QUE NO NOS METAN EN LA GUERRA
Aunque Josep Borrell lo niegue, el envío de carros de combate a Ucrania por parte de la OTAN ya ha supuesto una escalada del conflicto.
JABIER ZULAIKA
Manifestación contra la cumbre de la OTAN en Madrid
Por otro lado, le
recordamos al señor Borrell que quien dijo que el envío de carros de combate
supondría una escalada inaceptable del conflicto fue Joe Biden, presidente de
los Estados Unidos.
Cuando usted afirma
“Hemos anunciado que daremos carros de combate y no ha habido una tercera
guerra mundial“, repite el mismo razonamiento irracional que nos ha traído
aquí. Recordemos que cada vez que la OTAN se anexionaban un nuevo país, ustedes
decían: “Lo veis, lo veis, por mucho que proteste Rusia y diga que estamos
incumpliendo lo acordado, aquí no pasa nada”. Hasta que pasó lo que está
pasando en Ucrania.
Es cierto, que ni
la lamentable decisión de no disolver la OTAN tras la caída del Muro de Berlín,
ni su política expansionista que ha llevado a sus tropas hasta la frontera
rusa, ni tan siquiera, la guerra civil que desde 2014 vive Ucrania pueden
justificar la agresión rusa. La invasión de un pequeño país por una gran
potencia es un acto condenable en sí mismo, al igual que lo han sido las
múltiples agresiones perpetradas por Estados Unidos durante décadas.
Pero esto no es una
película americana con héroes y villanos. Rusia ha sido el agresor y, sin lugar
a duda, Estados Unidos y su OTAN son los inductores de esta crisis, debiendo
asumir su parte de responsabilidad, al igual que el Gobierno de Kiev. El gran
perjudicado es el pueblo ucraniano que sufre y muere, para occidente. Como
reconoce Borrell: ”Armamos a Ucrania porque la guerra es un gran desafío
existencial para nuestra seguridad. Zelenski y Ucrania no tienen suficiente
munición, pero tienen suficiente motivación". Es decir, el pueblo
ucraniano es “carne de cañón” al servicio de los intereses occidentales.
Mientras gobiernos
como el de Brasil, Georgia, China o el exsecretario de Estado Henry Kissinger,
por nombrar algunos, insisten en la “urgencia” de buscar una salida negociada
al problema, los dirigentes Occidentales reunidos en la Conferencia de
Seguridad de Múnich defienden una política agresiva en Ucrania para cortar las
alas a Putin y desalentar a China, acercándonos peligrosamente a una Gran
Guerra, Los culpables de esta escalada no serán los gobernantes rusos, sino los
reunidos en Múnich.
Es preciso que la
sociedad reaccione ante tan grave situación: en Euskal Herria diversas
organizaciones sociales, sindicales y políticas nos hemos agrupado en la
plataforma “Gerrari Ez” para alzar nuestra voz. Sabemos que muchos piensan como
nosotras y nosotros, pero también que el grado de movilización contra la guerra
es bajo. Cambiar esta situación es nuestro reto, pues creemos que solo la
movilización social puede impedir que nuestros gobernantes nos metan de lleno
en una guerra mundial.
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