EL COSTE DE LA VIDA AHOGA A LAS FAMILIAS
EN EL ESTADO ESPAÑOL
POR
CANARIAS SEMANAL
En
España, un número creciente de familias se enfrentan a una situación económica
más que compleja que afecta gravemente su calidad de vida. Este problema se
manifiesta en dos aspectos cruciales: el gasto en vivienda y el costo
de la alimentación. En este artículo, desglosaremos esta compleja situación
económica y analizaremos sus implicaciones.
El
alto coste de la alimentación
El aumento vertiginoso en el precio de los alimentos básicos está ejerciendo una presión significativa sobre las familias españolas, especialmente aquellas con ingresos limitados. Organizaciones como Cáritas han advertido que cerca de seis millones de personas están experimentando dificultades para acceder a una alimentación adecuada y nutritiva. Estas privaciones alimenticias repercuten tanto en el bienestar físico como emocional de millones de personas afectadas.
Los
precios de alimentos como el pan, la fruta fresca, el café y las legumbres han
aumentado considerablemente, superando en algunos casos el 40%. El azúcar, los
aceites y las grasas han sufrido aumentos aún más notables, superando el 60%.
Esta tendencia de aumento de precios se produce en un contexto en el que los
ingresos de la población no han aumentado al mismo ritmo que la inflación,
agravando aún más la situación.
El
Impacto del Gasto en vivienda
Otro factor importante en la compleja
situación económica española es el gasto en vivienda. Los precios de la
vivienda en España han aumentado significativamente desde la conclusión de la
crisis financiera en 2015. Este incremento incluye un 51% en el precio de las
viviendas y un 74% en el caso de las viviendas nuevas. El aumento de los
alquileres también ha sido notable, pese a las tímidas medidas gubernamentales
para limitarlos.
Este
aumento en el gasto en vivienda ha llevado a que muchas familias dediquen una
parte importante de sus ingresos a cubrir este costo. Para no pocas familias,
esto supera el límite aconsejado del 30% de los ingresos destinados al pago de
la vivienda. Como resultado, las familias más humildes en España gastan el
42,6% de sus ingresos en vivienda, energía y agua, sumado a los gastos de
alimentación.
La
desigualdad en auge
Esta
situación económica está exacerbando la desigualdad en España. Las familias más
pobres destinan la mayoría de sus ingresos a necesidades básicas como vivienda
y alimentación, excluyendo otros gastos relacionados con la educación y la
salud.
Según
datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 8,7% de la
población llega a fin de mes con serias dificultades.
Además,
muchas personas se ven obligadas a reducir su gasto en alimentación para poder
hacer frente a los altos costos de vivienda, lo que afecta negativamente tanto
a su bienestar físico como emocional.
Muchos
economistas interpretan esta compleja situación económica como un reflejo de
las tensiones inherentes al sistema económico vigente. La creciente desigualdad
económica y la explotación de la clase trabajadora para mantener altos niveles
de ganancia de los propietarios de viviendas y cadenas de supermercados son
vistas como indicativos de un sistema que prioriza el beneficio de unos pocos
sobre las necesidades básicas de la mayoría de la población.
En
este contexto, argumentan que sería esencial un cambio en la estructura
económica y proceder a una equitativa distribución de la riqueza para abordar
estos problemas. Mientras la estructura económica continúe conservando sus
actuales características, estos fenómenos negativos seguirán presentándose de
manera cíclica.
La
pobreza y la desigualdad en España siguen aumentando debido al alto costo de la
alimentación y la vivienda. Los economistas plantean que se necesita un enfoque
que vaya más allá de las soluciones superficiales y considere las implicaciones
más profundas generadas por el sistema económico actual.
A.
RAMÍREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.
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