LA BARCA
DUNIA SÁNCHEZ
La barca, una barca
marcada por cicatrices borradas en nuestra memoria. Las gaviotas, surcando el océano al encuentro de su
presa…una, dos, muchas se posan en una playa vacía donde solo una barca
encallada habla del ayer o tal vez del presente , del mañana. El crepúsculo ,
suculento amanecer donde los amantes se distancian en sus rutinas monótonas. La
barca, una barca marcada por almas en la huída ¿Han llegado? ¿Han sobrevivido?
Después de las terribles barrotes que han de pasar como prueba del dolor, como
prueba de la pena, como prueba del adiós. La barca, ahí está, quieta,
acariciada por una suave y tibia brisa en la orilla ¿Dónde están ellos? ¿Dónde
están ellas? La mañana se vierte en calma con la hegemonía de un cielo azul
donde la luna y el sol se besan en la distancia. Esa distancia que hemos de
recorrer para hallar la paz, los libres deseos ante una atmósfera agrietada,
doloroso, amortajada. La barca, mis ojos, la ausencia de ellos , de ellas y
miro al cielo, las gaviotas , surcando el océano donde los ahogados suspiran al
viento, empujan sus espíritu a lucha de la llegada del fin de sus llantos.
Llantos sin lágrimas. Llantos de la agonía de sus corazones. La barca, mis
ojos, la ausencia…que la huída de todo mal se extinga, quede difuminada como un
infernal sueño del cual pudieron escapar. La barca, una barca en la orilla, una
barca sin color, una barca que no entiende de diferencias, una barca que
conversa con las gaviotas.
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