MERITXELL BATET, INFECTADA POR LA BACTERIA
La
presidenta del Congreso volvió a permitir que el odio campase a sus anchas por
la institución que está llamada a defender
GERARDO TECÉ
Meritxell Batet, durante la
inauguración de la presidencia sueca del semestre europeo, enero de 2023.
Se está produciendo un alarmante aumento de casos. Si escucha usted esta expresión, inmediatamente le vendrá a la cabeza la idea de enfermedad contagiosa, y es justo a lo que la diputada de Vox, María Ruiz Solás, se refería. Pudimos comprobarlo cuando, tras dejarnos con el alma en vilo a la espera de una nueva amenaza sanitaria, completó la frase desde la tribuna del Congreso: “Se está produciendo un alarmante aumento de casos de homosexualidad y transexualidad en España”. No se enfaden con María Ruiz Solás. No se indignen por su homofobia y transfobia, ni se sulfuren por su desprecio y falta de humanidad. Aquella mediocre diputada que se dio a conocer culpando a Pablo Iglesias de los fallecimientos en residencias, escasos meses antes de que Vox y PP vetasen en la Asamblea de Madrid que el asunto se investigara, no es más que una pobre portadora de esa bacteria que extiende la peste ultraderechista por nuestras calles e instituciones.
Enfádense, eso sí,
con una presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que, en un ejercicio de
dejación de funciones más –y van demasiados–, volvió a permitir que la bacteria
siguiese campando a sus anchas por la institución que está llamada a defender.
Ni una llamada al orden en un Congreso infectado y resignado, en el que un día
se llama enfermos por su condición sexual a millones de españoles y al
siguiente se permite que franquistas con micrófono revienten las ruedas de
prensa de los representantes del pueblo. No se pierdan el momento estelar de
esta semana, en el que un enviado de un digital ultraderechista con
acreditación le exigía a un diputado que condenase una nominación a mejor
película de animación en los Premios Goya.
Batet no quiere
gritos, lo ha repetido en más de una ocasión. Pero si el odio llega con la
entonación correcta, Batet lo respeta
Meritxell Batet,
que en su haber tendrá para siempre el honor de ser quien permitió que se les
robase a miles de ciudadanos de las Islas Canarias su derecho a elegir
representante con la retirada de acta a Alberto Rodríguez, no llamó al orden a
la diputada de Vox, ni le exigió que retirara lo dicho, ni siquiera interrumpió
el discurso de odio. Batet no quiere gritos, lo ha repetido en más de una
ocasión. Pero si el odio llega con la entonación correcta, Batet lo respeta. La
presidenta de la cámara que, en un ejercicio de desconocimiento sonrojante,
exigió a la ministra Montero que retirase de su discurso una expresión tan
académica como “cultura de la violación”, es una infectada más. Y es que el peligro
de la bacteria no es tanto el odio que porta como la tolerancia de quienes la
rodean. Hoy es permitir que, desde la institución que representa a la
ciudadanía, se llame enfermos a los ciudadanos que aman o sienten de un modo
que la ultraderecha odia, o que se destrocen ruedas de prensa con bulos y
esperpentos que impiden el trabajo de quienes van allí a informar. Mañana será,
ya lo sabemos, un asalto al Congreso porque la bacteria entendió –y entendió
bien– que la falta de antibiótico era una invitación a matar al organismo
completo. Batet dirá entonces que esto es intolerable y llenará su boca de
lugares comunes basados en una cultura democrática que hoy no defiende. Si lo
hiciese, los diputados de Vox tendrían que interrumpir sus discursos cada dos frases,
es decir, cada vez que apareciese su odio. Si la presidenta del Congreso
defendiese la institución, por los pasillos de la Carrera de San Jerónimo
habría políticos y periodistas, de izquierdas y de derechas, haciendo preguntas
y respondiéndolas, pero no habría ultras acreditados porque en la puerta les
permitieron hacer el truco de cambiar el bate de béisbol por un micrófono.
Cuando los libros de historia hablen de este tiempo, cuando hablen del drama
que llegó por culpa de la tolerancia hacia el intolerante, la foto de Batet
estará ahí.
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