GOOGLE MAPS Y LOS ATAJOS PARA ENTRAR EN NUESTRAS VIDAS
DAVID BOLLERO
Captura de pantalla de Google
Maps.
La llegada de Google Maps a nuestras vidas nos hizo la vida más sencilla a la hora de desplazarnos o planificar un viaje. Casi inconscientemente y llevándolo siempre con nosotros en el bolsillo, se han ido desplazando otras aplicaciones previas (de pago) de fabricantes como Garmin o TomTom. Es un fenómeno en el que no solemos reparar que, sin embargo, tiene enjundia jurídica detrás. En EEUU, el Departamento de Justicia ha reactivado una nueva investigación sobre Google Maps por posibles violaciones antimonopolio.
Desde la aparición
de esta aplicación, uno ya no tiene que preocuparse por pagar la cuota si
quiere tener actualizados los mapas, desentendiéndose también de adquirir los
planos región por región. En su contra, alega la competencia, la precisión de
los mapas es menor, pero para muchas personas la gratuidad compensa esa
carencia.
Entre bambalinas,
la cuestión es más compleja y en esta nueva investigación la acusación
argumenta que Google agrupa su buscador y planos, condicionando a los
desarrolladores de aplicaciones para que terminen utilizando ambos servicios
juntos. Así lo indican los términos de servicio para desarrolladores,
introduciendo restricciones como la prohibición de utilizar en servicios de
mapas de la competencia datos de Google Places, en donde se ofrece información
más detalla de establecimientos (reseñas, fotos, etc.).
Esta estrategia,
que inevitablemente hace que al utilizar un servicio de Google vayas a utilizar
otro de la misma empresa, es lo que ha levantado las suspicacias del
Departamento de Justicia. Hace dos años, la propia Garmin y otra compañía
llamada Mapbox hicieron pública su preocupación de que esta circunstancia esté
obstaculizando la innovación de cara al desarrollo de aplicaciones en sectores
como el de los drones, la logística o los vehículos autónomos.
A mediados del año
pasado, la Justicia alemana también abrió una investigación a este respecto al
cuestionarse si esa limitación de incorporar datos de posicionamiento de Google
Maps, Street View o la funcionalidad de búsqueda en mapas de otros proveedores
vulnera la libre competencia o no.
Desde la compañía
de Alphabet (matriz de Google) alegan que muchos desarrolladores utilizan
servicios de mapas alternativos a Google Maps Platform, pero este argumento no
parece convencer al Departamento de Justicia de EEUU, preocupado especialmente
por sus Automotive Services dirigido a fabricantes de vehículos, que incluyen
tanto Google Maps como su asistente de voz y la tienda de aplicaciones Google
Play.
Google, que de un
tiempo para acá ha relajado mucho su postura con los reguladores y se muestra
abiertamente colaborativo, niega las acusaciones, afirmando que ni siquiera los
fabricantes de coches que apuestan por Android Automotive como sistema
operativo están obligados a utilizar Google Automotive Services. La realidad es
que con frecuencia resulta complicado utilizar en el coche Google Maps dándole
órdenes con asistentes de voz de la competencia como Apple CarPlay o Amazon
Alexa. La compatibilidad no es tan sencilla como apunta el proveedor.
La Justicia tendrá
que determinar si Google Maps utilizó atajos para entrar en nuestras vidas.
Mientras, tanto en Europa como en EEUU, mantiene abiertas sobre Google otras
investigaciones antimonopolio por diferentes servicios, teniendo aún la resaca
fresca de la multa el año pasado de la UE de 4.340 millones de euros por
utilizar Android para limitar la competencia o, a principios de este año, los
2.420 millones de euros por haber abusado de su motor de búsqueda para impulsar
su servicio de compras (condena de 2017, ratificada ahora por el Tribunal
General de la Unión Europea).
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