EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO Y POETA.
José “Pepe” Mujica,
referente de la retórica "impune, grosera y fatua” del sistema neoliberal
imperante, que lo ha tomado como referente del progresismo negociable,
simulador y entreguista, para de ese modo poder instalar sus caballos de Troya
en países neocolonizados por el imperio depredador... Mujica, que protege a
quien le conviene y crucifica a sus competidores, con la misma lógica que
cualquier mega-empresario inescrupuloso lo hace con sus esclavizados
empleados... Mujica, con su habitual grosería, aplaudida por miles de fans
anestesiados ridículos, manifestó: "En vez de traer 100 mil cagadores
argentinos preocupémonos de que los nuestros inviertan acá", demostrando
una vez más su inocultable aversión hacia la Argentina y los argentinos... Esta
frase provocadora era una respuesta ante una propuesta del derechista Luis
Lacalle Pou, nuevo presidente del país vecino, de incentivar la
"residencia de 100 mil familias argentinas en Uruguay".
Mujica no ignora
que en la Banda Oriental hay cagadores y estafadores, masones y privilegiados,
excluyentes y milicos impunes genocidas, vitales para este ex-presidente para
mantener el orden democrático. Síndrome de Estocolmo pareciera sufre el
bravucón, asimilado a los negociados y demás detritus... Uruguay, el paraíso fiscal
de Latinoamérica, que tanto le debe a Argentina... Uruguay con la misma
población que hace años, su juventud marcha hacia tierras lejanas, no hay
trabajo para ellos, en el “Uruguay Natural”, como reza la publicidad del
"paisito", ¿natural? con las pasteras de Botnia instaladas en Fray
Bentos, que contaminaron el río Uruguay y el acuífero guaraní, sin descontar
que están construyendo otra, la más grande del mundo en el Río Negro.
Mujica, en tiempos
donde el fascismo está sentando reales bases en Latinoamérica, cimentó su
popularidad con ayuda de medios corporativos, lanzando frases de lugares
comunes y obviedades que rozan un erotismo escatológico... Bastante suave al
comentar sobre los fascistas Bolsonaro, Piñera, Macri, golpe de estado en
Bolivia al que este personero del desorden califica de
"chambonada"... Mujica, que cuando al dejar la presidencia impulsó a
su canciller Luis Almagro como secretario general de la OEA, declaró: “Almagro
llegó a la OEA por mi influencia en América Latina”. Almagro, quien desde su
posición de privilegio no deja de llamar a la violencia, a pesar de que Mujica
aseguró que su “pollito” nunca atacaría Venezuela, curiosamente no deja de
impulsar la invasión de la República Bolivariana.
Ni una voz se
levantó en el Gobierno argentino, exigiendo se disculpe el fabulador Mujica,
fiel servidor de Soros y otros corporativistas del planeta que lo publicitan
hasta hartar, sin nada concreto que argumentar acerca de las bondades que
ameriten la trascendencia de este difamador ex-presidente, que no deja de
lanzar abominables frases que atentan contra la libertad de Latinoamérica y la
conformación de la tan ansiada Patria Grande.
He nominado a
Mujica al Premio Nobel de la Paz en Oslo en el año 2012, renuncié a seguir
nominándolo en marzo de 2014, cuando a instancias instaladas en antípodas al
deber ser de un presunto libertador rebelde contestatario al sistema que dicta
y rige en el mundo, modificó la proa de su decir y actuar, asimilándose a un
perfil farandulero, narcisista y megalómano, con apuntalamiento de las
multinacionales y los medios mercenarios de la posverdad distópica.
Mujica, en una
entrevista del diario El País de Madrid, dijo en marzo de 2014 que se
consideraba un "juguete" de las multinacionales. Parece que ningún
periodista de medios publicitarios se detuvo en esta frase, por demás
elocuente. Ha dejado de lado las prioridades que como presidente de la
República Oriental del Uruguay debía cumplimentar con las urgencias de un
recién nacido, para con el pueblo uruguayo, sumido en la incertidumbre.
Fue y es un líder
de opinión construido en usinas de inteligencia de los medios corporativos
internacionales; no es ético, desde ningún punto de vista, pues sin ser gran
visionario, basta seguir el derrotero de su decir y deshacer en esta década
para darse cuenta de que perturba el funcionamiento de los gobiernos
progresistas, que han tenido su momento de gloria hace unos años, dejaron de
ser por no asimilarse al deber ser.
A mi sentir,
parecer y entender, José “Pepe” Mujica no legitimó en actos lo manifestado en
discursos lanzados especulativamente, la hora lo asistía. No me ha asistido
ninguna convicción para seguir proponiéndolo al Premio Nobel de la Paz, puesto
que, al haber transitado mi querido Uruguay, he visto y veo hambre,
frustración, miseria, desigualdad y tristeza en un pueblo generoso y
trabajador, que se rebela y denuncia la ausencia de políticas para ellos, todos
y todas...
En presidencia del
marketinero "Pepe" he visto desaparecer la línea aérea de bandera del
Uruguay "Pluna", pues le daba a Uruguay entidad en el espacio aéreo,
pactos de sus ministros con empresarios "non sanctos" instalados en
la vecina orilla, sobre todo en el ejecutivo, "Paco" Casal, a quien
le perdonó una deuda de 290 millones de dólares que mantenía con la Dirección
General Impositiva, favoreciendo en el intercambio de favores al MPP, que
recibió donaciones para campañas electorales, su aversión al movimiento
feminista y hacia los docentes e intelectuales, que no dejan -según él-
circular el capital, hacia el cual guarda una deferencia ignorada por las
mayorías, la presencia permanente en su gobierno de Julissa Reynoso, embajadora
de Estados Unidos en el Ejecutivo, y en cuanto evento del Quincho de Varela,
espacio de reunión farandulero mujiquista... Y sobre todo, dejar de lado la
prudencia que debe asistir a alguien que ocupa el sitial de honor asignado por
el imperio y aplaudido por la derecha neoliberal argenta. ¿O creen que las
portadas de medios corporativistas del planeta dan espacio a alguien que
confronta con multinacionales y poderes de los reales y verdaderos
"cagadores" de la Tierra? No seamos ingenuos.
Un pueblo, el
uruguayo, que soporta desde siempre mordiendo rabia a sus explotadores,
esperaba de Mujica al libertador que erradicara para siempre a los
privilegiados estafadores, los terratenientes, la oligarquía parasitaria y las
corporaciones financieras supranacionales, el aparato judicial negociable:
cloacas de la impunidad.
Un pueblo explotado
y con sus vidas hipotecadas, ante el accionar de la derecha liberal que dicta
desde siempre el rumbo a seguir en Uruguay, tierra pródiga en recursos y
belleza natural que pareciera que nunca termina de dar el giro de 180 grados,
donde la armonía y la paz social se sienten reales.
He dejado de
proponer a José “Pepe” Mujica al Nobel en marzo de 2014 nutrido del mismo
espíritu de libertad, verdad y dignidad que con anterioridad lo propuse a dicho
premio. Y ante los curiosos que me preguntaron: ¿por qué cambiaste? Les
respondo: yo no cambié, el “Pepe” fue quien lo hizo.
"Pepe"
Mujica puede decir lo que se le cante sin pagar costos, nadie le cobrará por
ahora la difamación y la injuria, quizás la historia tome nota de los actos de
este "narciso modelo tercer milenio". Pero comparte con muchos presidentes
orientales un prejuicio con los argentinos que orilla la envidia.
Mujica decía en
2011 a miles de “garcas argentos” que hoy los califica de cagadores de residir
en Uruguay. Puedo aplicar la tan mentada frase de este ex-presidente para darle
algún sentido a su proceder "cagador": "como te digo una cosa,
te digo la otra". ¿Proyección lacaniana? ¿Cómo calificaría a brasileños o
residentes de otros países que vivan en Uruguay? Deseo aclarar que los
cagadores financistas offshore argentinos que ya viven y tienen capitales en
Uruguay, son los de siempre, los que se arrojan chanchos en sus piletas, los
parásitos etiquetados que conforman la hueste apestosa que todo lo malogra en
este mundo, que pareciera tiene espacio para los culturicidas, los ignorantes
estafadores blindex, con impunidad para destruir y mercadear lo que sea en
nombre del capital.
(*) Filósofo y
poeta.
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