LA RABIA ANTE LOS
CRÍMENES MACHISTAS
ANA
BERNAL-TRIVIÑO
Periodista y profesora en la Universidad Oberta de
Catalunya
17/07/2024 Varios pares de zapatos de color rojo
durante un minuto de silencio por la mujer fallecida en Alicante.- Roberto
Plaza / Europa Press
Pasada
la Eurocopa, Alcaraz, el ataque a Donald Trump... quizás no es mucho
pedir si podemos hablar de las cinco mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas
en el pasado fin de semana. En 16 días, 14 asesinadas. Desde que empezó el año,
una por cada tres días. Me pongo en la piel de muchas viendo estas noticias. En
cómo se levantarán pensando en si llegarán vivas a dormir o si hoy acabarán en
el cementerio.
En las portadas del lunes eran esperables las cinco columnas con el logro de la Eurocopa. Lo que no era tan esperable era el poco espacio a los cinco crímenes machistas en portadas sabiendo las cifras que ya arrastrábamos. Salvo un digital que lo mantuvo en portada completa todo el lunes, poco más. Dudo que si hubiese ocurrido un ataque a cualquier equipo de fútbol o a la afición, con estas cifras, fuesen tratados como víctimas de segunda.
Me
dijo una vez un periodista en una conferencia que "las mujeres asesinadas
no dan audiencia como el fútbol". Los fines de semana toca Liga y los
fines de semana también ocurren más crímenes machistas. Miraban las
estadísticas... y la noticia del asesinato machista demostraba que no genera
interés. Me ocurre incluso a mí, que se supone que me sigue una mayoría de
personas concienciadas en este tema. Pero mis redes muestran que son los
artículos menos leídos.
Con
el tema del fútbol no me vengan con que somos aguafiestas. Me encanta el
fútbol, la Eurocopa me ha ilusionado como a la que más, pero era compatible la
victoria con decir que la alegría no podía ser completa. Pensar en las
familias que no podían festejar porque velaban o enterraban a sus hijas, madres
o hermanas. Decir que no olvidamos. Quizás las asesinadas no dan audiencia como
el fútbol, pero el fútbol sí que pudo darles visibilidad. Qué oportunidad
perdida, en un momento de tanta audiencia masculina, entre ellas agresores, y
no aprovechar sólo 30 segundos para mencionar a las asesinadas durante la
retransmisión y concienciar de paso. Insisto, es compatible. Hay muchas formas
de hacerlo, en eso consiste nuestro trabajo. Pero, además, pudieron hacerlo
también las propias autoridades entrevistadas. Y supongo que eso no sucedió
porque no había alarma social. Porque ni siquiera hubo antes un trending
topic ni un simple tuit en perfiles oficiales ni de responsables ni
exresponsables.
Hae
dos semanas aparecí aquí para recordar que nos están matando con impotencia ante
tanta apatía. No podía imaginar que solo quince días después descartaría otro
artículo que tenía en mente para escribir de cinco nuevos crímenes machistas.
Nos matan a "puñaos", en lotes. Y solo así puedes ser noticia. Si
quedas viva, pocos se enteran. Y nadie propone programación especial, expertas
especializadas, reportajes en programas semanales o tertulias extensas de fines
de semana. ¿Qué narices pasa? ¿Esto solo nos ocurre a nosotras por ser mujeres
o es algo que se extendería a otras situaciones porque ya no hay empatía ni
sensibilidad? Si fueran 14 personas asesinadas en 16 días por homofobia o
por racismo, ¿estaría tan normalizado como nuestros asesinatos o habría
esperanza de una mínima reacción viral?
Da
rabia, mucha. Y da más rabia comprobar que no podemos estar cifra tras cifra
con pésames, y delegando en que denuncien ellas o la sociedad. Porque sabemos
que eso no siempre puede ser y porque entre estas últimas asesinadas dos lo
hicieron. No les digamos solo a ellas qué tienen que hacer sino digamos qué
hacemos por ellas. Seamos transparentes. Sobre todo cuando son las que
denuncian casi siempre y cada vez más. Y sobre todo porque ellas se levantan
cada día intentando sobrevivir. No les exijamos más. Hay que meterse hasta el
fango, diciendo lo bueno y reconociendo y buscando los errores, y poner la lupa
sobre la formación, la justicia, los errores en la valoración del riesgo,
revisión del algoritmo de Viogen, los equipos forenses, las dotaciones de personal,
los tiempos de los informes... Y corregir. Y reforzar, reforzar y reforzar. Y
las campañas, para ellos. Y que no solo sea noticia el crimen, sino las que
no asesinan pero cada día acaban en hospitales. Cada día. Y si estamos en
un marco nuevo, con más negacionismo, si ese entorno ha cambiado, hay que
cambiar la táctica y adoptar nuevas medidas. Porque las leyes evolucionan,
las penas vemos que no disuaden y hay que llegar antes. No podemos estar
diciendo lo mismo que hace cinco años. No hay nada que dé más confianza para
denunciar que un sistema sólido y sin resquicios. Y eso no depende de
ellas.
Insisto.
Da rabia. Mucha. Y da aún más rabia ver que casi ya no somos foco ni aunque
nos mataran de cien en cien. Da rabia que tanta gente pase y estemos las
mismas gritando en un desierto. Da rabia la misma respuesta siempre. Y da rabia
no saber qué más decir porque ante tanta muerte y horror y falta de soluciones
una se acaba por quedar sin palabras.
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