martes, 7 de febrero de 2023

MALINCHE

MALINCHE

JOSU AIZPURUA

Indígena, que no india, oriunda de lo que hoy es Mexico, hoy es actora de la lucha entre la Verdad Histórica y la Leyenda Blanca que el facherío se apresta a renovar con bodrios como el musical que el niño pijo expone en Madrid con todo el apoyo pesebrero de los ayusistas.

¿Por qué no hace un musical de Moctezuma?

No aceptan la verdad histórica y se revuelven. Su poder mediático hace el resto.

La Malinche era una esclava entregada entre otras 19 a Cortés. Su destino era el trabajo doméstico pues no se podía fornicar con salvajes no cristianas. Cortés las bautizó y entregó a sus favoritos, pues al ser “cristianas” ya se las podían trajinar sin ir contra la Ley Castellana. Tiempo después, al notar su conocimiento de dos lenguas del territorio, Cortés la reclamó y la llevó de interprete en sus conquistas. La hizo un hijo, Martin en honor al nombre de su padre, hijo del que se perdió la senda.

Hacer un musical de amor con esta pobre mujer, es casi delito.

Nunca pudo ser traidora a su nación, pues Mexico no existía entonces y la pugna entre naciones tribales nos deja fuera de la comprensión de su pertenencia nacional. Intuimos su dureza vital, por ser mujer, por ser esclava, por ser colonizada. Todo nos hace ver una cruel vida que no se diferencia de las vividas en el Holocausto.

El empecinamiento antihumano de blanquear el esclavismo y colonialismo de la Castilla Imperial es algo a científico y obstáculo actual para la comprensión y convivencia entre los Pueblos y naciones actuales.

Racionalmente meternos en deliberar si hoy somo herederos de los colonizadores o de los colonizados, como hacen los fachas identificando al colonizador con el patriota, y al colonizado con la basura, además de acientífico es obstáculo de convivencia y argumento de dominación para los poderosos del momento.

Nuestras islas Canarias, son víctimas de este delito humano, la Colonización, y la glorificación mantenida por godos siglo XXI, de una impresentable herencia castellana que arrasó con genocidio y produjo muchas Malinches como relata en “Fayna la Canaria” el escritor Francisco Lezcano.

Asignatura pendiente que no se resuelve a criterio histórico, por la deformación españolista de esta subcasta canaria que ocupa el mando en Plaza, incrustados en cualquier forma de Poder y represión que impide el desarrollo de la población de origen autóctono, wanche, que supondría el reverdecer de la cultura canaria auténtica.

Espontáneamente surgirían hogueras en que quemar públicamente al Papa Clemente VI y su Bula a castellanos y lusos para apoderarse de Canarias, esclavizarla y colonizarla

 

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