y es importante señalar que Camus está considerado todo un
prototipo del intelectual comprometido y solidario, pero que vivía en el marco
mental del colonialismo.
Como señala Ashis Nandy el dominio
colonial tiene dos niveles: un nivel de dominio sobre los recursos de los
países colonizados, y otro a nivel simbólico basado en el desprecio a las culturas
de los colonizados, de ahí viene el planteamiento de la misión civilizadora de
occidente. De ahí viene la idea de carga del hombre blanco, como justificación
del colonialismo
3.
Se trata al inmigrante como un ser inferior, sin
derechos, sometido a situaciones vejatorias por ejemplo en los
centros de reclusión de inmigrantes o en las colas, a veces de días para
obtener los papeles. Todo ello nos recuerda las imágenes de los tratos
vejatorios coloniales
Como señala Frantz Fannon, el
fascismo y su brutalidad en el corazón de Europa pareció algo terrible e
inimaginable, un escándalo, pero es el régimen habitual en las colonias
de cualquier parte del mundo.
En el "Retrato de
descolonizado" Alberto Memmi plantea cómo la humillación en la que
vive el inmigrante le genera rencor
Incluso pensadores postestructuralistas
como Foucault no se libran de estos errores de perspectiva y así este autor
plantea que los suplicios y torturas, los métodos disciplinarios, son
propios de lo que denomina época de la anatomopolítica tal como
muestra el personaje de Daniel de "Vigilar y castigar ", y
luego son suprimidos porque llega la época de la biopolítica en la que el poder
se busca el control y el gobierno de la vida de las personas. Pero
en realidad esto ocurre en las metrópolis para los autóctonos, no
para los inmigrantes, como vemos en los terribles viajes migratorios o en
los muertos en la Valla de Melilla por ejemplo La biopolítica es para los
autóctonos en París o Madrid
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