RETAZOS DE HISTORIA
ANTIIMPERIALISTA
POR
MAITÉ CAMPILLO
Al
poco del triunfo del Frente Popular comienza la escabechina agitada por el
sanguinario general Mola: «Hay que sembrar el terror! Hay que dejar sensación
de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que NO PIENSEN
COMO NOSOTROS! En este trance de la guerra yo he decidido la guerra sin
cuartel. A los que han hecho armas contra nosotros, contra el ejército,
fusilarlos. YO VEO A MI PADRE EN LAS FILAS CONTRARIAS, Y LO FUSILO!».
Retazos
sangrantes de historia viva
Siempre caminó entre bártulos lo que se impuso escapar de las garras de las potencias imperiales dando forma y contenido a la clandestinidad activa militante asentando donde pudo un itinerario un poco al azar y por otra pendiente oteando entradas y salidas doblegadas al fascismo, en distorsión a la resistencia donde encontrar el eco de sus voces, revoloteando más allá de las fronteras colaboracionistas y campos de exterminio acosando a los hijxs de la República.
Inolvidable el recuerdo de las raíces implicadas que me dieron el ser en las
que se hayan varias generaciones entre el decir y razonar de bisabuelos y
abuelos (y luego padres educados en ello y más tarde los primeros hijos en tres
tandas alejadas unas de las otras en la que me encuentro la última de la
tercera donde otro varón y ¡por fin!, dos hembras, entramos a reforzar siembra
y cosecha. Fuimos saltando y transmitiendo las ondas heredadas basadas en las
aportaciones de la República, que había cambiado las formas de vida de
comunicación de cultura y de organizarse los trabajadores, estudiantes y
campesinos, y también la correlación de fuerzas en el pueblo (que hubo que
abandonar y ya con ellos todxs de los que dependimos del hilo expandidos por el
mundo). Pueblo florecido con sus sindicatos, partidos, y su Casa del Pueblo, su
Casino, sus Bandas de Música, su Orfeón. Pueblo donde de aquella predominaban
militantes anarquistas, pero también muchos comunistas y socialistas,
republicanos… gentes como mis padres y abuelos comprometidos por una misma causa
y como tal tuvieron que huir junto a hermanos, tíos y cuñados al monte cuando
llegaron los falangistas armados a degollar rojos en un lugar donde todxs se
conocían. Tuve dos abuelos, uno dinamitero altivo, insumiso y combativo del que
me hablaron y no llegué a conocer; el otro era el director del Orfeón
republicano que había en el pueblo, y un buen carpintero, que sí llegué a
conocer. Detenidos los huidos pasan por un calvario de detenciones, palizas,
cárcel, torturas, penas de muerte, unos fusilados otros con largas condenas y
se acabó la convivencia, se acabó el desarrollo social en armonía y extensión
cultural en que empezó a desarrollarse el orfeón, la libertad, la tierra y los
sueños de la mayoría de los parias, abriéndose un camino lago y complejo que pareciera
insuperable dada su humilde procedencia. Pero apremiaba el exilio el huir de un
lugar que todos se conocían en demasía tomado por la falange fascista y sus
tricornios. Unos lograron escapar al mundo de los sacrificios más que al de las
oportunidades, otros lo lograron hacia zonas industriales grandes donde nadie
les conocía, solo el hambre y la miseria acechaban sin dar guarida rodando
fronteras. La estampida se presentó llena de desgarros, de perder para siempre
tu lugar en el mundo, con tu cultura propia tu gente y los seres más queridos,
ruptura jamás superada.
La
noche del 17 de julio los fascistas despejan la vía llenándola de cadáveres,
adelantándose al 18 de julio fecha del levantamiento, sólo en Marruecos el día
antes más de 225 republicanos son fusilados. Trágico suceso que dio presentir
los estragos que vendrían y el objetivo de los tiros, el levantamiento
indiscutible de los generales, con su destacamento genocida de moros, su
legión, su ejército invasor, sus falangistas y su inseparable casta
eclesiástica. Fue el general Batet (republicano) el que se entrevista el día 17
por la mañana con el general Mola, para intentar disuadirlo de ningún intento
de golpe militar: <<Este le da su palabra de honor de que no se
sublevará>>. El general Batet era el jefe de la zona norte ubicada en
Burgos; Mola, jefe de la plaza de Pamplona (Iruña), eran amigos (dicen), y
claro, Mola, era el ideólogo del golpe de estado, por lo que al día siguiente
18 de julio se subleva contra la República (y Batet, termina siendo fusilado).
Aparentemente, Mola, queda como jefe máximo de la zona norte –sospechosamente
el fascista general Sanjurjo muere en un accidente aéreo el 20 de julio
intentando despegar desde Estoril (en Portugal, donde residía), impidiéndole
asumir la jefatura de la sublevación; un año después, le tocará al propio
general Mola, en circunstancias similares. Tras la desaparición de Sanjurjo,
pareciera que el golpe había fracasado, es cuando introducen a Francisco Franco
en la escena a dirigir la carnicería nombrado jefe del Ejército de África,
donde crecían como militares los más salvajes del ejército una unidad militar
descarnada en la que contaba con más afines a los sublevados. Franco logra
cruzar el estrecho de Gibraltar ayudado por los servicios secretos de
Inglaterra permitiéndole llegar sin demora a la divulgación de su campaña
propagandística a las afueras de Madrid.
Días después, el 1 de octubre, dada su súbita
repentina popularidad fue promovido por la Junta de Defensa Nacional al cargo
de jefe del Estado y generalísimo de los Ejércitos de Operaciones. Escapándose
definitivamente de las manos la dirección militar y política de la sublevación
(como pasó con Sanjurjo) del no menos fascista y sanguinario Mola, falleciendo
sospechosamente como éste último el día 3 de junio de 1937 en un accidente
aéreo. Investida y corneada dando paso triunfal a la unidad fascista
internacional en trama criminal histórica, lanzada a experimentar agravios
bélicos desbocados en pos del triunfo del nazifascismo, sobre el calibre
designado a imponer la II Guerra Mundial. El motivo del viaje de Mola (en
muerte anunciada) fue la ofensiva republicana de La Granja que había alarmado
al general (dicen) e insiste trasladarse desde Vitoria (Gasteiz) para
supervisar las operaciones. Es indudable que desde el mismo día de su muerte
surgiera rumores su desaparición pues solo podía favorecer a Franco (y sus
aliadas potencias) eliminar al antiguo director como rival.
El
alarido del lobo no lo quiso escuchar el acobardado presidente Casares Quiroga,
con no menos dotes de cobardía el conciliador Azaña, presidente entonces, de la
República. Ambos pasan de largo ante sus responsabilidades de jefe de Estado y
presidente de Gobierno, ambos tan impresentables ante la historia tan alejados
de aquél pueblo heroico luchador. Se sabe que altos cargos del ejército y
políticos informaron al gobierno, desde distintos puntos del Estado, que el
fascismo se estaba organizando, preparando y armando para un golpe de estado.
Al Gobierno de Manuel Azaña (que pasó a ser presidente de la República) y luego
a Casares Quiroga, les llegó por diversas fuentes lo que se estaba tramando
pero ni uno ni otro actuaron como exigía la situación, y eso sí fue grave, la
desidia e irresponsabilidad no se muestra de la noche a la mañana acompaña de
largo. Escalofriante su infantilismo e inmadurez ante la situación atronadora
dedicarse a verlas venir, irresponsabilidad que induce consciente o
inconscientemente, a complicidad, que el pueblo habría de pagar caro, muy caro
¿Cómo contemplar las primeras matanzas, asesinatos a sangre fría, que en un
principio siguió resistiéndose y no creyó Azaña –¡fuera cosa de alarma
general!– que muchos elementos de su partido de Izquierda Republicana
incluido el propio Casares Quiroga como jefe del Gobierno ¡no creyeron! después
de haber neutralizado años antes el golpe del General fascista Sanjurjo en
1932. Resistirse y negarse a aceptar, que en el Ejército, hubiera capacidad
para preparar un golpe de tal envergadura. Aún confiaban rallando en una
inocencia totalmente irresponsable e incongruente diciendo: <<que tenían
controlados a los posibles cabecillas y que en el caso de que esa rebelión se
produjese sería fácil abortarla>>. Imperdonablemente representó un grito
a voces que el gobierno no quiso escuchar, sus servicios secretos fueron tan
deficientes que ni siquiera habían preparado una unidad de élite, que hubiera
eliminado a los cabecillas antes de que se produjera el golpe de estado.
Asomé
al mundo antiimperialista en busca del imposible y me sumé al tren blindado
revolución en marcha, donde me encontré con Federico Luppi, Pepe Soriano,
Héctor Alterio, Gastón Pauls… amotinados contra la gran fábrica cinematográfica
y poderoso estudio de Hollywood: ”que compra para su próxima película una histórica
locomotora uruguaya del siglo XIX’‘ –¿Pero a qué traidor qué pendejo
político de tres al cuarto se le ocurre vender el tren blindado después de
tanto sufrimiento carajo, a qué tipo le puede satisfacer tremenda osadía?
Afortunadamente ‘los nadie’ contaron en esa lucha con la Asociación de Amigos
del Riel, decididos a boicotear el traslado de la locomotora a la pinga de la
prepotente franquicia USA, bajo control de la fábrica que más miente de la
historia hecha cine. Tres de los veteranos organizan la vanguardia, la célula
del rescate, junto con un pibito corajudo con ganas de aventura y conciencia
movidos con la consigna ¡¡’EL PATRIMONIO NO SE VENDE’ CARAJO!! Secuestran la
máquina y se lanzan a recorrer la experiencia más apasionante de sus vidas,
sobre las vías abandonadas al interior del país, perseguidos por las fuerzas
del “orden” serviles a las “ordenes” de quien “ordena” (ser más servil que
uruguayo) del Imperio del Norte. Sobre la locomotora en marcha comienzan
abanderar sentimientos, a despertar las pasiones dormidas de sus vidas de
juventud inquieta, insumisa y rebelde. Van encontrando nuevas motivaciones,
referencias, el reconocimiento y la solidaridad de los pueblos aislados,
abandonados por la autoridad pitiyanqui en venta del patrimonio, contra los
descamisados esperanzados de la patria sin medios ni transporte, marginados de
todo cual si no contaran nada, con unas vías abandonadas, muertas, sin objetivo
ni horizonte a la vista, pero ahí no más es que están a la espera, a la espera
de la luz de la célula de los cuatro prestos a ponerlas en marcha, a recuperar
lo perdido, levantando la polvareda de la esperanza de las montoneras
distribuidas por la larga vía a la conquista del futuro recobrando juventud,
familia e historia sobre el camino trazado a recorrer, al llamado de los
pueblos a galope y CORAZÓN DE FUEGO, con sus pancartas y banderas, sus
proclamas, su carbón y dinamita entorno al recuerdo de la revolución de
Asturies, lazos de amor y lucha que nunca mueren.
Una parte de la Conferencia al Congreso
(en la que posteriormente se amplían docentes y preguntas)
https://drive.google.com/file/d/1kga8Rm5bP37y7NtWWToE0vkllfRpdSxF/view?usp=gmail
Maité Campillo (actriz y
directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)
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